Noah junior, el más pequeño en ese entonces de la familia Jackson-Hamilton , se crió siempre bajo el amor de sus padres, era el más protegido de todos, ya que era muy torpe en algunas cosas, y aparte de eso su corazón era débil. Durante años se mantuvo a la espera de que alguien se apiade y pudiese donarle un corazón.
Con mucha cautela, Liam le explicó a su hijo como debía de cuidarse de que su cola no molestara cuando estuviese caminando por la calle o en la escuela, cuando fuese el momento de asistir.
Noah, había asentido y había practicado día y noche eso e incluso, sus padres lo regañaban cuando pretendía ocultar su cola cuando estaba con ellos o con sus abuelos. Cuando cumplió los diez años fue ingresado por primera vez a la escuela primar
El chico se sentó en las escaleras dejando salir varios sollozos, y a medida que el tiempo pasaba su corazón se sentía más doloroso en su lugar. Pensó que quizás Zachary no encontró sus pastillas y que por esa razón no había llegado a su encuentro.— Hey, respira, hermosura —Tony se colocó de cuclillas frente a él—. Bébete esto —hizo que abriera los labios—. Eso es, con calma, hermosura.— Me siento tan sucio —se llevó una mano a la cabeza, una vez más—. Todos lo sabían, y yo nunca supe nada.— Si lo dices por mí, traté de que todo acabase desde hace mucho entre ustedes —se sentó a su lado, y colocó uno de sus brazos alrededor
— No —dijo Zaid, caminando hacia la salida de la escuela—. Imposible que haga algo como eso.— Oh, vamos —Jade pateó el suelo—. Hazlo por nosotras, es nuestra última noche aquí antes de que viajemos a Canadá.— Ya dije que no —se cruzó de brazos—. No voy a salir de la casa.— Tienen dieciocho años y no salen de la casa —dijo Aurora, cruzándose de brazos—. A veces pienso que Zaid se morirá virgen y casto.Zaid no dijo nada más, sus labios se movieron, pero prefirió mantenerse callado. Suspiró, saliendo del recinto y llegando hacia la camioneta que siempre los iba a buscar a la salida de la escuela. Angie le dio un golpe en la
Liam, es el niño raro de la escuela. El que solo se la pasa haciendo sus tareas sin la ayuda de nadie. Hasta ahora.Los primeros años de su vida son borrosos, pero agradece que sólo sean espejos del pasado y nada más. Lo único que sabe de su pasado es todo lo que sus padres le han dicho y es toda la verdad. Y eso es algo de lo cual está agradecido, porque está más que seguro de que sus padres son los mejores del mundo al igual que su hermano Theo.No todos en la familia saben por lo que pasó, solo los que estaban presentes en el suceso. Lo único que desea es que lo único que lo hace sentir mal, desaparezca de su cuerpo de una buena vez por todas.Desde que entró a la escuela, todo se hizo color negro. — Tenemos un nuevo estudiante..., sabemos que el año escolar está muy avanzado pero eso no quiere decir que el nuevo estudiante no pueda ponerse al día con las clases —lo miró esperando que se presentara.— H-Hola, mi nombre es Liam Hamilton Jackson mucho gusto —el salón completo se llenó de murmullos desde que dijo su nombre y apellido.*****— Tu familia tiene fama en todo el mundo —tomó de su bebida, sin despegar la mirada de Liam—. Aunque, no creo muchas de las que dicen como que tus abuelos son mafiosos o que en tu familia todos los hijos que han nacido son propios y no adoptados, pero que sobre todo que un hombre puede tener hijos.— EsAvances.
Sus padres a lo largo de los años se encargaron de demostrarle que no era un bicho raro por ser diferentes a ellos. Sus ojos eran una muestra de que al parecer no era de esa familia, porque todos tenían los ojos marrones o verdes y las únicas personas que tenían los ojos azules era su primo Jedward y el padre de éste. Pero sus abuelos no tenían los ojos de esos colores tan llamativos como eran los suyos.Ese día sus padres insistieron demás con que debía de ir a una escuela normal con los demás chicos para tener un poco de socializar con los demás, pero le era imposible hacerlo. Todos en ese sitio parecían niños fresados y él parecía un cordero a medio morir.Las pocas personas que había en el pasillo eran estudiantes que hacían de las suyas al escaparse de
Cristian metió a Liam en el baño de la escuela después de que tocaron el timbre para que volvieran a ingresar a clases. Vio como todos los cubículos del baño estaban vacíos y cerró la puerta para que nadie entrara.Liam observaba cada uno de los movimientos de Cristian esperando que este le dijera algo de lo que estaba esperando desde que entró a ese lugar. Con una sonrisa nerviosa sacó su larga cola del pantalón de la escuela y Liam pudo observar del color que era, era del mismo color que el mechón que tenía Cristian en su cabello.Era de color blanco, se veía de una forma tan suave que le dio curiosidad en saber cómo se sentía al tocarla. Cuando lo hizo se sorprendió al sentirla tan suave al tacto. Dio varios pasos hacia atrás y tambi&e
Cristian salió de la escuela mirando a las personas que estaban pasando por su lado como si él no existiera y eso era algo que agradeció enormemente. Tenía sus audífonos puestos por lo que el ruido de la calle pasaba a segundo plano, un segundo plano muy alejado de su realidad.No pudo evitar rodar los ojos cuando el carro de Nick pasó por su lado haciendo más ruido del que era debido hacer. Eso solo implicaba que tendría que comenzar a hacer las clases él solo una vez más.Odiaba cuando le ponían algún trabajo junto con Nick, la mayor parte del tiempo le tocaba hacer todo a él solo, por lo que las notas del otro eran igual de altas que las de él en algunas asignaturas.Saludó al portero con una
Le dirigió una pequeña sonrisa a su padre, en cuanto vio que se estacionaba en la entrada de la escuela a la hora acordada. Habían pasado algunos días en los cuales no se había vuelto a mencionar el tema entre su profesor y él, acerca del pequeño trato que tenían por lo que estaba feliz.Sus padres de vez en cuando le hacían preguntas sobre cómo había sido su día en la escuela, de cómo las cosas estaban mejorando para ellos en ese país, y sobre todo de cómo veía un cambio en su físico sin importar que tuviese un pequeño defecto en su parte trasera y en sus ojos.Cristian se volvió un gran amigo para él en la escuela, ya no se sentía tan solo que como estaba en Londres, Inglaterra, con esos niños que lo ve&iacu