POV: Stella Sanders.—Ya hay que dejar de estar tan sensibles, de lo contrario nos vamos a quedar aquí toda la vida contando historias y retocándonos el maquillaje una y otra vez — dijo la señora Adelina al mismo tiempo que limpiaba sus lágrimas con un pañuelo húmedo.—¡Lo que me faltaba! Acaban de arruinar mi trabajo — exclamó Alexandra entre risas y lágrimas mientras me miraba — bueno, mejor me apresuro a arreglar eso.Si, las bodas realmente eran como un festival, la fiesta de las lágrimas, algunos lloran pensando en cuánto ha crecido la novia, al punto de verla hacer su vida junto a alguien más en el altar, otros lloran porque las bodas les recuerdan que están solos, que se divorciaron, que sus parejas ya no están y rememoran el día en que estuvieron en el lugar de los afortunados y otros lloran de repulsión porque odian las bodas, es un lugar para todos.Unos golpes en la puerta nos pusieron alerta, fue muy repentino, ¿Acaso Jayden venía otra vez a ponerse a coquetear conmigo en
POV: Stella Sanders—Eso es demasiada información para procesar rápidamente — contestó mamá al mismo tiempo que se sentaba junto a la señora Alicia, demostrando en su semblante que todo esto le causaba mucho estrés y confusión.—Yo creo que aún tenemos tiempo de detenerla — comentó Karina al aire para no dirigirse a nadie de manera específica.—Pero no sabemos dónde está o qué va a hacer de manera específica, y de cierta manera carecemos de pruebas para inculparla — dije mientras trataba de dar con una solución a todo éste problema— y no es porque tenga algo en contra de ti, Karina o porque no te tenga confianza — agregué sintiéndome un poco mal por sentir que hice una injusta insinuación.—No te preocupes — respondió Karina con una leve sonrisa.—¿Crees que no tenemos suficientes pruebas? — irrumpió Alexandra en la conversación — desde que Josselyn te conoce te odia, ha intentado que te alejes de Jayden a toda costa y de cierta manera fue la causante de que su relación se fracturara.
POV: Stella Sanders.Todas las personas se quedaron perplejas, mirándola casi sin parpadear, los murmullos no se hicieron esperar haciendo suposiciones respecto a su presencia, aunque en primer lugar ¿Por qué tenía puesto un vestido de novia?. Supongo que era una manera suya de molestar, realmente Josselyn tenía un problema, uno que debía ser tratado con urgencia.—¿Qué haces aquí? — fue grande mi sorpresa cuando esas palabras salieron de la boca de la señora Carola, no esperaba que fuese ella quien rompiera el silencio en medio del asombro.—Vine a detener ésta boda — respondió sin titubeos Josselyn al mismo tiempo que caminaba por el pasillo para acercarse.—¿Cuáles son sus razones para impedir esta unión? — cuestionó el padre con una expresión preocupada.—Ese hombre, Jayden Laurent, va a casarse conmigo, no debe estar al lado de una persona como Stella Sanders, ella es una aprovechada, su relación no está basada en el amor sino en un contrato — replicó al instante.—Lo lamento, hi
POV: Stella Sanders.—No hay mucho que decir, se volvió loca — dijo con confianza la señora Adelina — es que solo imagínate llegar así a una boda, vistiendo un vestido de novia y diciendo todas esas cosas.—A mí me da mucha lástima con la pobre — comentó la señora Alicia con una expresión de notoria preocupación.—¿Qué va a suceder con ella? — preguntó Alexandra al aire.—La van a llevar a un psiquiátrico, tiene problemas que van un poco más allá y que necesitan ser tratados, realmente esperamos que pueda recuperarse — comentó la señora Carola acercándose hacia nosotros — además lo que ha hecho esta chica… Laila, Lila, Leila o como sea, ha sido imperdonable.—Si, se suponía que eran amigas, que ambas estaban juntas en esto, no tiene sentido, nada de lo que hizo es realmente coherente — respondió la señora Adelina con confianza.—Señorita Laurent, disculpe, la solicitan en la habitación contigua — me informó un chico del personal del hotel.—Sanders, es Señorita Sanders — contesté de
POV: Stella Sanders.—Ten mucho cuidado, recuerda llamarme, tómate muchas fotos y pásamelas, trata de no comer nada raro, en esos lados hay muchas enfermedades extrañas — mamá hablaba tan rápido que casi no le entendía, nada raro después de analizar los sucesos de los últimos días a decir verdad.—No te preocupes, mamá. Voy a estar bien, antes de que lo notes voy a estar otra vez aquí — respondí tratando de tranquilizarla.—Bueno, hija. Nos veremos luego — dijo al mismo tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas — estoy tan feliz por ti, Stella.Verla de esa manera me hizo de manera indudable recordar cada instante de nuestras vidas, cada hogar pasajero, cada noche tortuosa, cada lágrima derramada, ahora podía irme teniendo la plena confianza de que ella y Sofía estarían bien y estaba orgullosa de ella y estaba orgullosa de mí. Sin pensarlo le di un gran abrazo, abrazo que sentía que ambas necesitábamos.—Te amo, mamá — dejé salir mientras lloraba.—Yo te amo mucho más, hija — respon
—Cásate conmigo — dijo él con naturalidad y una enorme sonrisa pintada en su rostro.Me quedé perpleja, realmente no sabía si reír o solo retirarme haciendo caso omiso a su comentario. Tenía que admitir que era un jóven bastante apuesto, su cabello rubio me hacía pensar que era extranjero (eso y su extraño acento) sus ojos color ámbar realmente eran bastantes seductores, sobretodo por esos toques verdosos que se encontraban en los bordes, vestía una camisa de color blanco, un pantalón caqui y el cabello un poco despeinado, sí, seguramente era un turista, hay muchos como él por aquí, todos parecen empacar exactamente el mismo atuendo antes de venir.—Aquí está su desayuno, espero que lo disfrute — contesté omitiendo su comentario, pensé que sería lo mejor.Mi trabajo acá en “El Corazón Contento” es solo ese: llevar los pedidos a las personas. Y aunque me había topado con muchas personas raras, él era por mucho el más extraño de todos.—¿Aceptas mi propuesta? — cuestionó confundido ant
Salimos del restaurante y continuamos caminando sin una dirección fija, yo solo seguía sus pasos y sentía que él estaba siguiendo los míos.—¿Crees que me apresuré? — cuestionó él riéndose un poco.—Creo que te saltaste las citas, el noviazgo, las peleas, los regalos, las decepciones y un montón de otras cosas más — respondí enumerando con mis dedos.—Tienes razón, quizás, solo quizás... lo hice — contestó él de manera irónica — Lo lamento, nunca había visto a alguien como tú.—¿Nunca habías visto a una mesera? — repliqué inmediatamente riéndome de mí misma.—No a una como tú — respondió él riéndose — he pasado toda mi vida en medio de personas que creen que son maravillosas, personas importantes, personas ricas, personas que creen que lo son todo pero que yo siento que no son nada, y entonces vengo hasta acá, y te juro que jamás pensé que aquí, en Monte Video, realmente conseguiría todo, todo en lo que el resto consideraría nada.—¿Estás hablando de mí? — pregunté de manera ingenua,
Al siguiente día salí temprano a trabajar, sentía que mi cuerpo temblaba y no sabía precisamente si era por el frío que hacía o por miedo, dejar a mamá sola en casa con Sofía no me brindaba mucha tranquilidad pero si mamá no podía encargarse de algo entonces yo debía hacerlo, así que me tocaba salir a buscar una manera de resolver nuestra solución.—Buenos días, señorita Stella — esa voz me sacó de mis pensamientos turbulentos.Al mirar en su dirección el mismo jóven del día de ayer estaba levantándose de la misma banca en que nos habíamos acomodado la noche anterior. Me reí un poco involuntariamente, pues, estaba tan sumergida en mis pensamientos que ni siquiera me había percatado de su presencia.—Buenos días, jóven desconocido — contesté para darme cuenta de que ni siquiera sabía cuál era su nombre — por favor dime que no dormiste allí — añadí riéndome.—¿Y si te digo que sí? — cuestionó él con una sonrisa un tanto maliciosa, este hombre y sus dobles intenciones.—Entonces voy a cr