Capítulo 126

Rosario salió muy conmovida de aquel lugar, caminó por los pasillos para llegar a la entrada principal del penal en donde Daniela, la esperaba; sin embargo, la joven no aparecía. Ella se recargó en una de las paredes a llorar, el fiscal que en ese momento salía al ver a la dama en esas condiciones se acercó a ella.

—Señora, ¿Se encuentra bien?

Rosario abrió sus ojos con sorpresa para encontrarse con los ojos azules del fiscal, quién la observaba con preocupación.

—Perdón —se disculpó Rosario, avergonzada y temerosa, después de todo lo que había sufrido en su vida, no era fácil para ella estar en contacto con hombres. 

El doctor Gaviria, sacó su pañuelo y se lo extendió a la señora Jaramillo.

—Usted tiene unos ojos muy hermosos, su mirada inspira mucha ternura, pero cuando unos ojos

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