"Si sonreímos una vez más, quizás el día nos abrace"Me quedé en la cama de Chris, abrazando el anillo con ambas manos, como si fuera lo único que me mantenía conectada a él. Lo giré lentamente entre mis dedos, sintiendo la fría suavidad del metal. La promesa que representaba brillaba tenue contra la luz que se filtraba por la ventana. Ya no dolía como antes, aunque el vacío seguía ahí, en el lugar donde él solía estar.Lo prometo, me dije en silencio, cerrando los ojos con fuerza mientras un nudo se formaba en mi garganta. No lloraré más por ti. Te dejaré descansar.El sonido de la puerta al abrirse rompió el silencio, y levanté la cabeza de inmediato. Era Kaiden. Se detuvo en el marco de la puerta por un momento, como si evaluara si debía entrar o no. Finalmente, avanzó con pasos lentos y firmes, su expresión serena, casi solemne. No parecía sorprendido al encontrarme allí. Tal vez no era la primera vez que alguien buscaba consuelo en esta habitación, ahora silenciosa y cargada de m
“Es necesario haber amado, después perder el amor y luego volver a amar todavía más”Vicent Van Gogh. Día de Acción de GraciasPara muchas familias, este día era solo una fecha en el calendario. Pero para los Warren y los Gilmore, siempre había sido motivo de celebración.Desde que tengo memoria, nos reuníamos todos, creando un caos alegre que llenaba la casa de risas. Sin embargo, este año era diferente. Quizás no sería lo mismo, pero sabíamos que debíamos continuar por él.Mi ánimo había mejorado en los últimos días, y tener a Kaiden como amigo en lugar de enemigo era un alivio que no sabía cuánto necesitaba. Su presencia ya no era una sombra molesta, sino más bien un faro que me anclaba en los días difíciles.La mesa estaba llena de vida, como siempre. Jacob y mi padre ocupaban el centro, enfrascados en una conversación apasionada que probablemente tenía que ver con trabajo o política. Mi madre y Eleanor charlaban animadamente sobre telas, patrones y colores, sus manos gesticuland
"La oscuridad se cierne sobre mí, y ella no parece querer terminar"Paige Gilmore.Al día siguiente, nos encontramos todos en la cafetería de la escuela, rodeados de charlas animadas y risas. El sonido de las bandejas, las conversaciones y los utensilios chocando creaba una atmósfera relajada, pero en mi mente seguían rondando las palabras de Kaiden de la noche anterior.Había pasado por tantas cosas, y aunque sus demonios eran difíciles de comprender por completo, me di cuenta de que quizás no era tan fácil dejar atrás el rencor como pensaba. Mis padres y Chris siempre habían insistido en que lo perdonara y lo olvidara, pero Kaiden no me odiaba. Eso me lo había dejado claro.Zoe, por su parte, seguía ocupando todo el espacio alrededor de Kaiden, casi como si quisiera marcar su territorio. Intentaba captar toda su atención y, sorprendentemente, Kaiden no parecía molestarse. Después de todo, ella es su novia. ¿Qué más podía hacer yo al respecto? A veces, la realidad es más fácil de ace
"Todo ocurre por alguna razón, quizás el destino nos tiene preparado algo mejor o algo peor"El murmullo de la clase se mezcla con el ruido de los ventiladores del techo. Aunque mi cuaderno esta abierto frente a mí, no puedo concentrarme. Las palabras del día anterior seguían dando vueltas en mi mente, junto con el dolor de la incredulidad de Kaiden.De repente, el sonido de un teléfono vibrando llamó mi atención. Connor, que estaba sentado unas filas más adelante, revisó su celular con rapidez. Su rostro se tensó por un instante antes de levantarse de su asiento.—Señorita Hall, ¿puedo salir un momento? —preguntó con tono apresurado, levantando el móvil en señal de urgencia.La profesora asintió con desgano, y Connor salió del aula sin mirar atrás. Mi curiosidad se despertó de inmediato. Había algo en su comportamiento que no encajaba. Recordé el día en que lo vi con el collar de Chris. Esa imagen seguía atormentándome, aunque no sabía si era real o si mi mente había jugado conmigo.
"El psicólogo no es para locos"La psicóloga me recibe con una sonrisa amable, aunque había algo en su mirada que me hizo sentir vulnerable desde el primer momento. Me senté en el sillón frente a su escritorio, las manos nerviosas entrelazadas. No sabía bien qué esperar de esta sesión, pero ya no podía seguir ignorando el dolor que aún me carcomía por dentro.—Entonces, Paige, ¿cómo te sientes hoy? —su voz era suave, casi como si estuviera esperando que yo me desahogara.Respire hondo y miré al suelo antes de responder. La verdad es que no sabía cómo poner en palabras lo que sentía. Había días en que el peso de la pérdida me aplastaba, pero con el tiempo, las lágrimas se estaban haciendo menos frecuentes. El dolor seguía allí, pero ya no me ahogaba de la misma manera.—Siento... que me duele mucho, pero ya no lloro tanto como antes —dije, mi voz tembló ligeramente al pronunciar esas palabras.La psicóloga me observa en silencio, asintiendo lentamente, como si estuviera considerando mi
"Mundos rotos, corazones unidos"¿Qué quiero escuchar de Kaiden?Esa es la única pregunta que resuena en mi mente. ¿Deseo que diga algo importante o solo quiero salir de esto lo antes posible?O quizá... quizá sí quiero escuchar algo significativo de él.Un pensamiento aleatorio se filtra en mi cabeza. Me siento culpable solo de considerarlo, pero lo necesito.Cierro los ojos, respiro hondo y, con cautela, le susurro al oído las palabras qué deseo escuchar. Kaiden parpadea, visiblemente sorprendido. Pero, en lugar de apartarse, sus facciones se suavizan.—Me gustaría escuchar: Estarás bien —dice con voz serena.Me quedo quieta, sosteniéndole la mirada. Hay algo en su expresión que me sacude por dentro. Kaiden también está afectado.Nuestros mundos están igual de rotos.Kaiden se adelanta y se coloca en el centro del grupo. Se mueve con rigidez, como si cada paso le pesara. Sus hombros están tensos, sus puños cerrados, y aunque intenta mantener la compostura, puedo ver el temblor en su
"La máscara cayó, y en sus ojos solo quedó la verdad oscura que temíamos."Esa noche, Kaiden y yo no dejamos de hablar sobre lo que vimos. Sentados en su auto, estacionado a unas cuadras de la casa de Connor, intentamos armar el rompecabezas.—Ese tipo lo amenazó —murmura Kaiden, golpeando el volante con el pulgar—. ¿De qué demonios estaba hablando? ¿Qué es lo que no tiene?Me muerdo el labio, recordando el miedo en el rostro de Connor.—No lo sé, pero sea lo que sea, es importante. Y peligroso.Kaiden asiente, aún con la mandíbula apretada.—Mañana en la escuela lo vigilaremos más de cerca. No puede esconderse para siempre.A la mañana siguiente, seguimos con nuestro plan. Connor actúa extraño: está más callado de lo normal, mira a su alrededor con paranoia y revisa su teléfono constantemente.En la hora del almuerzo, se aparta de su grupo habitual y se sienta solo, con los codos sobre la mesa y la cabeza baja. Kaiden y yo intercambiamos una mirada.—Está quebrándose —susurra Kaiden—
"Los ojos nunca mentirán y hay amor detrás de ellos"El pasillo parece quedar en completo silencio, como si el mundo se hubiera reducido solo a nosotros tres. Connor nos observa con una expresión que nunca antes le había visto. No es la sonrisa burlona ni la actitud despreocupada que siempre muestra. Ahora hay algo oscuro en su mirada, algo que hace que mi piel se erice.Kaiden da un paso adelante, su mandíbula tensa, sus puños cerrados.—¿Qué dijiste? —pregunta con la voz baja, pero afilada como una cuchilla.Connor ladea la cabeza, su boca se curva en algo parecido a una sonrisa.—Dije que, si lo hago, ¿qué?Mi corazón martillea contra mis costillas. No me atrevo a apartar la mirada de él, aunque mi mente me grita que corra. Hay algo en la forma en que lo dice, en cómo nos observa, que confirma nuestras sospechas sin necesidad de pruebas.—Sabes lo que pasó con Chris —logro decir, sintiendo la garganta seca—. Sabes más de lo que has dicho.Connor suelta una carcajada baja y se pasa