Viernes, 1 Noviembre del 2019. Hace un año, terminé con mi novio de aquel entonces... Su nombre es Johan, y lo dejé al descubrir su infidelidad. Hoy, mientras celebraba con mis mejores amigos el ascenso que obtuve en mi trabajo, me enteré de que mi ex se a comprometido con la mujer por la cual, nuestra relación de dos años se fue al vacío. Una parte de mí no puede evitar estar feliz por él, en serio. Pero al mismo tiempo, esa otra pequeña parte sobrante en mi interior no puede evitar sentir tristeza, pues no solo perdí a mi novio, sino también, a mi mejor amigo por más de diez años. No estaré en el día más importante de su vida y darse cuenta de ello después de creer tontamente por dos años que sí lo vería, al ser yo la mujer que caminase al altar y no otra... Duele, mucho. Intentamos salvar nuestra amistad, a pesar de su engaño. Pero fue imposible, pues de alguna forma. Johan la antepuso a ella de nuevo antes que a nuestra amistad, cosa que ya ni debe sorprender puesto que por e
Viernes, 8 Noviembre del 2019. Una semana después... No he vuelto a cruzarme con Thomas desde entonces, gracias a Dios y a todos mis ángeles. Aunque de alguna extraña manera, lo siento cerca. Todo el tiempo... Incluso estando en el trabajo, lo siento cerca. Quizás porque somos vecinos y vivimos en el mismo piso. No sé, ya creo que hasta estoy delirando y alucinando. Pues hace dos noche me pareció verlo en el balcón privado de mi habitación, cosa que es imposible. Ya que el apartamento de sus abuelos está a dos del mío y, él tendría que pasar dichos dos balcones para llegar a mi. Lo bueno, es que con tanto trabajo en el museo de arte, trato de no darle importancia a ese sentimiento a pesar de su persistencia. Hace una semana celebraba mi nuevo ascenso y hoy, celebro que finalice uno de los trabajos más grandes e importantes y el que más tiempo me a tomado culminar. Y será nada más y nada menos, que la nueva pintura principal que dará la bienvenida en la reapertura del museo a p
02:00 AM. — ¿Y si te gustó la comida? — Sí, estuvo deliciosa —Le sonrío—. Sobre todo el postre.— Amé ese dulce de leche también. Me encuentro de camino a mi casa, Frank, el hermano de Jessy, se ofreció a traerme ya que mi amigo Sebastián, se emborracho a más no poder tomando vino con el papá de mi amiga y así no iba a exponerlo a conducir, obviamente. Sería un peligro andante para la sociedad y para nosotros mismos. Sonrío al ver mi edificio, debo admitir que la zona residencial donde vivo es una de las más lindas de la ciudad de Portland, y aunque mi edificio es el más antiguo de la comunidad, es muy elegante, seguro y vintage, cosa que me hizo amarlo desde el primer momento en que lo ví. Porque no lo cambiaría por nada. Bajo del auto después de que Frank me abre la puerta y juntos caminamos hacia la entrada del imponente y antiguo edificio. — ¿Te puedo acompañar hasta la puerta de tú casa? —Le escucho decir y me giro para verlo.— No es necesario, ya hiciste mucho con traerme
Despierto una hora después, me preparo algo sencillo de almorzar al mismo tiempo que me visto para asistir a una reunión de trabajo. Ya mañana es la apertura del museo de arte y también mi exposición. Hay ciertos detalles que aún deben ser discutidos y por los cuales estoy muy emocionada de comenzar a concretar. Me siento a comer en la isla de mi pequeña cocina y al terminar minutos después, dejo mi plato y vaso en el lavaplatos y corro al baño para cepillarme los dientes. Cuando estoy de regreso en mi habitación, me siento en el tocador y me hago un maquillaje sencillo, pero lindo y glamuroso. Un maquillaje y peinado perfecto, que combinan junto a mi hermoso vestido gris ceñido al cuerpo. Antes de salir de mi departamento, me miró al espejo y sonrío ante lo bien que me veo. ¡La buena impresión ante todo es necesaria! Mucho más si es para concretar negocios. Me gusta mucho callar bocas, porque en este mundo del arte, mayormente los patrocinadores o las agencias creen que los
— Y cuéntame cariño, ¿Estás nerviosa por lo de mañana? La voz de la señora Blanch me trae de vuelta ante la distracción de Thomas con su penetrante mirada. Entre abro los labios para responder a su pregunta, pero él me interrumpe al decir: — Insisto, lindo collar. Me ruborizo e inconscientemente frunzo mis labios, sé a dónde quiere llegar y por más que una gran parte de mí no quiera complacerlo, ya no lo puedo evitar más. — Gracias. — Has de ser muy importante para la persona que te lo ha dado. Me aclaro la garganta y me remuevo en el sillón, lo mataré, en serio. — Supongo... —Suspiro— Aunque él es un tanto insoportable.— ¿Ah, sí? —Ríe— ¿Por qué? — Porque no entiende un no como respuesta. — Quizás sea porque no concibe un no como respuesta. Lo miro de vuelta, pero él ya está retandome con la mirada.— Hay cosas que simplemente no pueden suceder, Thomas. Y si la persona realmente quiere como lo dice hacer, debe entender. — ¿Y tú lo entiendes? — En su totalidad. — ¿Entonc
07:00 AM Anoche me prometí que no lloraría, pero al cabo de una hora después, lo hice, sí lloré. Porque necesitaba sacar eso que me estaba carcomiendo el alma. Necesitaba drenar el sentimiento tan intenso que la partida de Thomas me generó. Y por suerte, llorar desconsoladamente, funcionó, pues hoy me siento de maravilla y vaya que tengo razones para sentirme así de bien... — Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a la mejor amiga más sexy y hermosa del planeta, universo y galaxias enteras. ¡Feliz cumpleaños a ti...! —Me río ante el canto tan peculiar de mi mejor amigo Sebastián y entre risas susurra— Paso por ti en una hora, ya muero por verte. — Oh, pero miren quién está de vuelta —Le escucho resoplar burlón— Gracias, te quiero mucho y ya muero por abrazarte.— Acepto besos, gracias. Vuelvo a reír a carcajadas y digo: — Y yo un buen capuchino, lo necesito.— ¡Uy! Tenemos chisme nuevo —Dice juguetón y suspiro— Espérame lista, llevaré tres capuchinos por
Tengo el corazón acelerado, como si quisiera salir huyendo de mi pecho. Esto duele, caray... No lo entiendo.Esto es desagradable. Toda esta situación lo es. El no dice nada, se mantiene en silencio mientras da vueltas en círculos por largos segundos, está en negación y no sé qué hacer por él cuando ni siquiera sé qué hacer por mí.De un momento a otro, Thomas resopla, detiene sus movimientos y se detiene frente a mí, lo veo morder su labio inferior, indeciso, quizás, también frustrado. Sí, él está frustrado a más no poder. Y su vista nublada me hace saber lo que él ya ha mencionado. Lo he lastimado con mis palabras y también con mi acción. Pero esto es lo correcto, debo dejarlo ir. Thomas tiene que alejarse de mí, lo que estuvo a punto de pasar entre nosotros hace unas horas no está bien. Y él debe aceptarlo. Como sea, pero debe hacerlo.Yo no soy para él y por más que me atraiga, él tampoco es para mí. Además, aún no estoy segura de lo que él me hace sentir. Y contra eso no
Thomas estaciona la moto frente al portón del estacionamiento del museo. El cual se encuentra en la parte trasera del mismo, y cerca de este, hay un callejón, lo que lo hace más privado y menos visible para las personas que no sean empleados del museo y de todas sus instalaciones. Cuando me bajo, le agradezco por traerme y me dispongo a caminar hacia el portón pues quiero tomar distancia de todo él y de esta situación, pero una de sus manos toma de las mías y hace detener mi acción. Thomas no dijo nada ante mi petición cuando estábamos en el parque frente a la bahía, simplemente, finalizó la conversación diciendo que estaba cansado y que me llevaría de regreso a mi departamento o a dónde yo necesitase ir, y aquí estamos. Al girarme para encararlo, lo veo quitarse el casco y la mirada que él posa en mí, me deja sin aliento. Otra vez. — ¿Qué quisiste decir en el parque antes de irnos?— Olvídalo... Me dijiste que estabas cansado. — Dilo. —El insiste y mantiene su mirada fija en mí.