Genoveva no quería ocultarle nada a su hija, estaba vez le contaría todo sin omitir nada, ya una vez la habían engañado y casi la pierden, estaba vez no cometería el mismo error.— Esa fue idea mía, quería asegurarme que él no dejara de cuidarte, así que le pedí que firmara un contrato, luego le indique que comprara el coche y se encargara de llevarte y recogerte— siguió contando la mujer.— Pero él me ocultó todo aún después de que iniciamos nuestra relación, eso no se lo puedo perdonar— dijo Abigaíl.— Sé que Agustín debió contarte todo en ese momento, pero cariño, solo imagínate el miedo que debió sentir de perderte— dijo la mujer— solo te pediré que lo escuches. Las palabras de Genoveva dejaron pensativa a Abigaíl, quizás ella tenga razón, quizás debía darle la oportunidad a Agustín, para que le contara las cosas y abriera con ella.Después de terminar su conversación, ellas volvieron al jardín, en donde estuvieron poco tiempo, ya que el frío se intensificó.…Abigaíl.Hablar con
Abigaíl se tomó la sopa lo más lento posible, no se quería ir, así que la única excusa que tenía era esa.Agustín la contemplaba, la había extrañado tanto que no quería perderse ningunos de sus movimientos.— Te he extrañado– dijo él rompiendo el silencio que habían mantenido— Daria lo que fuera por regresar el tiempo y cambiar lo que hice.Abigaíl levantó la mirada para verlo a los ojos, ella sabía que era sincero, pero algo no la dejaba confiar.— ¿Por qué lo hiciste? — pregunto ella sin dejarlo de verlo a los ojos.Él agachó la cabeza, tener que contarle la verdad era algo vergonzoso para él, pero si quería arreglar las cosas con ella, debía empezar por ser sincero.— Al principio fue, por qué quería ganarme el favor del rey— empezó— luego ellos empezaron a pedirme que te vigilara, una cosa llevo a la otra— suspiro— Pero me enamore, de verdad quería decirte la verdad, pero tenía que te alejaras y a final eso fue lo que paso.— Nunca me conociste, si lo hubiese hecho sabrías que te
Ese día, Abigaíl y Agustín, se dedicaron a amarse, querían y necesitaban recuperar el tiempo en el que estuvieron separados.…Agustín.Mi humor cambió del cielo a la tierra, me sentía lleno de energía y supermotivado, le hice el amor a mi hermosa princesa como nunca, saboree cada rincón de su cuerpo, mientras gemía mi nombre.Estaba decidido hacer las cosas bien, le demostraría que a mi lado podía ser feliz, nunca más permitiría que se alejara de mí.— Pudiste descansar— le pregunté cuando abrió los ojos.Habíamos estado haciendo el amor toda la mañana, así que después de almuerzos nos acostamos a dormir un rato.— Sí– dijo con una sonrisa— Me siento como nueva.— Eso es bueno, porque deseo más de ti— le dije y ella negó con la cabeza— ¿por qué no? — pregunte.— Debo irme— dijo y mi corazón se arrugó.— De verdad tienes que hacerlo— en mi voz se podía sentir la tristeza.Ella asintió y se acercó a mí, sus labios rozaron los mío, era un tierno beso, pero yo deseaba más, quería atarla
Agustín converso a gusto con Abigaíl, ella le contó muchas cosas íntimas de su familia, cosas que eran ajenas a los demás.Cerca de las siete de la noche, Josefina les aviso que la cena estaba lista, todos se sentaron en la mesa y compartieron una agradable charla.Agustín estaba a gusto, conversando con Felipe, esposo de Josefina, quien es un médico muy influyente.Abigaíl se sentía feliz, había aclarado las cosas con su familia y también con Agustín, todo era perfecto, su trabajo, su noviazgo, la relación con su familia, en resumen, toda su vida era lo que siempre había soñado.Después de despedir a Agustín, subió a tomar una ducha, el día siguiente toca ir a trabajar, así que debía descansar un poco, para tener la suficiente energía.…Abigaíl.En año en la empresa había iniciado con el pie derecho, estamos tan llenos de trabajo, que incluso debíamos comer en nuestros puestos de trabajo.Pero eso, en vez de aburrirme, me gustaba, amaba mi trabajo, así que lo hacía con todo el amor
Esto estaba mal, algo en su interior le decía a Abigaíl que debía prepararse, algo grande se avecinaba y no sería nada fácil.Ella nunca había visto a Eliot de Derby en persona, pero sí había escuchado mucho de él y de su padre, nada bueno, de hecho, solían armar escándalos, en discotecas, club y eventos, ya que querían hacer de su ley, solo por el rango que habían heredado, las personas así nunca fueron del agrado de Abigaíl.Y el que estuvieran detrás de ella, solo podía significar una cosa y eso era que deseaban la corona, además no podía olvidar el día de su fiesta de cumpleaños, cuando el conde se acercó a sus padres para ofrecer a Eliot en matrimonio.— Vamos, cálmate— se dijo a sí misma.Abigaíl llevaba un buen rato tratando de hacer un plano, pero no podía concentrarse, no sabía de qué serían capaces eso dos con tal de llegar al trono.— Margaret— Abigaíl se sobresaltó al escuchar a Eduardo—¿Te encuentras bien?Ella asintió, pero la verdad era que no estaba bien, estaba muy ne
Agustín retiró la botella y el teléfono de las manos de Abigaíl sin dejar de besarla, cuando ella tuvo las manos libres, las llevo al cuello de Agustín. No había nada que decir, ya que sus cuerpos habla por sí solos.Habían sido cinco largos días, en donde habían tratado contener sus deseos, para no corre a buscarse.… Abigaíl.Mi cuerpo reposó sobre el sofá, mientras que las manos de Agustín alzaban mi falda, para llegar a mi entrepierna, en donde empezó a acariciar mi entrada húmeda, solté un jadeo al sentir sus dedos, tocar mis labios, esta verdaderamente exci***.Habían sido dos días, con muchas cosas en la cabeza, pero en ese momento solo él ocupaba mi mente, el deseo aumentaba.Agustín descubrió mis pechos, y se llevó una a la boca, sentí como una corriente recorría toda mi espalda, podía sentir su pe** rozar mi pierna, mientras que su mano seguía acariciando mis labios.Se sentía bien, pero deseaba más, lo quería a él dentro de mí, que de mi boca solo salieran su nombre entre
Los ojos de Agustín casi se salen de se orbita al ver los titulares de las páginas de noticias, en ellas los rostros de él y de Abigaíl era los protagonistas, pero no era eso lo que más lo sorprendida, sino que el título con el que iba acompañada aquellas imágenes. LA VIDA PROMISCUA DE LA PRINCESA ABIGAÍL.— Maldita sea— dijo casi en un grito.Sabía que esto podía pasar en cualquier momento, pero el ver, como habla de Abigaíl, hacía que su sangre hirviera, en ese momento recordó que Abigaíl estaba sola en su apartamento, por o que se apresuró a llegar a él.Cuando estuvo cerca pudo ver que la entrada estaba invadida por periodistas, no podía a cercarse más, por lo que opto por llamarla.— Cariño, ¿estás bien?— pregunto Agustín, apneas el teléfono fue contestado.— Lo estoy, así que no te preocupes, ¿pero y tú? —era notable la preocupación en la voz de Abigaíl.—Estoy bien— dijo él con aparente tranquilidad— ¿Dónde estás?— Estoy con mis padres— contesto ella.Agustín se tranquilizó al
Genoveva al ver a su hija corrió a abrazarla, desde muy temprano la habían despertado para informarle sobre las noticias que circulaban de su hija. Odiaba el hecho que se expresaran así de ella, pero sabía que nada de lo que decían era cierto.— Mamá estoy bien— le dijo Abigaíl para tranquilizarla.— Lo sé, solo quiero verificarlo— le dijo Genoveva mientras pasaba una de sus manos por la mejilla de Abigaíl.Todos se sentaron en el enorme sofá de cuero, estaban en silencio, al parecer nadie quería decir algo que pudiera herir a Abigaíl o hacerla sentir culpable.— Lo siento— dijo Abigaíl rompiendo aquel incómodo silencio— No quería causarles problema.— No te disculpe, sabemos que nada de eso es cierto, así que no te sientas mal— dijo Gilberto.— Sabemos que alguien hizo esto, apropósito, la pregunta aquí es con qué fin—- dijo Guillermo.Abigaíl tenía casi la certeza de saber de quién se trataba, pero primero quería escuchar si su padre sospechaba de alguien más.— ¿Tienes idea de quié