— Tenemos un nuevo estudiante..., sabemos que el año escolar está muy avanzado pero eso no quiere decir que el nuevo estudiante no pueda ponerse al día con las clases —lo miró esperando que se presentara.
— H-Hola, mi nombre es Liam Hamilton Jackson mucho gusto —el salón completo se llenó de murmullos desde que dijo su nombre y apellido.
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— Tu familia tiene fama en todo el mundo —tomó de su bebida, sin despegar la mirada de Liam—. Aunque, no creo muchas de las que dicen como que tus abuelos son mafiosos o que en tu familia todos los hijos que han nacido son propios y no adoptados, pero que sobre todo que un hombre puede tener hijos.
— Eso es estúpido —sonrió sin mostrar los dientes y comenzó a comer desviando la mirada—. Nadie en mi familia puede tener hijos propios siendo homosexual y esas mierdas.
— Eso pensé, pero como dije no todo lo que dicen en esta vida es verdad —le guiñó un ojo—, ¿Qué le pediste al profesor cuando salí del salón de clases?
— Sólo le pedí que me ayudara con las materias que tengo que ponerme al día —se encogió de hombros—. Me dijo que le pediría a mis demás profesores que le pasaran los apuntes a él después de clases.
— Eso es raro —dijo para sí mismo—. Nunca algo como eso a ningún estudiante que haya entrado como lo hiciste tú.
— No sé porqué lo hizo —dirigió su mirada hacia donde estaban los demás chicos que no le quitaban la mirada de encima—, pero creo que es mucho mejor que no esté al día con las clases que tengo que hacer... ¿Por qué diablos nos siguen mirando?
— Ellos solo nos están observando porque alguien se sentó conmigo y quieren saber si el chico nuevo es igual de antisocial que yo.
— ¿Por qué él no te quita los ojos de arriba? —Cris suspiró.
— ¿Tienes tiempo para una historia de quien es el único que sabe quién soy?
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El profesor le indicó que debía de arreglar todos los pupitres tal y como estaban cuando llegó. Liam fue maldiciendo a cada uno de sus compañeros por hacer que arreglara esas cosas. Se dio la vuelta encontrándose con su profesor frente a frente, algo que casi se va hacia atrás por el susto que se llevó.
— Tengo algunas cosas que decirle, joven Hamilton —le enseñó una carpeta que decía su nombre—. Eres parte de esos experimentos y sobre todo tienes una hermosa cola de gato color marrón que adorna la espalda baja de tu espalda —sonrió, sin mostrar los dientes— Así que joven Hamilton tengo propuestas que hacerle y esas propuestas tienen solo una respuesta —Liam pasó saliva—, ¿Acepta cada una de ellas? O me veré en la obligación de decirles a todos en esta escuela lo que es.
— ¿Qué sería eso, profesor? —bajó la mirada.
— Que te acuestes conmigo sin queja alguna las veces que quiera.
Sus padres a lo largo de los años se encargaron de demostrarle que no era un bicho raro por ser diferentes a ellos. Sus ojos eran una muestra de que al parecer no era de esa familia, porque todos tenían los ojos marrones o verdes y las únicas personas que tenían los ojos azules era su primo Jedward y el padre de éste. Pero sus abuelos no tenían los ojos de esos colores tan llamativos como eran los suyos.Ese día sus padres insistieron demás con que debía de ir a una escuela normal con los demás chicos para tener un poco de socializar con los demás, pero le era imposible hacerlo. Todos en ese sitio parecían niños fresados y él parecía un cordero a medio morir.Las pocas personas que había en el pasillo eran estudiantes que hacían de las suyas al escaparse de
Cristian metió a Liam en el baño de la escuela después de que tocaron el timbre para que volvieran a ingresar a clases. Vio como todos los cubículos del baño estaban vacíos y cerró la puerta para que nadie entrara.Liam observaba cada uno de los movimientos de Cristian esperando que este le dijera algo de lo que estaba esperando desde que entró a ese lugar. Con una sonrisa nerviosa sacó su larga cola del pantalón de la escuela y Liam pudo observar del color que era, era del mismo color que el mechón que tenía Cristian en su cabello.Era de color blanco, se veía de una forma tan suave que le dio curiosidad en saber cómo se sentía al tocarla. Cuando lo hizo se sorprendió al sentirla tan suave al tacto. Dio varios pasos hacia atrás y tambi&e
Cristian salió de la escuela mirando a las personas que estaban pasando por su lado como si él no existiera y eso era algo que agradeció enormemente. Tenía sus audífonos puestos por lo que el ruido de la calle pasaba a segundo plano, un segundo plano muy alejado de su realidad.No pudo evitar rodar los ojos cuando el carro de Nick pasó por su lado haciendo más ruido del que era debido hacer. Eso solo implicaba que tendría que comenzar a hacer las clases él solo una vez más.Odiaba cuando le ponían algún trabajo junto con Nick, la mayor parte del tiempo le tocaba hacer todo a él solo, por lo que las notas del otro eran igual de altas que las de él en algunas asignaturas.Saludó al portero con una
Le dirigió una pequeña sonrisa a su padre, en cuanto vio que se estacionaba en la entrada de la escuela a la hora acordada. Habían pasado algunos días en los cuales no se había vuelto a mencionar el tema entre su profesor y él, acerca del pequeño trato que tenían por lo que estaba feliz.Sus padres de vez en cuando le hacían preguntas sobre cómo había sido su día en la escuela, de cómo las cosas estaban mejorando para ellos en ese país, y sobre todo de cómo veía un cambio en su físico sin importar que tuviese un pequeño defecto en su parte trasera y en sus ojos.Cristian se volvió un gran amigo para él en la escuela, ya no se sentía tan solo que como estaba en Londres, Inglaterra, con esos niños que lo ve&iacu
Damien contó hasta diez en su mente, cerrando los ojos fuertemente para no impulsarse y terminar de arremeter con todo contra el chico al cual terminaba de quitarle la virginidad.Abrió los ojos para ver al chico que tenía debajo de él con la cara tapada, dejando ver algunas lágrimas que traspasaron sus manos. En un intento de que el chico dejase de llorar, comenzó a repartir besos en la pierna que tenía sobre su hombro para evitar que este siguiese llorando y también para quitar algo de malestar en el cuerpo del chico en lo que se acostumbraba.Liam comenzó a soltar pequeños suspiros, llenándose el cuerpo completo de satisfacción al recibir tales atenciones por Damien. Quitó sus manos de su rostro, al mismo tiempo que desaparecía las lágrimas
Con pasos lentos fue hacia donde estaban sus padres en la entrada de la escuela junto con su hermano Theo, el cual estaba mostrando su mejor sonrisa al verlo.No es que se llevaran bien, es que su hermano Theo sentía que desde que su hermano fue rescatado hace algunos años en Venecia, las cosas con su padre se volvieron aún más frías de lo que ya eran.Ya no tenía el mismo cariño de antes, según él, porque sus padres se preocupaban por el niño que rescataron. Pero, eso era algo que solo Theo sabía. Les dio un abrazo a todos como siempre hacía y luego se inclinó para besar la pancita de su padre que con cada día que pasaba parecía que su hermano o hermana deseaba salir de allí.Al menos podía d
Cristian estaba en la ventana de su habitación, mientras veía como Nick llegaba con sus amigos totalmente borrachos. Seguido de eso, era dejado como si fuese un perro en la acera del edificio.Con un suspiro arrastró los pies hasta el elevador para buscarlo y evitar que algún loco le hiciera algo, cuando lo vio intentando levantarse del suelo tuvo compasión de él para no dejarlo en plena noche de un fin de semana. Con algo de esfuerzo colocó en su hombro uno de sus brazos y como pudo y sin ayuda lo llevó hacia el elevador donde lo dejó caer de golpe en el piso.— ¿Era necesario dejarme caer de esta forma? —preguntó Nick, o al menos eso fue lo que el chico entendió.— Si, quizás no recuerdes nada de lo este go
Liam caminó hacia la habitación de su hermano con su mochila en el hombro, debían de hablar seriamente en ese momento o sino perdería la cabeza en un abrir y cerrar de ojos. Abrió la puerta sin tocar, viendo como este ponía los ojos en blanco mientras se colocaba el uniforme del internado.— ¿Aún no te enseñan a tocar la maldita puerta? —preguntó, buscando su mochila.— Tenemos que hablar de lo que nos está pasando —murmuró, cerrando la puerta con seguro—. Tenemos diez minutos antes de que papá Noah venga por nosotros.— Que sea rápido —se sentó en la cama.— ¿Por qué no me quieres? —se puso enfrente