—¿Te burlas de mí? —Dannon la miró ceñudo.—Estoy siendo seria con esto. Ya no es seguro que mi papá y yo sigamos aquí. Tú mismo has visto todo lo que ha pasado, así que preferiría regresar a mi hogar de donde nunca debimos haber salido.—¿A qué viene esto? Ya les he dado la oportunidad de elegir el
—Jamás mentiría con un asunto tan serio —replicó—. Me he enterado hace muy poco tiempo, es por ello que cuando nos diste la oportunidad de irnos, elegí el camino equivocado. Tampoco se lo he dicho a mi papá, pero estoy segura de que, en cuanto lo sepa, accederá a volver a nuestra casa. Me gusta Áure
—Emilse —pronunció con disgusto—. Se atrevió a decirme que quiere abandonar el bosque.Una punzada se hizo presente en el centro del tórax de Izan.—Ah, ¿sí? —se aclaró la garganta—. ¿Y cuál fue su respuesta? —agregó, confiado en que diría que la solicitud había sido denegada.—Esa humana me dejó en
—Pero ¡¿qué demonios te pasa?! —Emilse le dio un empujón para liberarse de su agarre. Sin embargo, Izan la tomó del brazo y la llevó a la pequeña oficina del dispensario. Una vez dentro, cerró la puerta.—Necesito que me expliques cómo es eso de que te embarazaste de un humano —refunfuñó él—. ¿En q
Emilse no consiguió emitir sonido, no le salía la voz. Estaba demasiado sorprendida para replicar y una serie de emociones surgieron dentro de ella, mezclándose entre sí. Izan acababa de confesarle que también la amaba y le costaba digerirlo.—Entonces… ¿serás honesta conmigo? —añadió el Beta, ansio
—¿Que los deje partir? ¿No fuiste tú el que dijo que no debía permitir que se marcharan? —regañó Dannon, luego de que Izan le planteara que diera su autorización para que Emilse y Adrián regresaran al mundo humano antes de la próxima batalla.—Hay que analizar detenidamente la situación. Ellos estar
Las mejillas de Kallen se sonrojaron ligeramente, cuando de pronto, oyó un sonido. No era uno que provenía del exterior, sino dentro de sí misma. Repentinamente, las cadenas que sujetaban las muñecas de Minerva se fragmentaron y cayeron alrededor de sus pies. Ella se miró las manos y sus ojos no pu
Dannon tragó saliva y se mantuvo mirándola con los ojos bien abiertos. Aunque la maldición no se rompiera, al menos anhelaba recuperar sus facultades lobunas. Sin embargo, luego de que su entusiasmo llegara al pico más alto, cayó de golpe. Liberó los hombros de Kallen y retrocedió un paso.—¿Qué su