«Dannon…», se oyó una voz desde el interior del albino. Éste se hallaba en su estudio, con el mapa y un montón de papeles desparramados sobre su escritorio. Había recostado la espalda contra el respaldo del asiento y cerró los ojos por un momento, hasta que percibió que estaba siendo llamado. Recon
Dannon se quedó callado por un instante, dirigiendo la mirada hacia Kallen, quien meneó la cabeza desde la distancia, expresando su disconformidad. No quería echarse para atrás, pues estaba por matar a la hechicera. Ese era el momento oportuno, deseaba a toda costa liberar a Dannon de la maldición.
—¡Acabemos con esto! —estableció la hechicera, desafiando a la híbrida a una lucha de poderes. Por otro lado, Izan seguía combatiendo con el grupo de lobos enemigos que le vinieron encima, le propinaron varias mordidas en ciertas partes de su cuerpo, pero no fue suficiente para derribarlo. Finalmen
Nahuel empezó a gruñir y se lanzó en dirección a Dannon, alcanzando a morderlo ligeramente en el flanco derecho. El albino volteó y le propinó una fuerte mordida en la grupa, ocasionándole una lesión profunda, por lo que comenzó a sangrar. Nahuel soltó un quejido y cojeó un poco, pero rápidamente pr
El albino quitó el cadáver de Nahuel de encima suyo, teniendo la sangre de éste esparcida por su abdomen. Se puso en pie y volvió a fijarse en la pelea de las mujeres, notando que Andrómeda lo estaba mirando con estupefacción. Había lanzado un fuerte ataque a Kallen e hizo que ésta cayera tras contr
Días después, el albino reunió a las familias que quedaban del Clan enemigo para darles la siguiente información.—Mañana se irán de Áurea y serán escoltados por unos guardias hasta el bosque en donde vivirán. Izan ya se ha encargado de hablar con el líder de dicho territorio y serán aceptados bajo
—No puedo creerlo —agregó el albino—. Un exmiembro del antiguo Clan Ginebra en la manada, nunca imaginé que terminaría de esa forma.—Estoy seguro de que Cloe hará un buen trabajo, no tiene nada de lo que preocuparse —alegó el Beta.—Eso espero —suspiró—. También me ha sorprendido bastante la actitu
—¿Está… hablando en serio? —cuestionó Izan, con una expresión de asombro. —Por supuesto —aseveró el Alfa—. Asumo que no me has contado que tu mate pertenecía al antiguo Clan Ginebra por temor, y tampoco pudiste ser honesto con respecto a Emilse por la misma razón. Izan, ya no quiero que tengas duda