Corina:
Cierro la puerta de mi habitación y comienzo a llorar. ¿Qué le sucede a Joel?, aun no puedo creer que me haya hablado de esa manera. Es muy extraño.
Camino de un lado a otro tratando de que el pasado no llegue a mí. Se me escapan un par de lágrimas, no puedo evitarlo. En mi mente aparece lo que mi amiga me había mencionado anoche “Joel tiene un carácter de mierda”.
Doy un suspiro y trato de apartar los malos recuerdos de mi mente, más específicamente apartar a Héctor de mi mente.
Abro la llave de la tina y comienza a salir vapor debido a lo caliente que está el agua. Necesito un baño con sales y esas cosas que hace unos días me explicaba Adriana.
Paso mis manos varias veces entre mi cabello. Siento como mi mente da vueltas y vueltas y un extraño sentimiento de miedo se apodera de mi.
Despu&eac
Joel:Miro el reloj, 12:25 del medio día. Me encuentro arriba del avión, no puedo dejar de pensar en Corina y la discusión de esta mañana.—Favor de apagar sus celulares —anuncia por la bocina, miro si tengo respuesta de Brad, pero no hay nada así que lo apago.No sé usar la tecnología muy bien, solo conocimientos básicos de mandar mensajes y contestar llamadas.Por otro lado le he encomendado a Brad una última tarea, averiguar el número de celular de Corina. Quiero llamarle, no sé por cuánto tiempo esté fuera de la granja pero quiero saber de ella, preguntarle como le va y… pedirle perdón.—Espero que el viaje sea rápido, no me gustan los aviones —dice Jeremy—Ni a mí —contesto antes de que la turbulencia del arranque comience.Miro hacia la ventana y cada
Corina:—A veces me avergüenzo de lo idiota que es mi hermano —doy un sorbo a la taza de té que sostengo en las manos.—Es extraño, pero, todo lo que habíamos ganado en este fin de semana… se esfumó y no hablo de que ya no me guste… de verdad que me gusta bastante pero… mi nube apareció y recordé quien era —mi amiga niega y toma mi mano.—Cori, el pasado hace a las personas más fuertes, no te culpes más.—Adriana, yo fui la que decidió quedarse con Héctor a pesar de que era un animal.—Lo siento, de verdad, lo siento mucho —dice apenada y me abraza por los hombros. Estamos sentadas en la cama de mi habitación, mi amiga como siempre, de forma tan oportuna llego unos minutos después de mi baño.—Esto no es más que lo que yo he permitido que pa
Joel:No he podido dormir ni un minuto. El rostro de Corina no me abandona ni un momento, la necesito, deseo tenerla cerca y debo conseguir que ella vuelva.He hecho muchas llamadas y no recibo respuesta, he mandado mensajes de texto. Estoy tan desesperado por saber de ella que me ha creado un dolor de cabeza terrible.Trato de respirar hondo y volver a tomar el móvil para llamarla de nuevo, ¿Qué estará haciendo?, ¿habrá cenado?, ¿pensará en mí?, ¿estará… con alguien más? Niego varias veces. El solo hecho de imaginarla con otro hombre cerca me hierve la sangre.Llamo de nuevo y está vez timbra… lo ha encendido, pero sigue sin contestar. Vuelvo a llamar y timbra una, dos veces hasta que hay silencio y después el sonido de la bocina de un auto.—¿Corina? — pero no recibo respuesta—. ¿Corina,
Corina:—Es lo que me ha dicho Adriana —termino de contarle a mi amiga lo que Joel sentencio en aquella llamada.—Pues… te diré algo, los dos están igual de mal, tanto tu por aferrarte a estar lejos para “evitar que sufra una decepción”, por favor Cori, esto es de los tiempos de los cavernícolas y ya habíamos quedado que… ibas a dejarlo atrás— mi amiga tiene razón.—Me es muy complicado, y ahora es Joel quien está molesto y pensando cosas sin sentido— Adriana bufa—Fue tu culpa —dice llenando su boca de frituras—Gracias —mi voz suena a sarcasmo—¿Y qué quieres que te diga?, es la verdad, esta mañana me has dicho que estabas decidida a dejar pasar todo, el está enamorado y tu también, no veo por qué no pueden estar juntos y no menciones u
Joel:El aeropuerto está abarrotado, son las 3:30 am. No tuvimos otra opción que quedarnos aquí, nos notificaron muy tarde que el vuelo no saldría y no he encontrado boleto hasta hoy Miércoles, a las 8 de la mañana.Jeremy está recostado en una de las sillas incómodas de la sala de espera. Mis ojos se cierran y abren a ratos, tengo que vigilar nuestras pertenencias y mi mente la ocupa Corina. ¿Cómo voy a hacer para sacarla?Tomo mi móvil y como si lo hubiera previsto la pantalla se ilumina notificando que es ella. Pestañeo varias veces y froto mis ojos cansados, ¿de verdad?, respondo:—¿Corina? —me apresuro a contestar pero no hay respuesta—. ¿Corina, estás bien?—Si… estoy bien —carraspea—¿Qué pasa?, ¿Adriana está bien?—Las dos e
Corina:Estoy en mi habitación ordenando la ropa que estaba en la maleta cuando alguien llama a la puerta.—Pasa —digo sin mirar quien es, cuando escucho sus botas pesadas.—Hola —dice con voz ronca, me giro con una estúpida sonrisa—Hola.—¿Cómo estás? —se acerca y le invito a sentarnos a la orilla de la cama—Bien, supongo, ¿lo dices por todo lo que ha pasado? —ladea su cabeza y se libera del sombrero, noto como su barba está más crecida y hace que sus azules ojos resalten aún más.—Lo digo por todo, ¿te sientes bien? —asiento—. Estoy muy feliz—¿Por qué? —levanta su áspera mano y me acaricia la mejilla—Por qué al fin te tengo —lo miro divertida—Joel, dime qué es esto.—
Corina:Los días pasan y la convivencia mejora aún más. No puedo creer que ya ha pasado un mes desde que hemos llegado a Georgetown.Siendo sincera han sido las mejores 4 semanas de mi vida, jamás me había sentido tan importante y especial para alguien y sobre todo, jamás había sentido lo que era tener una familia.—Vamos, hay que ir de compras —dice Yvonne, mi amiga rueda los ojos—Mamá…—Solo será un momento, Brad tiene que trabajar, déjalo respirar —suelto una carcajada y Joel corrobora el comentario—Es verdad, y hoy tenemos bastante trabajo con las nuevas reses que llegarán así que sería genial que nos dejarás trabajar —Adriana hace un berrinche—Que molesto… —Brad se ha limitado a sonreír, no ha dicho ni una palabra, pero desde que sale con m
Corina:Caminamos en dirección al establo uno. Me he visto obligada a aceptar las “sugerencias” de Adriana y me he colocado el bikini rojo, una camisola, un pequeño pantaloncillo de mezclilla y mis botas nuevas.Adriana brinca por todos lados llamando a Brad. Este sale con una sonrisa de oreja a oreja cubierto de sudor a abrazarla. Pobre Brad, siento que él de verdad la quiere y le dolerá mucho su partida.Joel no aparece si no hasta que Brad le da un grito, al mirarme sus cejas se alzan, se deshace del sombrero inclinando la cabeza, por Dios que ese gesto me desarma.—A dónde se dirige con… ¿botas? —sonrío—Las he comprado esta tarde—Vaya te lucen espectacular —besa mis labios—Joel… queremos ir a nadar al lago, venimos a avisarles que estaremos por allá —los dos vaqueros hacen un gesto de desa