OwenAbro los ojos y frunzo el ceño. De inmediato recuerdo donde estoy y como llegué a esta habitación de hotel. Giro mi cuerpo esperando encontrar a Lexi a mi lado pero la cama está vacía y fría también.¡Maldita sea!Lo hizo otra vez. Golpeo el colchón y sigo maldiciendo. Busco mi móvil y veo la hora, las seis de la mañana, apenas tengo tiempo de llegar a casa, ducharme y llevar a Chase a la escuela. Con todo el enojo e indignación que puede albergar mi cuerpo, me visto con el ridículo disfraz de la noche anterior y bajo a hacer la cancelación de la habitación para seguido ir al auto. En todo el camino a casa pienso en todo esto que ha pasado, me preocupa su estado por los efectos secundarios, pero me cabrea que se haya ido, creo que es hora de dejar de intentarlo con Alexia, nunca me dará la oportunidad y yo no voy a ir todo el tiempo detrás de ella.Llego a mi hogar y con rapidez entro a la estancia, me encuentro con mamá preparando el desayuno.—Buenos días —digo en tono serio y
OwenA pesar de que no me sentó bien el rechazo de Lexi, la sonrisa de estúpido no se borra de mi cara. No puedo creer que vaya a conocer a mi hija, porque lo es, lo sabía, lo que no me creo es que ella me lo haya dicho sin antes darme pelea, es decir, creí que nunca me lo diría y tendría que ser yo quien la enfrentara. Pero agradezco a quien sea que esté detrás de esto, porque tengo el pecho lleno de emoción por esa pequeña. Sigo al Alexia a poca distancia, y mientras más nos acercamos a su casa, más me doy cuenta de porqué nunca nos topamos de nuevo, tenemos amigos en común cierto, pero esta zona queda bien alejada de donde vivo, casi cuarenta minutos de distancia. La rubia se detiene frente a una casa crema de dos plantas, tiene un jardín bien cuidado en el cual se encuentra Erick sin camisa regando las plantas y una señora de enfrente lo mira sin disimulo. Lexi se baja de su auto y yo del mío, debo decir que estoy nervioso, mucho.—Hola reina —Erick se acerca a su hija y besa su f
LexiAunque al principio me negué, disfruté la tarde junto a Owen y Heather. Puede que me hayan dejado de lado pero eso solo fue un punto a mi favor, verlos interactuando como si se conocieran de años me tiene con una sonrisa en el rostro.El primer lugar que visitamos fue una heladería, Owen recordó las alergias de Heidi por lo que le compró una barquilla de vainilla y mantecado, y dos de chocolate para nosotros. Nos sentamos en una mesa y comenzaron a hablar de películas como si fuera el tema más importante del mundo, mi hija reía por los chistes malos de su padre y un brillo de amor se instalaba en los ojos azules de Owen al verla reír y disfrutar con él. De allí fuimos al cine y mientras ellos caminaban de la mano delante de mí, yo les sacaba fotos con mi móvil. En la sala de proyección los dos se susurraban y reían como cómplices y yo solo sonreía por la unión que estaban formando. Heather estaba entre nosotros pero eso no fue impedimento para que él jugara con mi pelo mientras v
LexiMe despido de mi hija, su padre ha venido a buscarla para llevarla al jardín de niños, pero él ni siquiera se dignó a mirarme y no lo culpo, yo tampoco quiero contacto con su persona. El problema vino ayer cuando le reclamé porque volvió a besarme de manera inesperada y le dije que nuestra relación sería únicamente de amistad, ya que teníamos una hija en común. Es obvio que se lo tomó mal y terminamos disgustados, yo no estoy para una relación amorosa, no sé lo que es eso y yo temo a lo desconocido, además de que creo que Owen necesita alguien mejor que yo, soy una mujer libre y quiero seguir siéndolo.Me encamino a preparar algo de desayuno pero al entrar a la cocina mi padre me tiende un sándwich.—De queso.—Vaya, Erick, hoy te despertaste de buen humor —le digo y veo como sonríe—.—En unas horas iremos a la primer ecografía, estoy nervioso —se muerde el labio y me río—. Se ve tan adorable.—Espero que todo vaya bien papá, te noto muy feliz.—Lo estoy, me siento como un padre
OwenSuspiro y maldigo hacia mis adentros. He hecho lo que nunca debería hacer un hombre, cogerse a una mujer pensando en otra y es que no puedo evitarlo, Lexi se ha metido en mi cabeza y por más que intento no la puedo sacar de allí. Lo peor de todo esto es que fue con Claire y ella es muy enamoradiza, no quiero que interprete esto como que yo deseo algo con ella, porque no es así. Miro mi reloj y decido salir de la oficina, es hora de volver a mí turno.Justo cuando salgo me cruzo con Sanders y Alexia, frunzo el ceño y al mirarla a ella siento el enojo recorrerme. Su cara está sonrojada y sus pupilas dilatadas, como cuando le doy un orgasmo. Mis dientes rechinan al apretar mi mandíbula.—Hey, Marshall —me saluda Harry y solo le doy una mirada—.—Alexia, necesito hablar contigo.—Si no has visto, estoy haciendo algo —levanta unos sueros y me da una falsa sonrisa—.—No importa, yo lo llevo, tu habla con él —le quita los suministros de las manos—.— ¿Seguro? —Pregunta con desconfianza.
LexiEs domingo, por ende tengo la noche libre y Harry también, por lo que decidimos que hoy sería la cita. Me llevaría a cenar y de verdad que me estoy arrepintiendo de aceptar, me quiero quedar en casa con mi hija viendo alguna película de Disney, pero ya es tarde, incluso, debería estar vestida ya. Me quedo mirando mi cuerpo cubierto con una toalla y hago una mueca. No sé qué ponerme. El timbre de la puerta suena y bajo a abrir. Me encuentro con un rostro muy sonriente y tierno, más arriba una cara parecida, más madura y con barba.—Hola Lexi —dice el pequeño Chase y corre hacia adentro de la casa—, supongo que a buscar a mi hija.— ¿Así le abres la puerta a todos? —Me recorre el cuerpo y ruedo los ojos—.—Me iba a vestir, que bueno que has llegado —lo invito a entrar—. Heather está en su habitación, está enojada conmigo porque no me quedaré con ustedes.—No te preocupes, yo la distraigo —se va a la cocina y yo subo hasta mi habitación para ponerme ropa—.Como mi padre no está porq
Lexi—Mami no me gusta que tlabajes de noche —Heather se cruza de brazos y frunce su ceño—.Papá me mira divertido y suspiro. Mi hija está de pie en frente de la puerta y no me deja salir, tengo que irme a trabajar lo más pronto posible ya que voy tarde.—Cariño, solo una semana más y estoy aquí para ti —beso su frente—.— ¡No!, quielo que te quedes ahola —odio cuando hace rabietas, me hace perder tiempo.—Heather Anne Williams, tengo que irme al hospital —le digo seria y se va corriendo, pongo los ojos en blanco—.—Así eras tú de pequeña, me alegra de que estés viviendo lo mismo —se carcajea Erick—.—Vete a la mierda Erick —le digo de mala gana y abro la puerta—.— ¡Recuerda que Rita viene el jueves para celebrar acción de gracias! —Grita mientras salgo de la casa—.La novia embarazada de papá, por fin la voy a conocer, ya que tengo turno de noche acción de gracias lo celebraremos un poco más temprano de lo normal, exactamente a las cuatro de la tarde.Me subo al auto y arranco hacia
LexiLe echo la cerveza al pavo para llevarlo al horno mientras canto Crazy in Love de Beyoncé, Heather está subida en la encimera comiéndose las galletas de la cena y cree que no la estoy viendo. Pero cuando una se convierte en madre es como Dios, el ojo que todo lo ve.—Heidi, cariño, deja algunas para la cena —le digo y por el rabillo del ojo veo como una galleta está a mitad de camino hacia su boca y sus ojitos están abiertos como platos—.—Lo siento, mami —sonrío y abro la última lata de cerveza blanca para echarla cuando un grito de horror me detiene—.— ¡No!, ¡Estás loca! —Suelto la lata por el susto y me giro a ver a Erick con gesto contrariado—. Rita va a comer de eso y no puede consumir alcohol.Suspiro para no matarlo y me agacho para recoger la lata, lo último que queda se lo echo a la carne.—Relájate, eso no le va a hacer nada al bebé, según los expertos las mujeres embarazadas pueden tomar de tres a cuatro latas de cerveza a la semana —cojo mi pavo y lo meto al horno—.