—Entonces… ¿vas a estar ocupada con el asunto de los perseguidores de Zack? —Marcus miró con curiosidad a Moira mientras tomaban café en la sala de su mansión.Sus hijos estaban jugando no muy lejos de allí. O más bien Kei estaba escapando de Lutxi que quería golpearlo por decir que la música era mejor que la ciencia. Ya los calmaría luego…—Sí… Quiero decir, no planeó descuidar en lo absoluto la seguridad de Kei, pero creí que debía decirte esta situación en caso de que algo surgiera.—Está bien, Miry preciosa, entiendo totalmente. —Sonrió comprensivamente—. Confió plenamente en tus capacidades, no tienes nada que explicarme.Ella sonrió agradecida.—Gracias, Marcus. —Suspiró.—Aunque… hay algo que quiero pedirte.—¿Qué sería eso? —Alzó una ceja.—Haré una fiesta esta semana y Zack está invitado… Me pone un poco nervioso que sus perseguidores quieran hacer algo en la fiesta así que ¿te importaría venir a trabajar como guardaespaldas esa noche? Ella lo miró con los ojos muy abiertos.
Los besos solo subían más y más de intensidad entre la pareja de ex novios. Moira arrastró a Zack a su habitación y los tiró a la cama a ambos, con ella encima de él.Zack rodeó su cintura con sus manos, acariciando su piel por encima de la ropa de una manera que ambos sabían que la volvía loca. Y ella le quitó el saco y le rompió la camisa.Se lanzó a besar su cuello y su clavícula mientras tiraba para quitarle por completo la camisa, disfrutando de escucharlo sisear.—Espera… Miry… —Sus manos se apartaron de su cintura y subieron a acariciarle el cabello—. Detente. Esto es una completa locura… —Jadeó cuando ella posó sus manos en su pecho desnudo, acariciando su torso de arriba a abajo—. Espera. —Rio entre dientes, casi sin aliento.—¿Esperar? —Dejó de estar encima de él, que rápidamente se sentó.—Sí, esto no… —Se tragó sus palabras cuando ella se quitó su vestido de un tirón.—Ya esperamos suficiente tiempo, Zack… —susurró mientras gateaba para trepársele encima, demasiado borrac
Lutxi, totalmente ajena al drama que se vivía en su casa, tuvo una noche muy interesante al cuidado de su tío Luke y en compañía de su amiga Charlotte.—¿Tú cocinas? —Se quedó con la boca abierta al ver que era su amiga la que cocinaba a pesar de que era solo tres años mayor que ella.—¡Sí, aprendí hace poco! Como mi papá siempre está muy ocupado trabajando decidí que quiero ser yo la que cocine. —Sonrió alegremente, mirando a su padre trabajar en unos papeles—. Además… —Bajó su voz a un susurro—. La verdad es que nunca fue buen cocinero…—Escuche eso. —Su padre le lanzó una mirada herida.Charlotte rio nerviosamente.—Lo siento, papi, es la verdad. Pero aún eres el mejor papá en todo el mundo.—El daño ya está hecho, Chary. —Luke parecía realmente deprimido, pero acabó sonriendo luego de soltar un suspiro.Lutxi rio y miró con interés a su amiga cocinar. Chary quiso hacerla ayudar en lavar las verduras, pero Lutxi hizo un verdadero enchastre y Chary acabó enviándola al rincón junto a
Pasó casi una semana desde la fiesta de Marcus y llegó el día de la excursión a Okinawa. Irían el viernes por la mañana y regresarían el domingo por la noche, yendo y regresando en barco.El viaje en barco desde California hasta Okinawa normalmente duraba muchas horas, pero Robert decidió donarles para el viaje uno de sus mejores cruceros con tecnología mejorada para ser especialmente rápido sin dejar de ser agradable y apto para niños, así que llegarían después del mediodía.Zack estaba de muy buen humor, hablando con su pequeño colibrí del funcionamiento de un barco mientras esperaban que todos se subieran. Moira los estaba observando a unos metros de distancia, de brazos cruzados y con gesto ausente.La última semana había sido muy incómoda para ellos. Evitaban hablarse y en el caso de ella evitaba siquiera mirarlo. Sí lo odiaba, Zack realmente no podía culparla.Nunca la había culpado, de hecho. Sabía que todas las desgracias que ocurrieron entre ellos fueron única y exclusivament
Cuando Moira llegó hasta donde estaban con todo lo necesario para el picnic que tenían planeado en su primer día en Okinawa, finalmente partieron al parque que Luke había visto de camino al hotel, aunque para ello tuvieron que alquilar autos.Alquilaron dos autos y Moira llevó a Lutxi y sus amigos de la escuela en uno, mientras que Zack y Luke llevaron a Chary y Henry en el otro.—Es un almuerzo tardío pero es mejor que nada —musitó Luke alegremente mientras extendía unas mantas en el bello parque lleno de construcciones antiguas y muchos árboles, plantas y flores exóticas.El parque también estaba lleno de mariposas, y Zack y Moira sonrieron al ver a Lutxi perseguirlas en compañía de su amiga Miranda.—¡Hija, ven a comer, por favor! —Moira llamó insistentemente a Lutxi después de tender otra manta en el césped, para luego sacar el almuerzo empacado que había preparado para ella, unos sándwiches, bocaditos de arroz y algunas frutas. Lutxi hizo pucheros por tener que dejar de jugar a
Moira volvió a suspirar, comenzando a guardar los restos de su almuerzo y el de su hija en una bolsa para desecharla luego.Una vez acabó con eso, vio a Lutxi ahora haciendo muchas preguntas de ciencia a su padre y sonrió resignada, apartando la mirada para ver las bellas mariposas revolotear por todo el parque. Fue entonces que notó algo fuera de lugar entre unos arbustos a lo lejos.Eran dos hombres semi-ocultos por las hojas. Y lo peor de eso fue que los reconoció al instante. Eran uno de los pares que solían rondar la escuela. Definitivamente estaban detrás de Zack.Se tensó en su sitio, llamando la atención de Zack y de su hija. Al verlos, volvió a relajarse y sonrió nerviosamente, agitando una mano en señal de que todo estaba bien.No podía hacer un movimiento en este sitio, menos delante de su hija. No sabía de lo que estos hombres eran capaces y no quería tentar a la suerte. Lo mejor sería jugar a lo seguro. Tal vez debería… Mmm, primero que nada, comprobaría que tanto pensa
Luego de unos minutos, Zack decidió empezar a crear misterio sobre el lugar al que irían.—Te va a encantar por completo este lugar, pequeño colibrí. —Rio alegremente—. No podrás creer todas las maravillas que verás allí, te aseguro que no veras nada igual en ningún otro lado.—¡Pero dime dónde, profe! —pidió ella brincando en su sitio. —¡Dime, no seas malo! ¿Por favor, sí? —Pestañeó angelicalmente.Zack solo rio ruidosamente, casi malvadamente, indiferente a sus pucheros que solo se hicieron más pronunciados antes sus burlas. —¡Ja, buen intento pequeño colibrí! Esos trucos de pucheritos lindos no funcionan contra mí si no puedo verte —dijo altaneramente.—Acabas de reconocer que sí funcionan cuando la ves —señaló Moira con una sonrisa burlona.—Bueno, no quiero darle un mal ejemplo mintiendo. —A Zack no le molestaba reconocer que la carita linda de Lutxi siempre era capaz de convencerlo de lo que sea. —Sí, claro… y dale las armas para manipularte luego diciéndole eso. A veces me ha
Teniendo a su padre todavía desplomado en el suelo, Zack lo revisó sintiendo una enorme preocupación y un enorme alivio.Al comprobar que estaba medianamente bien y no se había dado ningún golpe grave al caer, rápidamente se volteó hacia Moira.—Lleva a Lutxi a tu habitación y quédense ahí. Yo me encargó —le susurró, a lo que ella asintió y tomó a su hija en brazos, retirándose rápidamente mientras Zack ahora revisaba el pulso de su padre, asegurándose de que era normal. Bien, solo era un desmayo por la impresión, y él conocía el remedio perfecto: Sin mucha delicadeza, le dio una bofetada, despertándolo en el acto.—¡Tengo una nieta! —gritó él mientras despertaba, sentándose en el piso. Volteó a verlo con los ojos muy abiertos—. ¡Tienes una hija! ¡Es tu hija! ¡Es MI NIETA! —Empezó a señalarlo y señalarse frenéticamente, como el anciano exagerado que era. Zack rodó los ojos, agradeciendo mentalmente haberle dicho a Moira que se llevará a la niña antes de despertar a su padre gritón.