POV: LYON. [Parte II]

— No vengo ayudarte, ¿Eres imbécil o que? — Mi tono de voz áspero y para nada profesional. Mi presencia hace que Uriel irradie incomodidad por cada poro de su cuerpo.

— Volveré en diez minutos, señor Humboldt.

No dude en llamarme si el asunto se vuelve peligroso. — Dice el oficial a cargo y lo miré con impaciencia esperando a que saliera.

— No entiendo. — Añade confundido.

Es todo formalidades ahora. — Si lo dices por la sociedad, debes saber que todo tiene una explicación. — Balbuceó. — Mi esposa me ha montado una trampa y caí en ella. — Traté de no poner los ojos en blancos.

Tampoco me pasa desapercibido el tono despectivo con el que el bastardo se refiere a mí Ari.

— Ya no existe sociedad entre nosotros. — Mi voz se eleva con cada palabra que pronuncio.

— ¿Que? No puedes darme la espalda, yo no incumpli el contrato. Además estoy pasando por un mal momento. La zorra de mi esposa tiene un maldito amante, se fue con los niños de la casa y por si fuera poco me