— ¡Gracias por comprender que necesito conocerte! – me recuesto al cabecero de la cama.
— Entiendo lo cotillas que son las chicas, su necesidad de saber todo es abrumadora – sonrío para quitarle hierro al asunto y ella frunce los labios —, sin embargo ¿estás segura que podrás con toda la mierda de mi pasado? – se muerde el labio inferior — ¡prepárate para escuchar cosas terribles de mí, Muñeca! – Veo el estremecimiento de su cuerpo, no obstante… asiente —. Eres muy valiente.
— Comencé a drogarme a los dieciséis y no me detuve hasta que encontré una chica muerta en mi cama, desangrada y con las muñecas destrozadas – cubre su boca y sus ojos se cristalizan de inmediato — ¡Si Muñeca, es una porquería!
>Mi vida n
Al hablar con mi hermano explicándole lo que tengo pensado hacer para mejorar la conducta de “mi novio”, me llamó lunática y suicida, pero accedió a ayudarme para que fuese feliz con él. La boda de mis padres se celebrará en dos semanas, eso sería más o menos la tercera semana de noviembre. Mi madre no para de llamarme y ni siquiera le contesto. Hemos ido esta semana a clases normales Jonás y yo, su estado de ánimo esta horrible y necesito que se relaje porque temo que cometa una locura.—¿Y si nos vamos a tu apartamento? – Jonás me mira como si fuese un extraterrestre.—¿Estás segura? Digo, después de lo que pasó con tu padre… ¡no lo sé! – su expresión de duda me hace sonreír.—No le temo a mi padre, si es lo que quie
Es un beso delicioso, sus labios se apoderan de los míos como si le pertenecieran y los quisiera conservar a toda costa. Lo hace profundo, urgente, necesitado. Su lengua juega con la mía, la somete, la libera y vuelve a la carga, mi cuerpo tiembla ante esa caricia, solo en mi boca. Mi sexo duele, se contrae ante el dominio que ejerce su boca en la mía, gimo desesperada por su toque, sus caricias. El deseo me arropa y arqueo la espalda para acercarme a él cuando rompe el beso, lloriqueo suplicante para que no se separe de mí, entonces sube a la cama cerniéndose sobre mi cuerpo, la toalla que lleva amarrada a la cintura cede, se deshace de ella quedando gloriosamente desnudo ante mi mirada codiciosa. La cabeza me da vueltas ante el hecho de tenerlo encima de mí aunque no se encuentre apoyado, su hombría erecta completamente no se separa de su abdomen que parece una tabla con grumos tintados preciosos, lo deseo, quiero que destruy
Me siento en las nubes, de igual forma me siento cagado de miedo porque no quiero lastimarla ya que poco a poco hemos tratado de acoplarnos a lo que nos rodea y espera dentro de esta, si es que se puede llamar “relación”, hay mucho que contar aun, pero yo estoy dispuesto. Estos últimos años mi vida ha sido sexo desenfrenado, alcohol y campeonatos, ya pasamos el de Soccer, quedamos en segundo lugar, falta el Campeonato de lucha y ese, si hay que ganarlo ya que los organizadores somos nosotros.A pesar de lo que me gusta el deporte sé que lo primordial deben ser mis estudios porque esta preciosidad que tengo durmiendo a mi lado piensa que el cerebro es el órgano más importante del cuerpo humano, si me lo hubiesen preguntado hace poco más de tres meses habría dicho que mi polla era lo más importante, pero ahora las cosas han tomado otro rumbo; tengo en quien pensar y ahora… debo gradu
Intento girar y no puedo. Me siento aplastada, incómoda y desorientada. Escucho un gruñido y vuelvo a la realidad, Jonás se encuentra encima de mi espalda impidiéndome el movimiento. No soy claustrofóbica, pero tener un peso muerto encima no es de mis sensaciones favoritas, eso es seguro. Me quejo y trato de separarme de él, aprieta su agarre ¡por Dios necesito ir al baño! Voy a tener que despertarlo porque mi vejiga va a explotar. —¿Jonás? ¡Jonás! – me remuevo, despierta o por lo menos eso creo. —¿Muñeca? – el mirar sus precisos ojos nublados hace que me arrepienta de haberlo movido —¿estás bien? – se incorpora rápidamente —¿te duele algo? ¡Dios, me dormí profundamente! – sonrío ante su expresión de angustia somnolienta. Tomo su rostro entre mis manos y beso sus labios, los saboreo con la lengua, ronronea, se frota contra mi cuerpo y me sujeta firmemente. —¡Tran
Mi vida siempre ha sido una soberana mierda, pero desde que la conocí es decir, desde que la vi por primera vez, nunca dejé de hacerlo. Mi lado oscuro corre a esconderse con toda la luz que ella irradia ¡es un puto sol!Jamás pensé que tener una relación con alguien sería tan satisfactorio y menos que valorar a alguien más que a mí mismo me agradaría tanto. Leila para mí es más que todo lo que habría querido en mi vida. Es mi ilusión, mi esperanza de no quedarme solo, como lo dije antes… mi luz.Siempre he valorado mucho más el sexo que a la persona con la cual lo he hecho, sin embargo ahora no puedo dejar de pensar en que ella está en mi vida, metida en mi piel, en mi cuerpo. Verla dormir últimamente se ha convertido en uno de mis entretenimientos y aunque parezca un acosador, no deseo dejar de hacerlo. Velar su sue&n
—¿Estás seguro tío? – la voz de Robert es de pura preocupación.—¡Sí, seguro, era Rachel! – camino dando vueltas por mi habitación con las manos en la cabeza.—Pero dices que llevaba la mitad del rostro cubierto ¿no? – lo veo a los ojos y aprieta los labios formando una fina línea.—La reconocería casi como a Nannette, di viviera por supuesto – nombrarla ya no me hace tanto daño o por lo menos la he superado un poco —¡me tiré a esa mujer mil veces Robert, conozco su cuerpo, créeme es ella! – mi amigo hace una seña de afirmación.Robert estuvo conmigo en la pandilla de los Cero cuando mi vida era una mierda, fueron los dos años más desgraciados de mi vida. Allí conocí a Nannett
Leila gira hacia la voz que me habla y abre mucho los ojos, se vuelve hacia mí observándome con desconfianza y yo ruedo los ojos, Rachel se encuentra de pie detrás de la jardinera que separa el sitio en el estacionamiento donde está mi auto parqueado de la calle que va hacia la facultad. Su expresión es una mezcla de sorpresa y molestia ante la figura de la chica rubia que me mira con deseo.—¿Qué coño haces tú aquí? – sonríe y observa a Leila.—¡Vaya, como han cambiado tus gustos! – dice sonriendo maliciosa.—Te hice una pregunta – Leila me mira asustada ante lo peligrosamente amenazante que se escucha mi voz.—¿También te azota con una fusta bonita? – el temblor de Leila es evidente, tiene miedo de ella o quizás de mí
El escalofrío que me recorre es tan desagradable como lo aterradoras que me parecen las palabras de Brennan. Si no estuviese escuchando a Jonás decir todas esas barbaridades que hicieron los integrantes de la pandilla en la que se encontraban él y Robert, no lo habría creído en ningún momento. Siento que la cabeza me da mil vueltas y la garganta seca, definitivamente necesito ir al baño. —¿Todo bien Muñeca? – me detiene Jonás —¿necesitas algo? – pregunta preocupado. —¡Sí, bueno, creo que me ha afectado un poco la historia! – tira de mí hacia su cuerpo y besa el nacimiento de mi cabello en un gesto tan íntimo que me sobreviene un mareo —. Creo que necesito un minuto – informo al levantar la vista y encontrarme con su hermosa mirada gris. —¡Claro… entiendo Nena! ¿Te llevo a la habitación para que descanses? – pregunta con sus labios pegados a mi frente. —Sí por fav