—Vaya, señor Leggett. Al parecer se ha puesto nervioso.— Christian se acercó a Ezequiel y se agachó para tomar un trozo de la copa rota en pedazos, —¿Por qué esa reacción?

—Un simple accidente que le pasa a cualquiera, ¿No?— Ezequiel estaba hablando con seriedad y mirando con indiferencia al nuevo agente de la policía, —¿Qué significa la policía aquí en la mansión? ¿Todavía no han podido dar con el asesinó de la tal Tania Hall?

—La policía está haciendo todo lo posible por hacer justicia.— Dijo Gaspar, —¿A qué se debe tu inesperada visita?

—Tengo una breve reunión con tu querida hermana, Aitana.— Ezequiel formó una sonrisa minúscula en sus labios, —Tenemos que darle la bienvenida a nuestros hijos, ¿O es que ya se te olvidó que ellos están de luna de miel?

—La puedes esperar en la biblioteca señor Leggett. Pero ahora estamos en medio de una reunión sumamente importante.— Dijo Ángela Lombardi.

—¿Y está quién se cree para darme órdenes a mí?— Ezequiel se comenzó a reír.

—Soy la nieta de