—Así que tú eres la sacerdotisa de los Ginebra —articuló con soberbia—. Finalmente nos conocemos. Minerva la miró horrorizada pues percibió su aura oscura al instante. —¿Qué significa esto, señor Alfa? —cuestionó. —Significa lo que estás viendo —aseveró él—. Andrómeda forma parte del Clan. —Pero
Minerva la contempló con desdén desde el suelo, a lo que unos fuertes aplausos llamaron la atención de ambas. —¡Muy bien! —exclamó Apollo, chocando las palmas—. Supongo que no es necesario decirlo, pero, aun así, declaro ganadora a Andrómeda —articuló—. ¡Guardias! —vociferó, a lo que un par de lobo
—Andrómeda... —pronunció en tono bajo. —Minerva —la hechicera la imitó. —¿Qué pretendes al unirte a nuestro Clan? —le cuestionó con calma. No había rastro de hostilidad en su voz pues siempre procuraba mantener sereno a su corazón. —Quiero lo mismo que Apollo, la extinción de los Mordou. Minerva
El corazón de Minerva empezó a latir con vehemencia y su respiración se agitó. «Calma, Minerva. Calma…» se dijo a sí misma, buscando tranquilizarse. —Las sacerdotisas también pueden casarse, ¿cierto? —preguntó de repente—. Es probable que termine casándome con Apollo, ¿qué te parece? No solo seré
Cegada por la rabia y el odio, salió de la prisión y se dirigió a la casa de Apollo. Con su poder, destruyó la entrada y buscó entre las ruinas la espada que había utilizado para pelear contra Andrómeda. —¿Qué está sucediendo? —la voz de Apollo llamó su atención—. ¡Minerva! ¿Tú eres… la causante de
Andrómeda la miró ceñuda y con cierta inquietud en el pecho. La Minerva que tenía frente a ella no era la misma a la que se había enfrentado antes, sino que era una completamente distinta. Empezó a mover las pupilas de un costado a otro, buscando con la mirada la espada de sable. Las espadas estaba
Minerva percibió una punzada en el corazón y lo que Andrómeda le había dicho en su celda empezó a repetirse en su mente."Ya no le sirves para nada. ¿Porqué habría de mantenerte con vida?" —¿Va… a matarme? —entró a un estado de shock emocional por un momento, pero rápidamente salió de su ensimismam
Andrómeda no estaba de acuerdo con la decisión de Apollo, pero le dio la razón en una cosa: Si Minerva la mataba, todo habría sido en vano y no podría vengarse de los Mordou. Tal vez volvería a renacer como hechicera, pero no tendría recuerdos de esta vida y, probablemente, Isaac la encontraría de n