OctaviaDos horas me tuvo encerrada en su oficina. No me quejo. Disfruté cada segundo, aunque ahora no sé si podré caminar correctamente por un buen tiempo. Cada roce de su piel contra la mía, cada suspiro y gemido resonando en la habitación, dejaba una huella ardiente en mi memoria. Sus manos, fuertes y seguras, explorando mi cuerpo con deseo, dejaron una marca imborrable en mi piel. Cada caricia llegaba hasta mi alma, y su voz ronca murmurando palabras de pasión en mi oído se convirtió en una melodía que aún resonaba en mi mente."Valió la maldita pena", suspiró Darcy."Y que lo digas." Estuve de acuerdo.Llegamos a la habitación de Orión, al parecer ahora nuestra, y me llevó a la ducha, donde pasó los últimos 30 minutos adorando y limpiando mi cuerpo.El agua tibia caía sobre nosotros, y sus dedos, hábiles y cariñosos, me recorrían de arriba abajo. Cada gota era como un pequeño beso en mi piel, y su aliento cálido en mi cuello enviaba escalofríos de placer por mi espalda. Darcy sal
Octavia —Levántate, dormilona. —Escuché una voz que me sacudió suavemente. Me incorporé de golpe, sintiendo un mareo momentáneo por la rapidez de mi movimiento. Una risa juguetona siguió al sacudón. —Suave, Vi, parece que te has ejercitado bastante en las últimas horas, ¿verdad? Vamos, despierta y ve a la ducha. El olor del Alfa es intenso en ti. Reconocí la voz y encontré a Sam de pie junto a mí. Ella ya estaba duchada y vestida con ropa deportiva, lista para comenzar su rutina matutina. —¿Qué hora es? —pregunté en voz baja, aún adormilada y tratando de enfocar mi mente. —Son las 6 de la mañana, Vi. Así que date prisa, necesitamos empezar nuestro nuevo recorrido de carrera antes de dirigirnos al entrenamiento —me instó Sam. A regañadientes, me levanté de la cama y fui al baño, sintiendo cómo Darcy ansiaba la carrera matutina. No tenía tiempo para buscar mi ropa, ya que estaba en el cuarto de Orión, así que tomé algo de ropa de Sam. Después de una ducha rápida, me vestí con ropa d
OctaviaLlegamos a la casa de la manada, Jake corría un poco por detrás de nosotras, realmente le tenía miedo a Lucas.El patio del lugar era donde se entrenaba. Allí había varios chicos y chicas desde los 15 hasta los 17 años, según me explicaron, al cumplir los 18 pasaban a otro grupo.El patio de la casa de la manada era amplio y bien cuidado. El suelo estaba cubierto de tierra batida, con algunas áreas de césped verde y suave bajo nuestros pies. El sol de la mañana iluminaba el lugar, creando un ambiente cálido y acogedor. Un par de árboles frondosos proporcionaban sombra, y se podía escuchar el suave murmullo del viento entre las hojas.Los chicos y chicas que se encontraban en el patio eran diversos en cuanto a apariencia. Algunos tenían cabello oscuro como la noche, mientras que otros tenían rizos dorados y relucientes. Sus pieles abarcaban una gama de tonos, desde pálidos hasta morenos, y algunos mostraban hermosos matices de piel enérgica y saludable. Sus tallas variaban, alg
OriónEl veredicto sobre las chicas fue asombroso. No podía creer lo hábiles que eran en combate. Realmente, no tenía intenciones de lastimar a Octavia durante la pelea, pero ella me derrotó de manera sorprendente; me pateó el trasero, literalmente."Esa es nuestra chica", exclamó Ciro, saltando de orgullo por nuestra compañera.La satisfacción inundaba mi ser. No solo porque Octavia demostrara habilidades excepcionales, sino porque ahora sabía que podría defenderse de cualquier amenaza, incluso si yo no estaba a su lado. Observarla entrenar me tranquilizaba; estaba lista para dar el siguiente paso.Después del entrenamiento, regresé a nuestra habitación. Ansiaba una ducha rápida y sumergirme en mi trabajo lo antes posible. A menudo, Lucas y yo observábamos los entrenamientos, aunque rara vez interveníamos.Salí de la ducha con una toalla envuelta alrededor de mis caderas y me dirigí al armario en busca de ropa cuando la puerta se abrió de golpe. Octavia entró como una fiera desatada.
OriónUn silencio denso colmaba el espacio, solo interrumpido por el suave tic-tac de un reloj que resonaba con una cadencia casi hipnótica, intensificando la sensación de que el tiempo se había detenido, pero que algo crucial estaba a punto de desvelarse. En este ambiente saturado de tensión, las emociones flotaban en el aire como chispas a punto de encenderse, un cóctel de inquietud, expectación y el palpable suspenso de un enigma por resolver.—Bueno —el doctor se aclaró la garganta —Comenzaremos con usted entonces. A ver, por aquí —dijo el doctor revisando los papeles dentro de una carpeta que había sacado de su maletín —Clara Larson los resultados comparados con las muestras de Samantha Witherspoon, indican que hay... un 99.9 % de probabilidad que sea su madre.El ambiente en la habitación se volvió tenso de repente, como si el aire mismo hubiera adquirido una carga eléctrica. Octavia, a mi lado, sintió el impacto de la noticia de manera visceral. Sus piernas parecieron ceder ant
SamanthaSalimos del hospital con el alivio de saber que Octavia estaba bien, solo necesitaba descansar. Lucas me condujo hasta nuestra habitación, una pausa necesaria antes de enfrentar la complejidad de mi nueva familia. La tensión aún se palpaba en el aire, pero la prioridad era el bienestar de Octavia.Por la tarde, después de descansar un rato en la habitación, decidí salir a caminar por la avenida de la ciudad. Las vidrieras exhibían una variedad de productos, pero mi mente estaba en otra parte. Sutilmente, sentí una presencia detrás de mí, lo que me llevó a refugiarme en una tienda cercana.Pocos minutos después, apareció el rostro de alguien a través de la ventana de la tienda donde me había metido, reflejando una emoción negativa entre confusión y aberración.Lo vi seguir su camino, me di cuenta en ese momento que estaba buscando algo... o a alguien. Confundida, salí de la tienda y, manteniendo una distancia prudencial, lo seguí."No me gusta para nada él", gruñó Nessy. Su in
OctaviaTenía una familia biológica. Tenía una familia que no me había abandonado, técnicamente creían que estaba muerta. No sabía cómo sentirme al respecto.La casa de la manada, aunque familiar, se sentía diferente desde que descubrí la verdad sobre mis padres. La atmósfera estaba cargada de secretos y tensiones, como si las paredes mismas retuvieran susurros del pasado. El aroma del bosque que se filtraba por las ventanas añadía una capa adicional de melancolía al ambiente.Había pasado una semana desde que el velo de la verdad se levantó, revelando una conexión de sangre que desconocía. No había tenido el coraje de enfrentar a mis padres biológicos. El silencio pesaba en mis hombros, y la incertidumbre se manifestaba en cada rincón de la casa.Evitaba a Lucas tanto como me era posible. Su mirada triste me perseguía, implorándome que compartiera mis pensamientos. Sam, con su paciencia infinita, me rogaba que hablara con él, pero simplemente no podía hacerlo. No quería enfrentar la
Octavia —Nadie más que yo, puede hacerte sentir tan bien, princesa. Debería castigarte por tu insolencia —dijo Orión, entre rabia y deseo. Lo giré en un movimiento que lo tomó por sorpresa, invirtiendo nuestras posiciones. El contacto de su cuerpo bajo el mío era un elemento de dominación y sumisión en nuestro juego previo. Imité su movimiento, convirtiendo mi mano en garras y arrancando su camisa en pedazos. Tal vez me pasé un poco al arañar su pecho, pero la mezcla de dolor y placer en su expresión era una deliciosa recompensa. Bajé la cabeza y pasé mi lengua por las heridas, saboreando su sangre dulce. La habitación se impregnaba con una mezcla de el aroma metálico y seductor de su esencia y nuestra excitación, creando un clímax cada vez mas inaguantable. Desprendí su cinturón y los pantalones, bajándolos de un tirón. Comencé a besarle el muslo, subiendo lentamente hasta sus caderas, evitando su erección adrede. La anticipación se tejía en el aire, una promesa de placer por ven