TAMARA.
16 de marzo.
Camino rápidamente hacia el salón de clases, no me quiero topar con él, aunque siempre llega tarde.
En vez de ir a mi asiento de siempre defino que es mejor sentarme al frente, así no tendrá más opción que sentarse al final. Me siento, dejando la mochila en la mesa, seguro me tocara soportar a alguna de las cerebritos de la clase, pero sinceramente, prefiero a una de ellas a tener que sentarme con Mathias.
Fui una completa estúpida ¿Qué pasaba por mi cabeza cuando decidí beber? Nada, solo fue un impulso, un impulso del cual me arrepiento.
Me masajeo la sien con los dedos, el dolor de cabeza es insoportable, ni siquiera las pastillas para el dolor lograron calmar esta jaqueca.
Me sobresalto al sentir como dejan una mochila en el asiento continuo, me volteo y veo al dueño de la mochila. ¿Qué e
TAMARA.Mono guarda las maletas en el coche mientras yo espero a papá en la entrada de la casa.Después de, prácticamente, salir corriendo al llamado de papá estamos a punto de ir al aeropuerto para tomar un vuelo e ir a Cali. En avión es mucho más rápido llegar y más si es uno totalmente privado.Aun no sé porque de la nada papá quiso que fuera con él a este viaje. En otro momento no me molestaría, pero me interrumpió en algo importante.—¿Lista? —pregunta al salir de casa.—No —respondo seria. Detiene su camina al auto para encararme.—¿Qué sucede?—No me has dicho porque tengo que ir a Cali —me cruzo de brazos.—Tienes que ir porque yo lo digo —sentencia.—Pero…—Ara, sube al auto y deja de hacer tantas preguntas —me ignora mientras sube al auto.Dejando salir una gran respiración y con los hombros caídos, me subo al auto derrotada.No es justo, él siempre me pregunta que si quiero
TAMARA.Después de caminar medio kilometro por fin llegamos a nuestro destino.Una gran finca se revela ante nosotros. Es muy grande, tiene una fuente con dos ángeles en medio de la entrada. También hay 4 camionetas negras, deben ser del dueño de la finca.Unos hombres con ametralladoras de alto calibre, nos reciben. Nos guían al jardín trasero de la finca.En estas fiestas nunca nos dejan entrar a la casa, es por seguridad.La música es aturdidora y los gritos de mujeres, que deben ser prepago, se escuchan desde la entrada.Hay una gran piscina rodeada por mesas, mini bares y una pista de baile. Lo que me parece extraño es la decoración, es como de una fiesta de cumpleaños.—¡Bienvenidos sean todos! —dice un hombre desde una de las mesas más grandes.Tiene acento mexicano, lo cual no me extraña, los mexicanos
TAMARA.20 de marzo.Termino el desayuno, le agradezco a la señora Concha y camino tranquilamente hasta la entrada de la casa. Tengo que ir al instituto.Ayer, después de subirnos al auto gris, llegamos a la casa en Cali a más de las 9 de la mañana. Cuando entramos a la casa Kongo estaba caminando de un lado a otro, al vernos salió corriendo hacia nosotros.Dijo que creía que nos habían matado, pues le llego información sobre que intentaron una redada en la finca del mexicano, atraparon a varios, pero no nos nombraron lo cual era para preocuparse porque si no nos nombraron y no habíamos llegado a la casa las posibilidades de que nos hubieran matado eran altas.Después de eso recogimos algunas cosas y tomamos el jet para volver a Medellín.Estaba tan cansada cuando llegue que preferí pasar todo el día en cama, dormí mucho y hoy amanecí sin ojeras.No he hablado con papá de lo sucedido y tampoco he escuchado q
MATHIAS.20 de marzo.Lavo el plato, lo enjuago, lo seco y lo pongo en su lugar, todo esto lo hago mientras Emiliano me habla de su novia, aunque sinceramente no sé lo que me está diciendo.Estoy en otro planeta, en uno donde mi único interés es poder entender a una simple chica; allí esta mi cabeza, tratando de descifrar si me está mintiendo o me está diciendo la verdad. Trato de creerle, pero es tan difícil.Tamara insiste en que no me está evadiendo, y quiero creer eso; quiero creer que quiere hablar de nosotros; quiero creer que si tiene algo que decir sobre el beso. Ya no es un beso, son dos… o pesándolo bien, no les pondré número, no estoy seguro de cuantos fueron.Yo puedo llegar a ser un poco confuso con mis decisiones, sé que si me dice que no está interesada en mi, estoy seguro de que hare que se interese; pero no permitiré que juegue conmigo. Primero nos besamos y luego hace como sino paso, eso lo entien
TAMARA.—Ara, ¿Estás bien? —me sobresalto al escuchar a Mathias, no recordaba que él y Sofía me estaban esperando.No, no estoy bien, pero está claro que no le diré eso.—Sí, no pasa nada —sacudo la cabeza.—Estas un poco pálida y parecías un poco enojada cuando bajaste del auto —me mira con preocupación.—No estoy enojada, es solo que se me paso un poco la mano al cerrar la puerta —me excuso.Me examina buscando algún indicio que le diga que estoy mintiendo. Le sonrío para que no se preocupe.—Ara, llegaron por nosotras —me avisa Sofía.—Sube, ahora te alcanzo —asiente y se marcha—. Nos vemos luego —le doy un beso en la mejilla y me alejo.Me subo al auto, saludo a Mono y me quedo en silencio analizando todo lo que paso.&iq
MATHIAS.24 de mayo.Corro lo más rápido que puedo hacia el instituto. Me quedé dormido, otra vez. Voy a llegar súper tarde, otra vez. Pero esta vez, no creo que llegue a la primera clase, ni siquiera creo que me dejen entrar al instituto.Con la mochila en una mano, la corbata en el aire y mis piernas pidiendo que pare, por fin llego al instituto y llego justo en el momento en el que el portero está cerrando la puerta.Anoche estuve hasta tarde hablando con Brandy. ¡Esto es su culpa!Estuvimos hablando sobre la falta de respuesta de Tamara. Ella aún no me dice si está enamorada de mí o no y eso me desespera. Si no obtengo una respuesta pronto entraré en una crisis.Entro al instituto y corro al salón de clases. Al llegar me percato de que el profesor no ha llegado, eso me hace soltar un suspiro aliviado.<
MATHIAS.24 de mayo.Corro lo más rápido que puedo hacia el instituto. Me quedé dormido, otra vez. Voy a llegar súper tarde, otra vez. Pero esta vez, no creo que llegue a la primera clase, ni siquiera creo que me dejen entrar al instituto.Con la mochila en una mano, la corbata en el aire y mis piernas pidiendo que pare, por fin llego al instituto y llego justo en el momento en el que el portero está cerrando la puerta.Anoche estuve hasta tarde hablando con Brandy. ¡Esto es su culpa!Estuvimos hablando sobre la falta de respuesta de Tamara. Ella aún no me dice si está enamorada de mí o no y eso me desespera. Si no obtengo una respuesta pronto entraré en una crisis.Entro al instituto y corro al salón de clases. Al llegar me percato de que el profesor no ha llegado, eso me hace soltar un suspiro aliviado.Camino entre la mesas dirigiéndome a mi mesa de siempre, esa que comparto con la chic
TAMARA. 17 de mayo. Casi dos meses, ese es el tiempo que ha pasado desde que Mathias y yo decidimos conocernos para descifrar nuestros sentimientos. ¿La realidad? Yo sigo confundida.Hemos hablado mucho. Se muchas cosas sobre él, claro, que tampoco es que ya lo conozco más que nadie, pero puedo decir que lo conozco; me pueden preguntar algo de él y puedo responder.Ahora, lo que él sabe de mí, es otra historia.Le tuve que decir algunas mentiras, no podía hablarle sobre mi padre, ni mi madre, ni en donde vivimos o cosas que puedan revelar información que puedan llegar a usar en contra de mi padre. Sin embargo, sabe varias cosas, reales, de mí.Hemos salido y nos hemos divertido. Me gusta mucho pasar tiempo con él; me gusta escucharlo hablar de tonterías; me gusta cuando pone mucha atención a lo que le digo, porque sé que realmente le interesa. Me encanta cuando se me queda viendo, porque lo hace con