Abigaíl.Después de comprar el teléfono, llegue a casa y empecé a organizar todo para el siguiente día, que sería mi primer día en mi nuevo trabajo, estaba feliz y nerviosa, solo esperaba hacer las cosas bien, Cuando termine me fui directo a la cama.Estuve dando vueltas en la cama, no lograba dormir, ya que tenía a mi familia en mi cabeza, ya eran tres días sin verlos, así que ya podía sentir la ausencia de ellos, deseaba verlos y decirles que estaba bien, que todo me estaba saliendo como quería. Pero sabía que eso no era posible, no en estos momentos.— Cuando haya conseguido mi objetivo volveré a verlo— susurre.Después de un rato más logre quedarme dormida, a las cinco de la mañana la alarme de mi teléfono sonó. Me levanto, rápidamente y tome una ducha, la entrada seria a las ocho, pero como no sabía que transporte coger, debía salir temprano para, evitar llegar tarde.A las seis, salí de mi apartamento, había elegido, un pantalón en tela en un tono azul oscuro, tito alto, acompañ
Agustín.Le había mentido a la princesa, en cuanto a que tenía un trabajo, pero era necesario para seguir la petición de sus padres.Después dejarla en su trabajo, me fui a un concesionario, con la tarjeta que la reina había enviado, la encontré en un sobre que habían deslizado debajo de mi puerta.El coche era uno que siempre había querido, era un jaguar xj x 351, esta feliz, después fui a comprar ropa y un teléfono nuevo, todo eso lo hice en compañía de mi amigo Benjamín, Quien también compro ropa y mando a hacerle unos cambio a su coche.Como en la nota que había enviado la reina, decía, que también debía acondicionar el apartamento de la princesa para que estuviera más cómoda, me fui directo hablar con la dueña del edificio y le entre el dinero suficiente para que arreglara y renovara los electrodomésticos, le pedí que todo lo hiciera como cosa de ella. Así estuve hasta que llego la hora de ir a recogerla.Así transcurrió la semana, entre llevar y recoger a la princesa, hasta que
Abigaíl.El lugar era increíble, me la estaba pasando genial, después de tomar dos pocas me sentía aún más animada.— Como la, estás pasando— me pregunto Agustín.— Muy bien, gracias por invitarme— le dije.— Sabía que te gustaría— me dijo él—Que te parece si bailamos— me dijo.Por un momento dude, ya que este tipo de música nunca la había bailado, a mí solo me ha enseñado, bale, tango, Chachachá, pero esta música era mucho más movida.Mire así las personas que bailaban, pues básicamente solo se dejaban llevar, puesto que algunos brincaban al ritmo de música.— No sé hacerlo, pero si no te molesta que te haga pasar penas, entonces hagámoslo— le dije.— No es nada del otro mundo— dijo y me tomo de la mano.Cuando sentí su tacto, una electricidad recorrió mi mano hasta subir a mi cabeza, él sintió lo mismo, lo sé porque me soltó rápidamente.— Vaya, eso fue extraño— me dijo y yo sonreí.Él me volvió a tomar de la mano y bajamos, había muchas personas por lo que tuvimos que abrirnos paso
Abigaíl.La que pensé que sería una gran noche, se convirtió en un completo desastre, me sentía humillada de la peor manera, aunque si me pongo a pensar, si ella era la pareja de Agustín, es de esperarse que él le diera el lado a ella.Bueno que más da, cuando salí de la disco, quise conseguir un taxi, pero todos pasaban ocupado, la noche era fría, así que deseaba volver pronto a mi apartamento.— Margaret— escuché que dijeron.Me giré para ver de quién se trataba, era Eduardo, uno de los ingenieros jefe de mi trabajo, quien también había estado a cargo de mi entrevista de ingreso.— Buenas noches, Eduardo, qué gusto verte— lo salude.— El gusto es mío, no esperaba verte aquí—dijo mirando a su alrededor.— Lo mismo digo— le contesté.— Ya te vas— me pregunto.— Sí, estoy cansada, fue mi primera semana de trabajo, así que el agotamiento es mucho— mentí.— Comprendo, yo también ya me iba, si gusta puedo acercarte—se ofreció.Tenía ganas de negarme, pero al ver que no pasaba ningún taxi,
El resto del fin de semana paso, Abigaíl disfruto de su descanso y evitando al máximo a Agustín, cada que él llegaba a buscarla, ella no habría la puerta y si se lo encontraba en las escaleras o en la entrada del edificio siempre sacaba una escusa para irse. Así llego el día lunes, Abigaíl se levantó como de costumbre, se alistó, ese día eligió una falda ceñida, hasta las rodillas en un tono oscuro y la acompañó de una camisa manga larga con un ligero escote, en un tono rosa palo, peinó su pelo y aplico un poco de maquillaje. Cuando estuvo lista salió de su apartamento, encontrándose con Agustín, quien la esperaba.— Buenos días, Agustín— saludo ella mientras cerraba la puerta.— Buenos días, Margaret— respondió el saludo— Luces hermosa hoy.— Gracias— contestó ella, evitando mirarlo a la cara.— ¿No vamos? — le dijo él.Ella se detuvo y lo volteo a ver, ella no quería ser grosera, pues él había hecho tanto por ella, pero tenerlo cerca no le hacía bien, ya que los sentimientos que est
Abigaíl miró a su otro compañero, este sonrió y afirmo con la cabeza, no era la primera vez que ella saldría con ellos, durante el tiempo que había transcurrido desde el altercado con Susana, ella había salido en muchas ocasiones con ellos.— Bien, pero que sea solo unas copas— dijo ella.Los dos chicos asintieron con energía, durante la tarde, Abigaíl y sus compañeros estuvieron a la expectativa, estaban ansiosos por saber si habían ganado o no el proyecto.Cuando estaba por terminar la jornada laboral, Eduardo recibió la noticia que tanto habían esperado, efectivamente habían obtenido el proyecto.Llenos de felicidad salieron de la empresa y se fueron aún pequeño bar, en donde bebieron y comieron hasta más no poder. Cerca de la una de la mañana un taxi se parqueó en la entrada del edificio, Abigaíl descendió del, un poco mareada, pero feliz, ella ingresó al edificio tarareando una canción que ni ella sabía cuál era.Como pudo llego hasta su puerta, pero por más que intento no logro
Abigaíl tomó su teléfono y marco el número de Agustín, el no dejo que el teléfono sonara, él contestó apenas, vio en la pantalla el nombre de la princesa.— Hola Margaret, te siente mal, necesita que te ayude con algo— le contesto el teléfono preocupado Agustín.— Estoy bien.- dijo ella— Llamaba para invitarte a comer, aun recuerdo la promesa que te hice.Agustín sonrió lleno de alegría del otro lado del teléfono, él estaba pensado en una excusa para acercarse a ella, pero ahora ya no era necesario.— Pensé que lo habías olvidado— dijo él.— Claro que no.- le contesto ella— Te espero a las siete en mi apartamento.— Ahí estaré sin falta— dijo él.Abigaíl saltó llena de emoción, ahora debía preparar algo, lo bueno era que su arte culinario había mejorado en el último mes, así que busco en su refrigerador a ver qué tenía para preparar, al ver que estaba casi vacío, se vistió y se fue al súper a comprar todo lo que necesitaba para preparar algo rico para esa noche.…Agustín.Estaba emoc
En la casa real todo estaba tranquilo últimamente. Muchos de los empleados se preguntaban qué había pasado, pues no entendían el cambio repentino de la familia. Quizás era que ya sabían dónde estaba la princesa o se habían dado por vencidos en su búsqueda.—Ya ha pasado un mes desde que nuestra hija se fue de casa —dijo Genoveva con tristeza—. Pensé que me acostumbraría, pero cada día la extraño más.—Yo estoy igual —le respondió Guillermo dándole un beso en la frente.—¿Crees que le tomará mucho tiempo volver? —preguntó la mujer.—Espero que no, de lo contrario, los medios empezarían a especular sobre su ausencia en los eventos —comentó el hombre.Guillermo y su esposa estaban en su habitación descansando desde después de haber cenado. Ellos habían cancelado varios eventos, también muchas entrevistas que su hija teníaprogramadas, con la excusa de que ella se había ido de viaje por una temporada. Pero sabían que esa excusa no la podrían mantener por mucho tiempo.…Agustín.No quería