Cuando Moira despertó, Zack estaba completamente desmayado en la cama, pero abrazándola firmemente contra su cuerpo, como si temiera que al soltarla desaparecería.Moira pestañeó un par de veces, antes de que los recuerdos de la noche anterior la inundarán de golpe.Recordó los besos, las caricias, el amor… Más importante, recordó la confesión que tanto había querido oír desde hace tanto tiempo:“—Habría hecho todo por ganarme tu perdón. Te habría rogado de rodillas arrastrándome por el suelo de ser necesario. —Apartó las manos de su rostro y la miró con ojos enrojecidos—. Pero por supuesto que te amo, idiota. Tú y Lutxi son lo que más amo en el mundo y creí que era evidente... por que aunque no quería molestarte con mis problemas de todos modos buscaba excusas para verte…” Era casi como si estuviera soñando, pero sabía que era verdad. ¡Finalmente Zack le había dicho por primera vez que la amaba! Y la cosa no solo quedó ahí, luego de eso él le dijo que… “—¿Es tarde para aceptar la
—¡Mamá y mi profe sí son novios! ¡Lo sabía! —Cuando Lutxi los atrapó besándose, ambos supieron que era el momento de decirle por fin la verdad. —Hija… Zack y yo tenemos que hablar contigo. —Moira se apartó de Zack lentamente, mirando con seriedad a su niña.Ella alzó ambas cejas, confundida.—¿Está bien? —Encogió los hombros.—Vamos a desayunar al balcón de la biblioteca ¿quieren? —propuso Zack frotando su nuca, con una mirada visiblemente nerviosa por lo que vendría a continuación—. Les prepararé chocolatada caliente… con malvaviscos.—¡Hurra! ¡Yo quiero! —Lutxi corrió a la biblioteca con una gran sonrisa emocionada. Apenas se fue, Moira miró ansiosamente a Zack, que ahora parecía todavía más nervioso, cosa para nada normal en él. Normalmente sonreía incluso ante una situación de vida o muerte, pero ahora parecía superado por la situación y sin saber qué hacer.Ja, era un poco irónico que el gran Dr. Zack Irissa fuera doblegado por su propia hija, pero eso solo le demostraba a Moir
—Desde que te conocí… desde la primera vez que te vi, yo supe que… que tú eres mi hija. —Zack sonrió temblorosamente—. Soy… tu papá.Silencio.Lutxi lo miró con ojos muy abiertos, antes de parpadear lentamente y hablar con voz suave y baja:—Ya lo sabía. —Rascó su oído con total indiferencia.—¡¿QUÉ?! —Zack y Moira casi se desmayan.—Ya lo sabía —repitió lentamente, como si fueran tontos—. Sé que mi profe es mi papá de sangre. Desde hace meses que lo sé. —Sorbió de su chocolatada con malvaviscos con total calma—. Me preguntaba cuándo iban a decírmelo…Ellos se quedaron con las bocas abiertas. Habían creído que iban a darle un shock a su hija, y al final fue ella la que los sorprendió.Claro, lo habían olvidado… Olvidaron lo realmente lista e inteligente que era su hija. —¿Pero cómo…? ¿Desde cuándo exactamente lo sabes? —Moira no estaba entendiendo nada.—Hmm, por si no lo han notado, somos iguales. —Comió un bocadillo mientras ellos la observaban con múltiples gotitas bajando por sus
Moira suspiró profundamente al ver a Zack irse cabizbajo, mirando con reprobación a su hija.—¿Qué? —La pequeña infló las mejillas, como presintiendo un regaño y enfurruñándose por eso de ante mano.—Lutxi… —Moira negó con la cabeza, para luego alzarla en sus brazos y sentarse en el sillón con ella en su regazo, acariciándole el rostro mientras pensaba con mucho cuidado sus siguientes palabras, sin querer hacerla sentir mal—. ¿Qué es lo que sucede? ¿No quieres a tu papá?—A mi profe, y si lo quiero. Lo quiero mucho. —Hizo más pucheros, esta vez con ojitos tristes.—Pero… si ya sabías que es tu padre, ¿por qué no lo quieres de esa forma? Él te ama como a su hija, no como a una alumna. Él ha hecho todo eso de ser un maestro por ti y quiere ser tu padre de verdad, y si lo quieres, ¿por qué no lo aceptas?—Pero… —Apartó la mirada—. Eh… —Volvió a inflar las mejillas—. No sé… Ya sé que es mi papá, pero… pero es raro. No es como los papás de los otros niños… esos papás han estado con sus hij
Moira y Zack continuaron besándose en la habitación y, si bien al principio el beso fue más para consolarlo, ahora Moira no tenía muchas ganas de dejarlo ir. Él le correspondió apenas al principio, contentándose con simplemente sentir su tacto y cercanía, pero Moira quería hacerlo olvidar los problemas, así que se apartó por un momento para cerrar la puerta y luego volver con él y besarlo con más entusiasmo y también mucho cariño, queriendo borrarle toda la tristeza con sus caricias. Eventualmente él correspondió con el mismo entusiasmo y finalmente volvió a regalarle esas sonrisas sinceras que tanto amaba y que no quería dejar de ver nunca. Esta vez intentaron ser silenciosos, sobre todos porque todos estaban despiertos y la mitad de los presentes eran niños. Aun así, la pasión podía más con ellos, más porque pasaron demasiado tiempo separados y ahora se morían por recuperar todo ese tiempo perdido. Intentando no hacer mucho ruido, Zack cubrió su boca con su mano mientras se hun
—¿Y de qué quieres hablar, hermano? —preguntó Samanta, la más pequeña de los hijos de Brandon y Lilliana, mirando con mucha admiración a Zack. Aunque Samanta nació cuando Zack ya tenía su propia empresa y era completamente independiente, de alguna forma era con la que mejor se llevaba de sus cuatro hermanos. Rena también era científica y pronto trabajarían juntos, pero Samanta era especial, Zack siempre sintió que debía cuidarla y protegerla a ella más que a nadie. Fue luego de separarse de Moira que se volvió algo distante de Samanta, ya que Moira solía adorarla muchísimo y viceversa, pero ahora tenía que reparar esa relación, y empezaría por decirle la verdad. —Hay algo que deben saber… Aunque bueno, Rena y Simon ya lo saben. —Carraspeó—. Sé que son niños listos, así que lo diré sin rodeos. Cuando me separe de Moira, ella estaba embarazada. Lutxi es mi hija. Ante su franqueza, tanto Roy como Samanta se quedaron con las bocas abiertas, mientras que Simon y Rena, que ya lo sabían
Para cuando llegó el último día del año, Lutxi ya estaba casi completamente recuperada de su resfriado que la hizo pasar navidad en cama. Decidieron invitar para esa ocasión a Clark, Lilly y su hijo, y también a Tadeo y Jenny (los mejores amigos de Zack y buenos amigos de Moira) y sus hijos, entre ellos Teddy, que se volvió muy cercano a Lutxi a pesar de ser mucho mayor.Moira se sorprendió un poco al ver la gran barriga de Jenny. ¡Había olvidado por completo que estaba embarazada!—Si que ha crecido mucho en estas semanas que no te vi ¿eh? —murmuró impresionada mientras acariciaba su vientre después de la cena mientras esperaban la llegada de la medianoche.Ver a Jenny embarazada había despertado mucha ternura y nostalgia en ella. Una parte de ella no podía evitar preguntarse qué pasaría si se embarazara de nuevo… aunque todavía era muy pronto para pensar en eso, pero le daba mucha curiosidad la idea de cómo reaccionaría Zack a pasar por algo así. ¿Acaso él se tomaría bien la idea
Apenas volver de aquellas intensas vacaciones que cambiaron su vida, una horda de los compañeros de trabajo de Zack lo empezaron a atosigar tanto en el laboratorio como en la oficina para revisar diversos proyectos, firmar permisos, responder a los inversionistas, etcétera, etcétera.Tuvo que quedarse trabajando hasta la madrugada y solo durmió un par de horas antes de ir a trabajar a la escuela como maestro de su hija. Su día de inmediato se iluminó al ver a Moira llegar con su hija para dejarla en su clase. Ella lo notó y, en vez de apartar la mirada incómodamente como solía hacerlo antes de reconciliarse, le dedicó una bella sonrisa y agitó una mano hacia él.Ah, qué bueno era tener de nuevo a su Moira a su lado. Todavía no se acostumbraba, pero esperaba acostumbrarse pronto. Y para ello planeaba intentar recuperar todo el tiempo posible a su lado. Tenía que buscar más formas de pasar más tiempo con ella. Con las dos, de hecho. Quería estar todo el tiempo posible con su familia.