He pasado días enteros preparando todo para esta noche, asegurándome de que todo salga bien. Siento los nervios en la boca del estómago y la emoción mezclada con un dejo de temor en el pecho. Jamás me había sentido tan nervioso en toda mi vida.

Me he cuestionado si estoy haciendo lo correcto o me estoy precipitando, pero entonces esa mujer que retoza en mis brazos me deja muy en claro que estoy caminando por el sendero correcto. Me basta con perderme en su angelical mirada para asegurarme que es en ella donde deseo contemplarme por el resto de mis días.

Verifiqué por tercera vez que todo estuviese en su lugar y respiré un poco más tranquilo, viendo con el corazón en la mano el hermoso vestido que encargué para ella. Para Greta esta cita será como cualquier otra que hemos tenido antes, pero no tiene ni la menor idea de la sorpresa que le tengo preparada.

Toqué su puerta y me abrió con el pelo enmarañado, un enorme camisón lleno de pinturas de colores y una hermosa sonrisa que aceleró