…Agustín.Estaba nervioso, pero respire profundo antes de tocar, cuando escuche la aprobación del rey, abrí la puerta e ingrese.Hacía varios años que no entraba en el estudio del rey, recuerdo que la última vez, fue cuando él me mandó a llamar para preguntarme qué quería estudiar, eso fue hace aproximadamente seis o siete años.— Agustín—dijo él poniéndose de pie— Tiempo sin verte, muchacho.El rostro del rey, lucia cansado y su mirad estaba llena de tristeza, dentro del estudio, también estaba su majestad Gilberto y la reina Genoveva.— Gracias por recibirme, sus majestades— dije haciendo una reverencia— Yo he estado bien gracias ustedes.— Es bueno escuchar eso— dijo la reina con una sonrisa un poco tristeza.— Pero dinos muchacho, que te trae aquí— agrego Su majestad Gilberto.— Por mi madre me he enterado de lo que está pasando— dije— Así que he traído información que sé que los llevará de felicidad— los tres me miraron, luego sus miradas se centró en mí.— ¿Qué información? — p
Abigaíl fue por un abrigo, se puso unos zapatos y salió, ella se veía feliz, pensó Agustín, él nunca la había visto sonreír así, ni cuando vivía en el palacio.Ellos bajaron y salieron del edificio, Agustín de reojo vio un lujoso coche que los seguía, así que supo que se trataba de la familia de Abigaíl.Agustín llevó a Abigaíl hasta una cafetería que estaba a unas cuadras, él se aseguró que los ubicaran en cerca de la ventana para que los padres de Abigaíl y su abuelo la pudiera ver.— Que te parece—le pregunto Agustín, mientras se sentaban.— Es acogedor— dijo ella mientras miraba su alrededor.- Es bastante cálido aquí dentro.— Me alegra que sea de tu agrado— le dijo él— te tengo buenas noticias.— De que se trata— pregunto ella llena de curiosidad.— Para mañana estarán listo tus documentos— dijo él.— En serio, no lo puedo creer, eso quiere decir que puedo buscar trabajo rápidamente— dijo ella llena de emoción.— Sobre eso también, te tengo noticia, hable con un conocido que trab
Abigaíl entró al pequeño edificio llena de emoción y nerviosismo, era la primera entrevista que hacía en su vida, así que temía hacerlo mal.— Buenas, tarde señorita—saludo Abigaíl a la recepcionista.Esta la miro con desdén, mientras masticaba una goma de mascar, luego volvió su mirada al computador.— ¿Qué necesitas? — le pregunto en un tono un tanto grosero.— Vengo para una entrevista de trabajo— le contesto Abigaíl con amabilidad.La mujer la volvió a mirar, pero esta vez la miró de arriba abajo, ante sus ojos Abigaíl era muy hermosa, cosa que le causaba envidia.— Hoy solo hay entrevista para arquitectas, no para secretarias o señoras de la limpieza, mejor vuelve otro día— dijo la mujer con burla.Abigaíl respiró profundo para no caer en provocación de la mujer, era su primera entrevista, así que no podía dar una mala impresión. Abigaíl sacó de su bolsa su credencial que la identificaba como arquitecta.— He venido exactamente para el puesto de arquitecta— le dijo Abigaíl encela
Agustín.Al llegar al apartamento me senté en el sofá, tenía un extraño sentimiento, de verdad me estaba sintiendo mal al engañar a Abigaíl.— Por qué me siento tan fatal— me dije recostando la cabeza.Ella se estaba esforzando tanto para conseguir sus objetivos, lucia feliz cada que lograba algo, pero sé, ¿sentiría igual si supiera que está recibiendo ayuda de su familia?, quizás no.Después de pensarlo por un rato llegué a la conclusión que esto era lo mejor para ella, una mujer como ella acostumbrada a tenerlo todo, le sería muy difícil conseguir algo por sí sola, así que esto no tenía por qué sentirme mal.Cuando estuve mejor, me fui a pegar una ducha, para alistarme, hoy me vería con Susana, después de no haber contestado ninguna llamada desde hace dos días.Eran cerca de las siete cuando salí de casa, cuando estaba saliendo del edificio me encontré con la princesa, ella venía con una bolsa.— Buenas noches— la saludé.— Buenas noches, Agustín— me dijo con una sonrisa.Antes no l
Abigaíl.Después de comprar el teléfono, llegue a casa y empecé a organizar todo para el siguiente día, que sería mi primer día en mi nuevo trabajo, estaba feliz y nerviosa, solo esperaba hacer las cosas bien, Cuando termine me fui directo a la cama.Estuve dando vueltas en la cama, no lograba dormir, ya que tenía a mi familia en mi cabeza, ya eran tres días sin verlos, así que ya podía sentir la ausencia de ellos, deseaba verlos y decirles que estaba bien, que todo me estaba saliendo como quería. Pero sabía que eso no era posible, no en estos momentos.— Cuando haya conseguido mi objetivo volveré a verlo— susurre.Después de un rato más logre quedarme dormida, a las cinco de la mañana la alarme de mi teléfono sonó. Me levanto, rápidamente y tome una ducha, la entrada seria a las ocho, pero como no sabía que transporte coger, debía salir temprano para, evitar llegar tarde.A las seis, salí de mi apartamento, había elegido, un pantalón en tela en un tono azul oscuro, tito alto, acompañ
Agustín.Le había mentido a la princesa, en cuanto a que tenía un trabajo, pero era necesario para seguir la petición de sus padres.Después dejarla en su trabajo, me fui a un concesionario, con la tarjeta que la reina había enviado, la encontré en un sobre que habían deslizado debajo de mi puerta.El coche era uno que siempre había querido, era un jaguar xj x 351, esta feliz, después fui a comprar ropa y un teléfono nuevo, todo eso lo hice en compañía de mi amigo Benjamín, Quien también compro ropa y mando a hacerle unos cambio a su coche.Como en la nota que había enviado la reina, decía, que también debía acondicionar el apartamento de la princesa para que estuviera más cómoda, me fui directo hablar con la dueña del edificio y le entre el dinero suficiente para que arreglara y renovara los electrodomésticos, le pedí que todo lo hiciera como cosa de ella. Así estuve hasta que llego la hora de ir a recogerla.Así transcurrió la semana, entre llevar y recoger a la princesa, hasta que
Abigaíl.El lugar era increíble, me la estaba pasando genial, después de tomar dos pocas me sentía aún más animada.— Como la, estás pasando— me pregunto Agustín.— Muy bien, gracias por invitarme— le dije.— Sabía que te gustaría— me dijo él—Que te parece si bailamos— me dijo.Por un momento dude, ya que este tipo de música nunca la había bailado, a mí solo me ha enseñado, bale, tango, Chachachá, pero esta música era mucho más movida.Mire así las personas que bailaban, pues básicamente solo se dejaban llevar, puesto que algunos brincaban al ritmo de música.— No sé hacerlo, pero si no te molesta que te haga pasar penas, entonces hagámoslo— le dije.— No es nada del otro mundo— dijo y me tomo de la mano.Cuando sentí su tacto, una electricidad recorrió mi mano hasta subir a mi cabeza, él sintió lo mismo, lo sé porque me soltó rápidamente.— Vaya, eso fue extraño— me dijo y yo sonreí.Él me volvió a tomar de la mano y bajamos, había muchas personas por lo que tuvimos que abrirnos paso
Abigaíl.La que pensé que sería una gran noche, se convirtió en un completo desastre, me sentía humillada de la peor manera, aunque si me pongo a pensar, si ella era la pareja de Agustín, es de esperarse que él le diera el lado a ella.Bueno que más da, cuando salí de la disco, quise conseguir un taxi, pero todos pasaban ocupado, la noche era fría, así que deseaba volver pronto a mi apartamento.— Margaret— escuché que dijeron.Me giré para ver de quién se trataba, era Eduardo, uno de los ingenieros jefe de mi trabajo, quien también había estado a cargo de mi entrevista de ingreso.— Buenas noches, Eduardo, qué gusto verte— lo salude.— El gusto es mío, no esperaba verte aquí—dijo mirando a su alrededor.— Lo mismo digo— le contesté.— Ya te vas— me pregunto.— Sí, estoy cansada, fue mi primera semana de trabajo, así que el agotamiento es mucho— mentí.— Comprendo, yo también ya me iba, si gusta puedo acercarte—se ofreció.Tenía ganas de negarme, pero al ver que no pasaba ningún taxi,