CAPÍTULO 8. Acorralada, pero no cobardeLilianaRezo en silencio, como si estuviera hablando con mi madre. Aunque sé que ella ya no está, siento su presencia como una sombra cálida a mi lado.“Si está en mis manos ayudar a alguien más, lo voy a hacer, mamita. Te juro que lo voy a hacer. No fue justo todo lo que nos pasó, pero te prometo que lo voy a compensar para que estés orgullosa…”Levanto la cabeza cuando la puerta se abre y aparece el doctor Esteban. Su expresión es seria, pero sus ojos tienen un brillo que me da esperanza, como si mi madre me estuviera respondiendo a través de él, diciéndome que el destino existe. Se detiene frente a todos y anuncia los resultados con voz firme:—La señora St. Jhon es compatible para el trasplante.Vincent y Anthony me miran, casi asombrados, como si no pudieran creer lo que acaban de escuchar, y es Anthony quien da el primer paso hacia mí, con su misma voz conciliadora de siempre.—Liliana… ¿estás segura de que quieres hacer esto? ¿Sabes a lo
CAPÍTULO 9. Una pesadilla demasiado larga.LoganLa primera imagen que se repite en mi cabeza es la de Berserker. Me veo sobre él, el viento en mi cara y la sensación de control que me da el estar sobre su lomo, hasta que de repente todo cambia. Siento cómo el caballo se revuelve debajo de mí, como si hubiera enloquecido. Se levanta en dos patas, furioso, y a pesar de todos mis intentos por calmarlo, no hay manera de controlarlo. Lucho por mantenerme firme, pero en un segundo estoy en el suelo y todo su peso parece aplastarme mientras caigo.El dolor me atraviesa el cuerpo, pero cuando abro los ojos, de nuevo estoy sobre él, repitiendo la misma caída. La escena se repite una y otra vez, como un maldito ciclo del que no puedo salir. Y cuando no estoy cayendo solo hay oscuridad y un dolor persistente.Quiero rendirme, dejarme ir, cerrar los ojos y dormir, pero hay un olor que se filtra entre el dolor y el delirio: un leve olor a fresas. Es dulce, un contraste con la oscuridad que me rode
CAPÍTULO 10. Recuerdos borrososLoganEsta es una m*****a pesadilla. A lo mejor de verdad estoy muerto. Siento la garganta de esta mujer bajo mi mano, veo el terror en su expresión, las lágrimas en sus ojos, y no siento nada, solo rabia porque entre Vincent y el doctor Esteban me la quitan y me obligan a soltarla.El dolor me asfixia. Apenas logro enfocar la vista para notar que casi se desmaya. Mi hermano la carga como si fuera su trabajo protegerla y la sienta en un sofá, alejada de mí. Yo sigo confundido, con la cabeza aturdida y el cuerpo entumecido, pero aún tengo fuerzas para gruñir como si fuera un animal herido.—¡Esa mujer no es nada mío! ¡No la conozco!El doctor Esteban me observa con una mezcla de paciencia y algo de pena. No puedo soportar ese tipo de miradas.—Logan, sufriste lesiones cerebrales graves —me dice—. Es posible que no recuerdes muchas cosas.Lo miro como si pudiera ahogarlo a él también. ¡Por favor! ¡Sé perfectamente quién soy y qué hago!—¿Cree que soy idiot
CAPÍTULO 11. El instinto de un hombre tercoLogan —¡Te hice una pregunta! ¡¿Qué le pasa?! ¿Por qué se puso así? —le pregunto, recordando que no es la primera vez que veo ese gesto de dolor en su cara.Vincent me observa con esa mirada de condescendencia que tanto me irrita, como si realmente creyera que tiene todas las respuestas.—Liliana también se está recuperando de una operación. Y aun así ha estado al lado de tu cama en las últimas semanas. No te mataría ser un poquito menos ogro con ella —sentencia caminando hacia la puerta, pero no va a averiguar porque sabe que no se debe interrumpir a los médicos mientras trabajan.—¿Operación? —repito, sin ocultar la confusión en mi voz—. ¿Ella también estuvo en el accidente? ¿O era ella la que iba montando a Berserker? No… no puede ser… Berserker no se deja montar por nadie que no sea yo…Vincent niega con la cabeza, serio, y me mira a los ojos.—No, Logan. No fue un accidente para ella. La operación fue un trasplante. —Hace una pausa, y
CAPÍTULO 12. El peor monstruoLilianaAbro los ojos, todavía medio aturdida. La luz del cuarto es suave, pero a pesar de la tranquilidad de la habitación, una sensación de alerta me recorre. El doctor Esteban está a mi lado, sonriendo con amabilidad mientras revisa mi presión.—Liliana, estás recuperándote bien, pero tienes que descansar —me dice con suavidad, y yo asiento, aunque algo en mí me grita que no puedo relajarme. No aquí.—Gracias, doctor —murmuro y mi mirada se dirige hacia la puerta. No quiero estar aquí sola.Apenas el doctor Esteban sale, me incorporo en la cama. El señor Greñitas puede ser un ogro, pero mi instinto avisa que a su lado el doctor Ryker no puede tocarme… Pero como si lo hubiera invocado con ese pensamiento, la puerta vuelve a abrirse y mi estómago se revuelve cuando lo veo entrar, cerrando con seguro detrás de él.Se acerca a mi cama y en su rostro veo una furia apenas contenida. Sé que no esperaba que Logan despertara. Eso no entraba en sus planes, y aho
CAPÍTULO 13. Una desesperación temporalLoganSus ojos se abren azorados en cuanto la última palabra sale de mi boca, ahora sí que sus mejillas parecen dos fresas para justificar ese condenado olorcito que tengo prendido de la nariz. Con esta puedo haberme casado, pero definitivamente no me la he follado, porque por donde yo paso no dejo mujeres pudorosas.Total, que no sé qué hacer con esta mujer. Algo en mí no confía en Liliana... y aunque es cierto que me salvó la vida, mi experiencia me grita que nadie hace algo como eso gratis. La excusa del amor se la pueden tragar otros.Me molesta verla aquí, pero me preocupa cómo demonios puso sus manos sobre el anillo de mi madre. Si hubiera tenido cualquier otro me habría tragado el cuento, pero yo sé que ni arrastrándome por la mejor mujer del mundo le entregaría este anillo.Así que alguien muy cercano a mí o ella misma tuvo que tomarlo, y necesito saber qué hay detrás de eso.—Dile al doctor Esteban que venga. Me quiero ir de aquí ya —le
CAPÍTULO 14. Verdades de mentirasLilianaCada segundo desde que el señor Greñitas despertó me ha puesto al límite, pero estar atrapada con él en un sitio que no conozco y donde obviamente nadie me conoce, me hace entender que de aquí en adelante cada palabra que salga de mi boca será una mentira en una lucha por sobrevivir.—¡Te hice una maldit@ pregunta! ¡¿Por qué Salma no te conoce?! —repite y Vincent trata de calmarlo.—Logan…—¡Responde!—Porque jamás me trajiste aquí —contesto con la verdad que puedo—. Todo esto… —gesticulo con la mano, abarcando las paredes decoradas, las ventanas altas, el aroma a madera y cuero de esta mansión que parece sacada de una película de época—… no sabía que tenías nada de esto hasta después de que nos casamos, cuando ya estabas… en el hospital.Su expresión cambia de inmediato, como si mis palabras fueran un insulto personal. Frunce el ceño y aprieta la mandíbula, claramente molesto.—¿En serio eres tan estúpida como para casarte con un hombre que n
CAPÍTULO 15. AmenazasLoganEsta mujer me desespera, y me desespera porque no la entiendo. Paso saliva cuando recuerdo que también fue operada, que tiene la misma herida que yo y que le duele como a mí. ¿Entonces qué carajos hace cargando con mi peso y ayudándome?—¿Eres masoquista o qué? —le espeto, observándola con ojos entrecerrados—. Estás tan jodida como yo, ¿y aun así te las das de Florence Nightingale?Ella no responde al instante, veo que aprieta los labios y el maldito millonario sobreintruido que llevo dentro se le sale.—No me digas, ni siquiera sabes quién era Florence Nightingale —escupo con fastidio y veo que sus ojos se cristalizan un poco.—No, no tengo idea, y al parecer tampoco tenía idea de quién era Logan St. Jhon —murmura con tono resignado y toma una botella de champú.Siento sus dedos firmes y suaves alrededor de mi cabello y mi cuerpo traidor exhala un suspiro sin que me dé cuenta.—Eso está mucho mejor, Señor Greñitas —dice y abro los ojos al instante.—¿Qué d