Una semana después
Elizabeth, y Carlos, abrazados, caminaron por la sala de espera del aeropuerto. Ansiosos esperaban por los esposos De la Torre, para viajar juntos a México.
Carlos y Elizabeth, sentían mucha curiosidad por conocer Oaxaca y el motivo de tanta insistencia en aquella invitación.
Mientras esperaban, ambos divisaron a lo
Si desean conocer más de los Álvarado y de la historia de Alondra vayan a leer el libro Entre sombras y tormenta de mi amiga: Xinova Escritora.
Luego de llegar al jardín pudieron observar las mesas adornadas con la mantelería bordada en las orillas y los adornos en barro negro, las personas que ya se encontraban ocupando sus lugares, charlaban amenamente. El ambiente del sitio era alegre. Justo cuando tomaron asiento, los meseros llegaron para ofrecerles bebidas y les colocaron botanas, para que comenzaran degustar de algunos bocadillos., que consistían en pequeños sopes y quesadillas para degustarlos, colocándoles salsa verde y roja, además de guacamoles.Carlos saboreó una de las quesadillas, se dio cuenta de que el sabor de la tortilla era distinto al que él preparó en Colom
Minutos más tarde, Elizabeth, y Carlos, caminaron con sus manos entrelazadas hasta la palapa que Álvaro, había rentado.Ely, escuchó la música, supo que pasarían un momento agradable. Se sentaron con tranquilidad admirando el bello espacio, además de disfrutar de la panorámica estando casi frente a la playa, la pareja colombiana contemplaba el hermoso paisaje, mientras se deleitaba de la maravillosa briza, observando como el ritmo de las olas se envolvía con la música que amenizaba la reunión.—Espero que les guste l
Manizales- ColombiaDías después.Después de haber pasado unas merecidas vacaciones en México, Elizabeth, y Carlos, regresaron a su país, no sin antes agradecer a los esposos De la Torre y a la familia Alvarado, por la acogida que recibieron en tierras aztecas, quedaron enamorados de Oaxaca, deseando regresar con sus hijos a futuro.Cuando l
Una semana después.Angélica, salía de la boutique del centro para dirigirse al departamento que rentaba con su mamá en el mismo edificio en donde vivía la familia de Francisco, de repente él la sorprendió de improviso.—¿Qué haces aquí? —indagó la joven venezolana. Un mes despuésEl sol brillaba en lo alto del cielo, en aquella mañana en la cual la Momposina, volvió a vestirse de blanco.Elizabeth, observaba desde la terraza de la habitación la hermosa alfombra blanca bordada a mano por donde caminaría para unir su vida al hombre que tanto amaba. Los novios no quisieron una fastuosa ceremonia, Ely, siempre disfrutaba de las cosas sencillas de la vida; sin embargo, suspiraba al ver la hermosa decoración de la hacienda, no había tenido opCapítulo 184
Dos meses despuésElizabeth, observaba maravillada los cambios que Carlos, le había hecho a su cabaña, ahora convertida en una casa de campo.Desde afuera la construcción de ladrillo visto, piedra, acompañando a las vigas, puertas, ventanas y contraventanas de madera, le daban un toque tan personal a su casa, de la mano de Carlos, y de su pequeño hijo, con su vientre cada vez más grande, caminaron al interior de la vivienda.La mirada de Elizabeth, de inmediato, fue a dar a la columna principal de la casa en la cual una escalera en forma de caracol conectaba a la segunda planta, el barandal y los escalones estaban construidos en madera tallada, era algo alucinante abrir la puerta y enfocarse en aquel adorno.Después Ely, fijó su mirada al arco construido en barro que ahora comunicaba la sala con el comedor, la pintura blanca en paredes y techo hacía resaltar las vigas de madera de la es
Dos meses despuésFrancisco le llevó la bandeja con el desayuno a Angélica, quién cada vez dormía menos, su enorme vientre no le permitía disfrutar de su plácido descanso ni dormir en la posición que tanto le gusta boca abajo.Ella se desperezó, le pidió ayuda a su pareja para poder sentarse y desayunar cómodamente. Tres días después.Elizabeth, y Carlos, esperaban con ansias la llegada de su bebé, según los cálculos del médico, debían nacer en esa semana, por eso Carlos, extremaba los cuidados con su esposa, el pequeño Gabo, empezó su nuevo año escolar, su padre era el encargado de llevarlo a la escuela. Elizabeth, con su enorme vientre, casi no podía ni moverse, por eso se quedaba en casa descansando. Rosario, solía acudir a acompañarla después que terminaba de brindar sus clases en la Momposina. Luz Aída, no había vuelto a molestarlos desde que escapó de la cárcel, por ese motivo se Capítulo 187. Final (I Parte)