LexiAbro los ojos y estudio mi entorno, estoy en la habitación de Owen, en su casa. Me estiro lo que puedo ya que tengo su cuerpo enredado con el mío. Su cabeza está a la altura de mi hombro, su brazo rodea mi cintura con su mano descansando en uno de mis senos y su pierna entre las mías. Sonrío por la imagen, parece un niño pequeño, un niño pequeño muy sexy. Me levanto con cuidado y él gruñe pero no se despierta, solo abraza mi almohada y se queda boca abajo. Busco mis cosas y luego recuerdo que la dejamos en la sala anoche, hemos tenido una madrugada movidita. Voy al baño para darme una ducha caliente, al terminar busco entre las cosas de Owen un bóxer limpio al igual que una camiseta. Dejo mi pelo húmedo suelto y salgo de la habitación en dirección a las escaleras pero unas voces riendo y hablando en susurros me hacen detener. Pego mi oído en la puerta y escucho la voz de Heather.—Mi mami estaba desnuda y mi papi también y estaban dulmiendo ablazados. Pelo no le digas que yo los
Lexi— ¡Alexia! —Chilla la puta de pelo rojo y siento la sangre calentándose en mis venas. Si habla de nuevo la mato. —Alexia —la voz de Owen se escucha muy rara como si estuviera borracho—. ¿Tú no eres mi Alexia? —Pregunta confundido mirando a Sindy—.—Deberías irte —ya está, la voy a matar.—Sí, deberías irte, estoy con mi chica —está drogado—. Lo drogó. Gruño y en cuatro zancadas me acerco a ella, la tomo de su muy brillante y sedoso pelo para bajarla de MI hombre y descubro que no está empalmado, estaba fingiendo.— ¡Suéltame! —Grita mientras la arrastro desnuda por la habitación y luego el pasillo para bajar hasta la puerta de entrada—. ¡Estoy desnuda, suéltame!— ¡Cállate! —La zarandeo y ella grita porque estoy tirando de su pelo demasiado fuerte—. ¿Creíste que saldría corriendo sin darte pelea antes? Pues no querida, yo no soy de las que se sorbe los mocos y lloran por todas las esquinas, yo primero te arranco los pelos —abro la puerta y la saco para la calle—. — ¡No! —Grita
OwenTermino de ponerme la camiseta y respiro hondo. No creí que saldría de aquí tan rápido, pero al parecer mi cuerpo resistió la abstinencia, gracias al boxeo estoy en forma y eso benefició mucho. Pero de verdad que fue horrible: vómitos, diarrea, temblores, fiebres, dificultad para respirar, como dije, horrible. Fueron los tres días más largos de mi vida y agradezco que Lexi estuvo siempre a mi lado, apoyándome y cuidándome, sin importar que le haya vomitado la bata del trabajo dos veces. Luego los dos días siguientes, incluido hoy, los pasé muy bien, de ahí que mi chica me haya conseguido el alta un domingo en la tarde.Tomo en mis manos el bulto con ropa que me trajo mamá y justo en ese momento entra Alexia, me giro para verla mejor, siempre hermosa, viste con un jean, unas botas negras y un suéter color rosa pálido.—Hola —susurra sonriente—. Te tengo una sorpresa —se aparta de la puerta y al segundo entran dos enanos de pelo rubio corriendo hacia mí—.—Papi —atrapo primero a He
OwenAterrizamos en Miami a las doce del mediodía hora local, el sol nos recibe brillante y hay viento lo que hace el clima de lo más agradable, muy diferente a Nueva York donde hace un frío terrible y las calles están repletas de nieve. Ya hemos salido del aeropuerto, he alquilado un auto para ir al Diamond Hotel of Miami, tengo a Heather en mis brazos (Sí, ambos han venido con nosotros) y una maleta, miro hacia atrás pero Lexi y Chase parecen estar comprando bocadillos aún.Dejo a mi hija en el suelo y abro la cajuela del bonito Mercedes Benz que me proporcionó la empresa de alquiler del aeropuerto y meto mi maleta.—Papi, tengo hamble —Heather se frota sus ojos y me mira con un puchero—.—Mamá y Chase están comprando comid...— ¡Ya estamos aquí! —El grito de Lexi me hace girar. Viene corriendo, arrastrando su maleta con una mano y con la otra a Chase que carga con una bolsa de comida. Niego con la cabeza y sonrío divertido al ver las personas que la miran como si estuviera loca. —T
LexiMe río nuevamente al ver el vídeo del salto. Owen solo niega divertido a mi lado, pero es que quedó tan genial que creo que lo voy a postear en Instagram. Mi chico detiene el auto enfrente del Diamond Hotel of Miami y en ese mismo instante llega el bus de la excursión infantil.—Llegaron los peques —digo bajando del Mercedes y yendo al encuentro con mis niños.—Espérame, mujer —Owen se pone a mi lado y me abraza por los hombros—.Esperamos que el grupo baje del bus y Chase y Heather bajan agarrados de las manos unos minutos después. No nos han visto y están muy obedientes y tranquilos. Es sorprendente lo diferente que pueden llegar a ser tus hijos cuando no están enfrente de ti, una de las cuidadoras los cuenta y se asegura de que están todos. Es entonces cuando mi Heidi se da cuenta de que estamos a unos cuantos metros de ellos.— ¡Mami! —Chilla y arrastra a Chase con ella—. Me río un poco porque el rubio parece la marioneta de la niña. Abro los brazos y los recibo como si tuvie
LexiOdio San Valentín y odio todo lo que conlleva este día, incluyendo a Owen y su desayuno romántico con hotcakes en forma de corazón. Se esforzó, lo sé, pero eso es muy cursi. Por Dios, no solo es el día del amor a tu pareja, si no del amor que le puedes brindar a cualquier persona, incluso a una mascota.—Deberías hacerle un regalo, él es muy bueno contigo —dice Maddy.—Ya lo sé, es el mejor y claro que le tengo un regalo —levanto mis cejas varias veces y ella se ríe—.Vamos en mi auto hacia mi casa luego de hacer unas compras para cenar en casa. Estas dos semanas se han hecho largas para mí, mucho trabajo, la vuelta a la guardería de Heather y Chase, supervisando el taller de papá que aún está de luna de miel y mimando a mi prometido. No hemos puesto fecha de boda pero sí estoy segura de que no quiero una boda tradicional.—Tengo miedo, Lex —frunzo el ceño hacia mi amiga y dejo de guardar las cosas en la alacena—.— ¿Sobre qué, morenita? —Me vuelvo preocupada hacia ella que se mu
Owen— ¿Ya la hiciste? —Pregunto ansioso al ver a Lexi salir del baño. Ella camina hacia mí y se sienta en mi regazo.—Sí, ahora hay que esperar.Bien, esperar. Ya llevo haciendo eso desde que escuché su conversación con Maddison. Abrazo su cintura y ella recarga su cabeza en mi hombro. Chase y Heather nos miran expectantes desde la cama.— ¿Qué tiene mami? —Pregunta Chase— ¿Cuándo nos vamos pala el jaldín? —Dice Heather.—No tengo nada malo y nos vamos dentro de poco —les contesta mi chica y acaricia el pelo de mi nuca.Es temprano, nos toca turno a las diez de la mañana y tenemos que llevar a los niños a la guardería, pero tenemos este pequeño encargo primero. Y muy pequeño. Acaricio el vientre de mi chica y ella se levanta de un salto.— ¿Qué pasa?—No puedo con esto —se encamina al baño y a los dos segundos sale con la prueba de embarazo en las manos—. Su rostro está inexpresivo, no puedo adivinar que siente. —Felicidades, vas a ser papá por tercera vez —una sonrisa se forma en m
LexiMuerdo mi labio y ahogo un gemido. Owen está haciendo un muy buen trabajo entre mis piernas y yo encantada. Me he despertado casi a las tres de la mañana con un deseo irrefrenable por mi hombre, ¡Dios, esa boca está haciendo maravillas! Frunzo el ceño con molestia al escuchar mi móvil sonar. ¿Quién se atreve a llamar a estas horas y a interrumpir mi sesión de lujuria? Estiro el brazo hasta la mesita de noche pero Owen me da un manotazo.—No respondas —murmura y pasa la lengua por ahí, por ese punto especial. Me arqueo en el colchón. —Son las tres de la mañana, Owen, debe de ser importante.Escucho su gruñido de disgusto y lo ignoro. Tomo mi móvil como puedo y empujo a mi chico cuando en la pantalla leo: Mi papi. —Es Erick —deslizo mi dedo en la pantalla para contestar—. ¿Pasa algo, papá? —Mi voz suena preocupada.—Es Rita, mi reina, estamos de camino al hospital, está en trabajo de parto —suena ansioso y agitado. Un grito de dolor de fondo me hace encoger—.—Estoy allá en un br