—¿Por qué estoy aquí haciendo esto? —Mark alzó una de sus cejas luego de terminar con uno de los reportes y Jung frunció su ceño.
—Para empezar, es tu culpa que todos estos reportes estén acumulados. —Soltó el coreano.
Jung tomó un gran respiro y sobó su entrecejo, ¿cómo habían terminado en aquella situación? Su mirada viajó al aburrido Patrick que par
—… oh —Jonathan parpadeó varias veces luego de oír lo que le había dicho el coreano y se acomodó en su asiento— ¿Tan de repente?—Uhm… —Jung miró el papel en su mano y lo apretó un poco— Sí, creo que es buen momento. —asintió débilmente— Aún no he marcado una fecha, pero debería ser en una o dos semanas, por eso no quiero tomar ningún caso complicado en los próximos días, no quisiera dejarlo a medias antes de irme.
Jung abrió la puerta de su casa y entró arrastrando sus pies, había estado evitando a Patrick todo el día y había terminado volviendo más temprano de lo normal luego de fingir que estaba enfermo, aunque no era mentira decir que realmente se sentía descompuesto, no esperaba ver a Nicholas y la verdad es que su presencia lo había hecho sentir que se desmayaría en cualquier momento. Él aún no estaba completamente bien.Había pasado poco más de dos años y él aún no se sentía capaz de ver al mayor otra vez, su corazón aún dolía con sólo pensar en él, quizás tenía que ver con el hecho de que aún seguía viviendo en aquella casa y eso le hacía más difícil poder dejarlo ir, o al menos superarlo por completo, es sólo que... no podía irse tan fácilmente.<
Patrick apoyó su espalda de la puerta luego de cerrarla y se mantuvo viendo por la ventana, esperando a ver cómo aquel tipo se alejaba en su auto, sintiendo que podía respirar tranquilo cuando estuvo muy lejos de su rango de visión, volviendo a observar al tembloroso coreano que hundía su rostro en su pecho y apretaba su camisa con sus dedos como si no tuviera intensiones de dejarlo ir jamás.—¿Estás bien? —Fue lo único que pudo preguntar cuando el mayor se separó un poco de él, ¿cuánto había pasado? Un par de minutos seguro.
—Ugh… —Jung salió del baño y se topó con un Patrick de torso desnudo rebuscando entre su ropa, parecía muy concentrado en su tarea así que no se dio cuenta del coreano que lo estaba observando.Su mano se movía de un lado al otro, pasando prendas de derecha a izquierda, descartándolas después de un solo vistazo y mirando otra mientras la toalla que estaba en su cabeza se deslizaba a sus hombros y dejaba ver su aún húmedo cabello. Jung se aferró a su bata de baño y luego de otro par de segundos Patrick notó que él estaba allí.
—¡Se esfumó! —Jason jadeó— Desapareció de la faz de la tierra... ¿Cómo carajos puede correr tan rápido? —El chino se apoyó sobre sus rodillas mientras intentaba recuperar el aliento.—No responde mis llamadas... —Jung miró su móvil y Mark chasqueó su lengua.—Las mías tampoco —bufó el rubio— ¿Qué demonios le ocurrió
°•°•° 7 años atrás °•°•°—¡Vaaaaamoooos! —La pelinegra movió su brazo de arriba abajo y él se volvió a verla con aburrimiento.—¿Qué no estabas castigada por llegar tarde? —Patrick alzó una de sus cejas mientras veía a su mejor amiga tirarse sobre él, aun zarandeando su brazo con una expresión de falsa miseria mientras que con su
—Uhm… ¿De nuevo tarde? —Miranda miró el reloj en la pantalla de su móvil.Sophie estaba dormida en su habitación, ya era entrada la madrugada y Patrick no contestaba sus llamadas, como todos los días últimamente. El pelinegro llevaba mucho tiempo ya actuando de aquella manera, frío, distante, llegaba siempre tarde y nunca tenía una explicación convincente. Miranda no exigía mucho, después de todo ambos tenían sus propias vidas y no eran una pareja real, a ella no le importaba si Patrick decidía salir con alguien y quedarse hasta tarde con esa persona, le alegraría si llegara a escuchar una noticia como esa, después de todo ella quería que su mejor amigo fuera feliz... ¡¿Pero le costaba mucho responder sus llamadas?! Aunque no fueran una pareja él seguía siendo el padre de su hija, seguían viviendo juntos, segu&iac
Patrick sintió cómo algunas personas se le quedaban viendo mientras iba a la máquina expendedora y un pesado suspiro se escapó por sus labios al escuchar su nombre en susurros, metió el billete en el aparato, marcó el número del snack que quería y se devolvió a su asiento aun sintiendo aquellas fijas miradas sobre su espalda. Aquello pasaba siempre, cada vez que él iba a algún lugar en aquella estación, los patrulleros, oficiales, detectives, inspectores e incluso las secretarias hablarían a sus espaldas, al principio había creído que se debía a que un oficial del SWAT había sido ascendido a detective de una manera tan abrupta, Patrick era muy joven y ya se había saltado varios escalones muy rápido, cualquiera que no lo conociera pensaría que tendría algún contacto en los altos cargos y eso era lo que lo ayudaba a subir tan r&aacut