GinaUn año y cinco meses antes...Salgo del baño envuelta en una toalla, veo a Danny recostado en mi cama recorriendo todo mi cuerpo con deseo. Le doy la espalda y hago una mueca. Creo que es hora de que se vaya.—Danny...— ¿Quieres un mañanero? —Hace bailar sus cejas y yo arqueo una mía.—Mira, debemos terminar esto que ni siquiera sé que es. —Digo mientras peino mi pelo. Él me mira incrédulo y se pone a mi lado.— ¿Qué?, pero, ¿por qué?—Mira Danny, eres tú no soy yo. Has adoptado una actitud muy posesiva en esta semana que llevamos... —pongo cara pensativa buscando una palabra para describir esto—.— ¿Intentándolo?, ¿conociéndonos? —Sugiere.—Follando, eso. Solo es sexo y tú estás confundiendo todo, además de que somos compañeros de trabajo y sería incómodo trabajar juntos si llegamos a más, ¿entiendes? —Camino hasta mi guardarropa para vestirme, miro la hora. Las diez de la mañana, tengo que ir con Rebekah.— ¿Estás loca Gina?—No. Bueno sí. —Me encojo de hombros—. Veo su rostro
ChadLlego al restaurante pasadas las cinco. Veo mucho jaleo en el lugar y un destello rojo pasar rápidamente frente a mí, la sigo con la mirada y la clavo en su trasero que se mueve en una perfecta sincronización. ¡Joder!, que pedazo de masas. En un rápido movimiento Gina se da la vuelta para mirarme con seriedad.—Deja de mirarme el culo. —Se cruza de brazos y sus pequeños pechos se realzan un poco —. Deja de mirarme las tetas.— ¿Qué te miro entonces? —Preguntó divertido.Los ojos imbécil, has llegado tarde. Debiste llegar antes de las cinco, no después, porque si no has visto esta noche tenemos casa llena. —Dice mientras yo paso a su lado hacia la oficina de mi amigo. —Oye no me ignores, te estoy hablando.—Y ya te escuché. —Le cierro la puerta en la cara y escucho un gruñido de frustración.Abro la puerta lentamente y la veo alejándose con su falda ajustada marcando la tanga que tiene. ¿Qué cómo sé que es una tanga? Porque se marca en la tela las líneas de la prenda, y puedo ver
GinaMe he quedado en shock, nada sale de mi boca y el silencio solo es roto por las respiraciones agitadas de ambos. ¡Ay por los dioses del Olimpo!, esto es tan excitante, muerdo mi labio y siento a Chad olfatear mi cuello y me estremezco, mi piel se eriza y mis piernas tiemblan.—La piel pertenece a quien la eriza. —Dice en mi oído y muerde mi oreja haciendo que suelte un jadeo. —Hueles muy bien. —Entierra su cara en mi cuello y su mano comienza a acariciar mi muslo derecho—.Está jugando con fuego, me está tentando y este juego lo podemos jugar los dos. Acerco mi cuerpo al de él, mi trasero se pega a su ingle y puedo sentir perfectamente su erección. Me restriego contra Chad, gruñe y muerde mi cuello. ¡Bien!, hasta aquí. Me doy la vuelta y ataco sus labios con frenesí, él me corresponde, introduce su lengua en mi boca buscando la mía mientras que sus manos tratan de tocar todo lo que pueden. Me sujeta con firmeza y me pega al escritorio, sus manos suben hasta el inicio de mi camis
ChadGolpeo el volante de mi carro con frustración, esa maldita mujer, es como una bruja. Me envolvió en toda su aura de pasión y lujuria, caí en esa tentación de cabello rojizo hecha mujer. Solo quería tentarla un poco y quién terminó tentado fui yo. Nada más me puse detrás de ella y sentir el calor que desprendía, mi cuerpo reaccionó, su olor a chocolate tan atrayente, su cuello invitándome a morderlo y ¡Demonios!, mi auto control se fue a la mierda justo cuando su goloso trasero se restregó en mi entrepierna. Y poseerla, eso fue lo mejor, sentir su cálido interior y sus apretadas paredes alrededor de mi pene. ¡Mierda!, solo de recordar me empalmo.He deseado a Gina muchas veces y este encuentro fue mejor de lo que tantas ocasiones imaginé, pero lo que me tiene tan alterado es lo que sentí, lo cómodo que estaba dentro de ella, lo a gusto que era tenerla para mí finalmente, las sensaciones de placer que ninguna otra mujer me produjo, la maldita necesidad de secuestrarla y perderme c
GinaMiro como el imbécil se marcha. Así, sin más. Hijo de la grandísima pu... Mejor no maldigo a esa pobre mujer que no tiene la culpa de parir ese ser tan estúpido. Respiro hondo y con cada gramo de dignidad que hay en mi cuerpo, recojo mis cosas y doy por cerrado el Gia's. Me subo a mi auto y parto hasta mi apartamento, donde puedo respirar paz. Me quito mis Stilettos negros al llegar y tiro el bolso al sofá, suelto mi pelo y me paseo por la casa hasta la cocina y tomo la botella de vodka, sí necesito algo fuerte. Me sirvo un vaso y me pongo a pensar en lo sucedido hace treinta minutos atrás. Quiero decir, no es que me duela ni nada de eso por favor, o que quiera que me abrace o me digas cosas lindas, no, eso no va conmigo. Pero estoy acostumbrada a que los hombres cuando terminamos de la "faena" me halaguen mis dotes de Afrodita y me digan lo fabulosa que soy, lo bien que la pasaron y se sintieron y que les gustaría repetir, entonces yo les digo que no. Eso, esas palabras me s
ChadEse mismo día me voy directo a hacerle una visita a mi mejor amigo. Entro al restaurante y me recibe la sonrisa de la chica de Thiago.—Hola Chad, bienvenido.—Hola linda. ¿Está tu hombre disponible? —Le digo y ella se sonroja. Es tan tierna.—Sí, está en su despacho. Ya sabes el camino. —Asiento y hago el recorrido hasta la parte izquierda del lugar, a una puerta que pasa desapercibida.Antes de tocar veo el pelo rojo de Gina reluciente. Me pregunto cómo se le vería hasta la cintura, toda una diosa estoy seguro. Ella se inclina hasta un chico de unos quince años para poner su plato, el adolescente le mira las tetas con descaro y ella sonríe coqueta. Pero... ¡Es un niño! Le guiña un ojo y se retira, tanto el joven como el señor en la misma mesa miran el trasero de mi... de la pelirroja cuando se aleja y ¿Qué puedo decir? Yo también me quedo mirando el fabuloso culo que tiene esa mujer. De pronto hace calor aquí. Toco dos veces la puerta de la oficina y Thiago me da el paso. Entr
GinaTengo dos semanas sin ver a mi mejor amiga, no sé nada de ella y me preocupa, por otro lado también está Chad, últimamente creo que me está persiguiendo y siempre anda con la modelito rubia enganchada a su brazo. O sea que lapa, es muy intensa a los hombres se les da espacio o eso creo yo. En fin, ese no es mi problema y no me voy a meter en ello.Tomo una decisión, voy a ir a casa de mi amiga y no me importa si la estúpida novia que se cree la reina del mundo está allí. Cuando llego toco la puerta repetidas veces y con mucha fuerza.— ¿Qué? —Dice una tipa castaña al verme. Que fea eres hija.—Busco a Rebekah.—Ella no está disponible en estos momentos. —Me mira con prepotencia—. ¿Es que acaso ella no sabe que le puedo partir su cabeza en cualquier instante?—Oye no estoy de humor, déjame ver a mi amiga. —Le contesto impaciente.—Te dije que no. —Me desafía y levanto una ceja—. Esta loca no sabe con quién se mete.— ¡Quítate del medio y déjame pasar a verla, a no ser que quieras
IsabellaSuelto un grito de frustración cuando Chad me cuelga el teléfono por milésima vez. Lo odio por no dejarme hablar.—Es tu culpa, ¿Sabes? —Miro a mi hermana y la fulmino con la mirada—. No me mires así, tú provocaste que él no te quiera hablar, ni ver. Tú lo traicionaste Isabella. Y quién sabe si ese bebé siquiera es de Chad.— ¡Es de él! —Exclamo luego de salir de mi asombro.Ella es mi hermana, se supone que tiene que estar de mi lado, apoyarme a mí, no a Chad. Camino por toda la habitación pensando, tengo tres meses intentando hablar con él, el mismo tiempo que tengo de embarazo y obvio es su hijo, con Robert siempre usamos protección. Miro el móvil en mi mano y muerdo mi labio, ¿lo llamo de nuevo?No quiero que pase más tiempo, mis padres quieran que él se haga responsable y nos casemos cuanto antes, no desean que mi vientre crezca y las personas comiencen a especular, pero mi bebé ya se está haciendo notar. Acaricio mi panza, no quiero estar con Chad, pero sé que mis padre