CAPÍTULO 13. Una desesperación temporalLoganSus ojos se abren azorados en cuanto la última palabra sale de mi boca, ahora sí que sus mejillas parecen dos fresas para justificar ese condenado olorcito que tengo prendido de la nariz. Con esta puedo haberme casado, pero definitivamente no me la he follado, porque por donde yo paso no dejo mujeres pudorosas.Total, que no sé qué hacer con esta mujer. Algo en mí no confía en Liliana... y aunque es cierto que me salvó la vida, mi experiencia me grita que nadie hace algo como eso gratis. La excusa del amor se la pueden tragar otros.Me molesta verla aquí, pero me preocupa cómo demonios puso sus manos sobre el anillo de mi madre. Si hubiera tenido cualquier otro me habría tragado el cuento, pero yo sé que ni arrastrándome por la mejor mujer del mundo le entregaría este anillo.Así que alguien muy cercano a mí o ella misma tuvo que tomarlo, y necesito saber qué hay detrás de eso.—Dile al doctor Esteban que venga. Me quiero ir de aquí ya —le
CAPÍTULO 14. Verdades de mentirasLilianaCada segundo desde que el señor Greñitas despertó me ha puesto al límite, pero estar atrapada con él en un sitio que no conozco y donde obviamente nadie me conoce, me hace entender que de aquí en adelante cada palabra que salga de mi boca será una mentira en una lucha por sobrevivir.—¡Te hice una maldit@ pregunta! ¡¿Por qué Salma no te conoce?! —repite y Vincent trata de calmarlo.—Logan…—¡Responde!—Porque jamás me trajiste aquí —contesto con la verdad que puedo—. Todo esto… —gesticulo con la mano, abarcando las paredes decoradas, las ventanas altas, el aroma a madera y cuero de esta mansión que parece sacada de una película de época—… no sabía que tenías nada de esto hasta después de que nos casamos, cuando ya estabas… en el hospital.Su expresión cambia de inmediato, como si mis palabras fueran un insulto personal. Frunce el ceño y aprieta la mandíbula, claramente molesto.—¿En serio eres tan estúpida como para casarte con un hombre que n
CAPÍTULO 15. AmenazasLoganEsta mujer me desespera, y me desespera porque no la entiendo. Paso saliva cuando recuerdo que también fue operada, que tiene la misma herida que yo y que le duele como a mí. ¿Entonces qué carajos hace cargando con mi peso y ayudándome?—¿Eres masoquista o qué? —le espeto, observándola con ojos entrecerrados—. Estás tan jodida como yo, ¿y aun así te las das de Florence Nightingale?Ella no responde al instante, veo que aprieta los labios y el maldito millonario sobreintruido que llevo dentro se le sale.—No me digas, ni siquiera sabes quién era Florence Nightingale —escupo con fastidio y veo que sus ojos se cristalizan un poco.—No, no tengo idea, y al parecer tampoco tenía idea de quién era Logan St. Jhon —murmura con tono resignado y toma una botella de champú.Siento sus dedos firmes y suaves alrededor de mi cabello y mi cuerpo traidor exhala un suspiro sin que me dé cuenta.—Eso está mucho mejor, Señor Greñitas —dice y abro los ojos al instante.—¿Qué d
CAPÍTULO 16. Malditos celos… o no.LilianaEl sofá no es precisamente cómodo para dormir, pero no es la incomodidad lo que me mantiene despierta. Es la mezcla de emociones que me golpean con cada respiración. Tengo ganas de llorar, pero sé que Logan está despierto, así que lo hago en silencio, apretando la manta contra mi pecho.Logan St. Jhon es un tormento, como un lobo al que no le importa si devora a su presa mientras está medio viva. Y sé que la estúpida soy yo, al que se empeña en ver lo bueno soy yo, porque a pesar de todo hay algo en sus ojos, en esos momentos fugaces en los que baja la guardia, que me hace sentir que todavía hay un hombre detrás de la bestia.Cuando amanece, nuestra rutina se repite, Logan me despierta con un gruñido desde su cama.—¿Vas a quedarte ahí tirada todo el día o me vas a ayudar?Suspirando, me levanto y me acerco a él. Me ordena, porque todo con él son órdenes, que lo ayude a asearse, y esta vez añade un nuevo capricho.—Rásurame.Lo miro con una m
CAPÍTULO 17. Un errorLoganEl ambiente se carga de un pesado silencio y solo cuando veo que las miradas de todos se concentran en mí, comprendo lo que acaba de salir de mi boca.“Liliana es alérgica a la vainilla”.¿Cómo sé eso?Por las caras a mi alrededor adivino que ellos tampoco lo sabían. Mis ojos se cruzan con los de Liliana, que me mira confundida y con brillo… extraño en los ojos.No lo entiendo, no la conozco pero sé cosas sobre ella que no deberían estar en mi cabeza.“Es alérgica a la vainilla”.“Tiene una granja de fresas”.“No pudo terminar la universidad porque su madre enfermó”.¿De dónde demonios saco esa información? ¿Será verdad que me casé con ella y solo no puedo recordarla?Gruño contrariado y Vincent me palmea el hombro con expresión de alivio.—¿Ves, pedazo de idiota, que al final sí te vas a acordar de ella?Ni siquiera sé qué le respondo, solo que el ambiente se aligera enseguida, Anthony le entrega a Liliana un helado de chocolate y como si quisiera quitarme
CAPÍTULO 18. EscapandoLiliana.No es un beso, no llega a serlo, pero es mucho peor. Ese ese roce contenido porque de lo contrario se desatará un caos de los que no tiene vuelta atrás. Mi corazón late a mil por segundo… ¿Qué estoy haciendo…? Mi cuerpo se estremece bajo sus manos y la presión sobre mis caderas es…Cada vez que me toca, que me habla con esa mezcla de desprecio y control, siento que estoy jugando con fuego. Esto solo tiene un final y es conmigo en su cama. La mentira es demasiado grande y Logan es de los que no dejan pasar ni un detalle, y después de esto siento que es cuestión de tiempo —de muy poco tiempo— que no me exija que le demuestre que también soy su esposa de esa manera.Cierro los ojos y paso saliva, sus dedos sobre mi piel queman de una forma peligrosa. No hay duda de que es un hombre imponente, atractivo hasta decir “basta”, y lo peor de todo es que lo sabe. Pero también es cruel. Ese tipo de crueldad que te rompe desde adentro y no se molesta en ocultarlo.
CAPÍTULO 19. Los peores instintos—¿¡Qué demonios quieres decir con que se fue!? —vocifero, golpeando el brazo de mi silla con tanta fuerza que creo que la voy a descomponer.Vincent se queda inmóvil. Su expresión se convierte en una mezcla frustración con una paciencia que sé que le cuesta mantener. Siempre ha sido el más calmado de los dos, pero esta vez puedo ver que incluso él está al límite.—Logan, tranquilízate —dice, como si fuera tan fácil—. No se subió a un avión, solo fue a su casa por algunas cosas que necesitaba. Me pidió incluso un chofer, es obvio que no va a irse a ningún lado.—¡Tú no sabes eso! —le grito con rabia contenida—. ¡No sabemos nada de esta mujer! ¡Con todo lo que ha pasado bien podría haberme mandado a matar y tú ni te enterarías!—Para eso solo habría tenido que sentarse en un rincón y llorar, y no darte un pedazo de su hígado —me replica con condescendencia, pero para mí eso no es suficiente.—¡Localiza al maldito chofer, ahora! ¡Localiza el coche, quier
CAPÍTULO 20. Un animal, una bestia, un bruto…LilianaNo hay una sola persona a nuestro alrededor que no lo mire con desaprobación, pero Logan es un ogro con todos, no solo conmigo, así que al parecer ellos saben sobrellevarlo mejor que yo. Cada uno toma su rumbo y se aleja, hasta que solo nos quedamos los dos mirándonos como si fuéramos a matarnos.Le doy la espalda y me voy a la habitación porque no tengo ningún otro lugar a dónde ir, y el maldito sonido de las ruedas detrás de mí me dice que ni siquiera ahí me dejará en paz.Logan se planta en medio de la habitación, cerrando la puerta de golpe tras de sí. Su mirada es fría, pero hay algo más, una furia contenida que amenaza con desbordarse en cualquier momento.—¿Soy tu prisionera ahora? —escupo con desesperación y él asiente sin más.—Si quieres otro tipo de prisión solo tienes que decírmelo —me advierte—. ¡Pero te aseguro que a partir de aquí solo se va a poner peor! Y no me importa si es hoy, mañana o dentro de un mes, pero tar