LexiDiciembre, el muy esperado diciembre ya está aquí, el frío está que arde, los chocolates calientes reinan en casa, una que otra decoración de Navidad, las hojas están por terminar de caer y también quiere llover. Estas dos semanas han sido difíciles en el hospital, muchas personas heridas, Owen cambió su turno solo para andar detrás de mi culo y tengo días sin ver a Harry, Claire me mira mal cada vez que me ve y todo es muy agotador.Owen, va cada día a mi casa, trata de convencerme para algo más pero simplemente yo le huyo, lo evito, ódienme sin quieren pero cuando un animalito se siente acorralado, corre o ataca, yo prefiero correr. No quiero estar envuelta en todo el rollo que conforma una relación, soy joven, soy bella y quiero disfrutar de la vida, los hombres como él buscan estabilidad, una esposa, hijos, una casa, yo no puedo con eso, quizás sí con los niños pero con lo demás, ni de broma. Mis amigas dicen que si no quiero nada con él que lo enfrente y se lo diga, así no a
Owen—Tu quieles matal a mi mami —Heather hace un puchero y al segundo comienza a llorar—.—Hey, no —trato de levantarme pero el brazo de Lexi me detiene y sus ojos me dan una mala mirada—.Cierto, estoy desnudo.—No cariño, ven aquí —la llama en un tono dulce y la niña corre hasta subirse a la cama—. ¿De dónde sacas esa cosa tan fea?—Él tenía sus manos en tu cuello, en la televisión eso se hace pala matal —me mira con desconfianza y aprieto mis labios para no reír—.—No, papi solo me estaba... me estaba... —mira a su alrededor buscando una excusa—. Papi te lo dirá, bebé —abro los ojos como platos y Heather me mira esperando una respuesta—.—Bueno... yo solo le estaba... mostrando una llave de lucha, eso, sí —rasco mi nuca y una sonrisa divertida crece en los labios de Alexia—. Maldita.— ¿Una llave? —Me mira confundida y asiento—. ¿Me la puedes enseñal, papi?— ¡No! —Gritamos al unísono—. Nunca lo intentes, cariño, eso es solo para adultos —le digo.—Ah —limpia sus mejillas mojadas
LexiMiro el móvil, diez minutos de retraso, resoplo y bebo de mi batida de mango. Como no aparezca este idiota en cinco minutos me largo y tendré que recurrir a un plan b. Unas manos tapan mis ojos y el perfume de hombre llena mis fosas nasales, hago una mueca y aparto mi cara cuando siento su aliento peligrosamente cerca.—Me sorprende que me llamaras, ha pasado mucho desde entonces —el rostro aniñado de Michael Bonetti aparece frente a mi cuando se sienta en la mesa y trato de sonreír con falsedad—. Es hora de usar mis dotes de actuación.—Michael, cariño. Sí que ha pasado mucho tiempo —él sonríe y relame sus labios—. Estás muy guapo, lamento tanto no aceptar cuando me propusiste ser tu novia, ahora me arrepiento —hago un puchero y lo miro entre mis pestañas—.—Sabes que conmigo siempre tienes oportunidad — ¡Bingo!, toma mi mano y acaricia mis nudillos.— ¿De verdad?—Nunca has dejado de gustarme, Alex y si de verdad estás arrepentida puedes compensarlo —Y estoy entrando al terreno
LexiNada más acordarme del suceso de hace dos noches me río, ¿en qué estaba pensando? Pudo haber salido peor, si no fuera porque Owen me cargó hasta la salida nos hubieran atrapado, no se puede reír y correr en tacones al mismo tiempo. ¿Qué hubiese pasado?, ¿nos hubieran detenido? A lo mejor nos culparían de sabotear una fiesta privada, de exhibicionismo o de incesto, cualquier cosa. Pero no me arrepiento de nada, no señor, eso quedará en mi memoria toda la vida y quizás se lo cuente a Heather y a Chase cuando crezcan.Termino de acomodar mi suéter azul rey y arreglo mis ondas antes de bajar de la habitación. Hoy luego del trabajo Owen propuso ir a cenar con los niños y acepté, por lo que ahora esperamos a que llegue súper papá. Me siento en el sofá al lado de mi hija y beso su frente, ella solo me sonríe. Erick no está, si sigue así se tendrá que mudar, ya que quiere pasar todo el tiempo necesario con Rita y su bebé. Estoy viendo las caricaturas cuando siento mi móvil sonar en mi bo
LexiEl lunes siguiente al segundo reto los comentarios en el hospital sobre la relación del doctor W y la doctora Lexi eran la primicia. Fui interceptada como quinientas veces en el día para preguntar si era verdad la relación o si era cierto que teníamos dos hijos, pero yo estaba preparada para el bombardeo, porque es obvio que pasaría luego de que Owen y su bocota hablaran enfrente de una de las enfermeras. Al final del día el tema fue noticia pasada, pude trabajar tranquila y feliz.En fin, hoy es jueves y estoy en mi auto luego de mi turno leyendo un mensaje de Owen.—Te espero en tu casa, tengo una sorpresa para ti—.Levanto una ceja y enciendo el motor para ir hacia mi sorpresa, al llegar a casa tomo mi bolso del asiento del copiloto y bajo, en la puerta busco mis llaves para abrir, al entrar me encuentro con un gran ramo de rosas sostenido por un pequeño cuerpo que no puede con él, así que lo tomo y la sonrisa de Chase me recibe. Está vestido muy elegante, camisa blanca, pajar
OwenVíspera de Navidad, mucho por hacer, abro los ojos porque siento un peso en mi pecho, dos pares de ojos azules y muy intensos me miran sonrientes.—Papi, mañana es Navidad —me dice Chase y su sonrisa se ensancha—. Y viene Santa.— ¿De verdad? —Me hago el sorprendido y ellos asienten enérgicamente—. ¿Y se han portado bien este año?—Muuuy bien —Heather me da una falsa sonrisa de inocencia, yo sé que bien no se ha portado del todo. —Y tenemos que il a complal el álbol.—Pues ¿qué estamos esperando? —Me levanto de la cama y ellos se van corriendo hacia el pasillo. Ambos están vestidos para salir y me preguntó qué hora es. Busco mi móvil para ver la hora, ¡joder! Han madrugado, apenas son las siete de la mañana y ¡es domingo! Voy a la ducha de la habitación de mi ahora novia, no puedo evitar sonreír ante eso. Con Chase nos estamos quedando aquí, traje ropa desde el jueves y desde entonces duermo abrazado al cálido y tentador cuerpo de mi rubia.Luego de espabilarme con un bien baño,
LexiEstoy sentada al lado de Owen, acurrucada bajo su brazo viendo a nuestros hijos que han intercambiado los juguetes. Sí, Heather le incautó el auto a control remoto a Chase y él tomó una de sus muñecas y la está vistiendo.— ¿Debería preocuparme que Chase esté jugando con una Barbie? —Pregunta Owen.—Solo tiene tres años, para él todos los juguetes son iguales. Y si tienes que preocuparte debería ser por los dos, ya que Heidi tiene el auto.—Tienes razón —murmura y levanto la mirada para verlo con un rostro pensante—.— ¿Pasa algo? —Lo obligo a mirarme.—Es que he notado comportamientos en él que son diferentes —asiento mirando al pequeño y me encojo de hombros—.—Que sea gay no debe de preocuparte, mejor ruega al cielo para que no sea un asaltante, violador o asesino. — Sí, es cierto lo que dices —me abrazo más a él y le doy un beso en la mejilla—.—Deja que crezca, Owen, él decidirá que o quien quiere ser.Nos quedamos un rato en silencio. Papá se fue con Rita, tenían algo que
LexiMe quito a la mujer de encima y la miro como si estuviera loca.—Creo que te estás confundiendo —le digo de mala gana, porque sí es ella, el parecido es mucho. De ahí la conocía, porque se parece a mí, pensé que me parecía a papá pero verla a ella y es como ver a mi hermana que no tengo.—Claro que no, que grande estás —trata de tocar mi cara y le agarro la mano con fuerza—.—Dije que te estás confundiendo, yo no tengo madre —le digo entre dientes y le doy una mirada severa—.—La tienes y esa soy yo —me dice de la misma manera que empleo en ella y nos retamos con la mirada—. Ella no es buena, para nada, el papel inicial fue para ver si caía.—Solo tengo un padre y no necesito más, la mujer que prestó su vientre desapareció cuando nací —ella hace una mueca y rueda los ojos—.—Veo que Erick te contó su versión de la historia, debes escuchar la mía.—No me importa, ahora largo de mi casa —trato de cerrar la puerta pero ella la detiene con su mano—.—Al parecer a Erick se le olvidó d