—Uhm… —Jung observó cómo Ethan caminaba hasta la oficina del capitán luego de darle un alegre saludo que no concordaba para nada con su aspecto y lo siguió— Oye… ¿No dormiste anoche? —Movió su hombro juguetonamente.
—No, de hecho no… —Suspiró, tomando asiento detrás del gran escritorio y manteniendo su cabeza baja mientras hurgaba entre varios documentos.
—Eh… —El coreano ladeó su cabeza, estaba confundido— ¿Vas a decirme cómo te fue con Kai o no?
El silencio se formó en aquella habitación durante varios incómodos segundos hasta que el mayor decidió volverse a verlo. Rara expresión. Totalmente extraña.
—Sé que tenías buenas intenciones, Jung, pero eso no funcionará. Lo siento. —Le dio una pequeña sonr
Las comisuras de los labios del coreano se curvaron hacia arriba al sentir cómo los labios del pelinegro se posaban en su hombro y se volvió para abrazarse a él, soltando una pequeña risita al sentir el húmedo cabello de éste chocar contra su piel al tiempo que depositaba varios y rápidos besos en su cuello. Él había estado revisando los reportes que terminó llevándose consigo a su pequeño viaje de fin de semana con Patrick mientras el menor terminaba de darse una ducha.Habían tenido una gran noche y Jung no podía estar de mejor humor; Patrick había reservado una habitación en aquel bonito hotel por el fin de semana y se habían tomado el tiempo de recorrer el parque, ir a cenar y dar una tranquila caminata alrededor del gran lago del lugar. Maravilloso. Realmente maravilloso.—¿Qué tal si dejas eso a un lado y pedimos a
—¿Disculpa? —Jason se detuvo en la puerta del departamento del mayor y lo observó fijamente.—Estás disculpado —Mark bromeó, apretando sus labios al ver que el chino no cambiaba su expresión—. No es para tanto, Son, yo…—¡¿No es para tanto?! —Jason, que parecía haber tenido una crisis mental y haberla superado parcialmente en cuestión de segundos, alzó su voz, titubeando al darse cuenta de su propia reacción y apretando sus puños— ¿Cómo que no es para tanto? Yo… —Frunció su ceño al ver la expresión tranquila de su novio, él estaba perdiendo la cabeza, pero Mark estaba tan fresco como una lechuga— ¡¿Cuál es tu problema?! —bufó de nuevo— Soy tu pareja, pero no me dices nada, ¿por qué no hablas conmigo? ¿No cree
—Pensarán que soy un mal esposo si te ven tan emocionado por volver al trabajo —Jonathan tiró de la mejilla de su ansioso esposo y éste se volvió para verlo con una sonrisa tan brillante como el mismo sol—. Eres un adicto al trabajo, ¿lo sabías? —rio bajo, tirando más de su mejilla y depositando un corto beso.—Oh, no me malinterpretes. —Se dio la vuelta— Preferiría quedarme aquí contigo y vacacionar por un poco más de tiempo. —Se abrazó al mayor y comenzó a jugar con su cabello, sonriendo al recordar que le había hecho caso luego de pedirle que se hiciera un corte, pero sintiéndose totalmente extraño al no sentir su cabello largo. Demonios, ¿por qué lo extrañaba si era él quien le pedía que lo cortara? Bien, no importaba, crecería. Igual Jonathan sería atractivo aun asie
—¿Directo a la casa de Ethan? —Patrick acomodó el lazo en el cabello de su hija y sonrió al ver que había hecho un trabajo impecable. Estaba mejorando en sus habilidades de peinado.—Ujúm —Jung asintió, dejando los platos limpios a secar y volviéndose a ver a los otros dos—. Su auto está en el taller y de todas formas tenemos que ir a ver a Kai, así que no me detendré en la oficina.—¿Tan urgente? —El pelinegro alzó una de sus cejas, el mayor asintió— Rayos, no pensé que fuera tan grave. —Se levantó de su asiento en el sillón y tomó la mano de su hija— Bien, hora de ir a la escuela.—¿Podemos pasar por la pastelería en el camino? —preguntó, sus ojos brillaron de esa manera practicada que le conseguía todo lo que pedía.—E
—¿Y si dejas eso por hoy y nos vamos a dormir? —Patrick se apoyó en una de las sillas del comedor y observó al concentrado coreano, que pasaba de las hojas esparcidas, a las fotos de la escena del crimen, a su libreta de anotaciones, tachando y escribiendo de nuevo— Es tarde. —El pelinegro quitó el bolígrafo de su mano e hizo una mueca al notar que el mayor se asustaba por su acción. Estaba tan concentrado que ni siquiera lo había escuchado—. Vamos a dormir, Junnie.—Debo resolver esto antes de mañana…—Ya es "mañana" —Patrick frunció su ceño— ¿Qué hora crees que es? —Se cruzó de brazos.—Uhm… —El castaño se encogió de hombros— De noche… —dijo, no tenía ni idea.—De madrugada. —El menor regañó
Aquel dolor punzante que se había instalado en su cuello hace algunas semanas comenzó a molestarlo nuevamente mientras dejaba el pequeño pastel a su lado en el asiento y acomodaba su cinturón de seguridad. Sus compañeros de trabajo le habían preparado una pequeña sorpresa y él había hecho su mejor esfuerzo por parecer feliz por ello. Ethan había acostumbrado a dejar su cumpleaños de lado los últimos dos años. No sentía ganas de celebrarlo desde que Joshua ya no estaba a su lado y la verdad preferiría simplemente olvidar la fecha.Su mano se dirigió a la puerta de su departamento y la abrió lentamente, echando otro vistazo al pequeño pastel y preguntándose si había sido mala idea comprarlo. ¿En qué estaba pensando?Las luces estaban apagadas como todos los días y la foto en la repisa de la sala estaba alza
Un nudo se formó en su garganta y sus dedos apretaron el sobre que sostenía en su mano, ¿qué demonios significaba aquello? ¿Cómo se suponía que debía tomárselo? Debía ser una broma. Debía ser…Su mirada recorrió toda la calle de enfrente y la entrada de la casa, volvió a las fotos en sus manos y tomó una gran calada de aire. ¿Por qué estaba pasando esto ahora? La imagen de él y Patrick besándose en la entrada era la primera, le seguía una foto perfectamente tomada de ellos caminando, tomándose de la mano en su paseo de fin de semana… ¡Incluso había una foto de ellos bailando a escondidas en la boda de Jonathan y Taylor! ¡¿Qué carajos estaba pasando?!Sintió que aquello lo superaba y decidió entrar a la casa, escondiendo las fotos dentro de su chaqueta al ver c&oacut
—¿Qué se supone que haremos? —El coreano dio un paso atrás, alejándose del pelinegro que había extendido su mano. Aquella situación lo había hecho más consciente de sus interacciones en público, aunque quizás eso ya era un caso perdido.—No lo sé —Patrick admitió, acercándose de igual forma al mayor y tomando la carta de sus manos. Su ceño fruncido— ¿Qué quieres hacer? —preguntó.—¿Por qué me lo preguntas a mí? —suspiró.—Porque este es tu caso —bajó su voz—, es tu mejor amigo y también tu compañero... —Asintió, mirando alrededor, cuidando que nadie se acercara a la puerta de la azotea.—Sí, pero es nuestra relación de la que estamos hablando aquí —bufó, Patrick