Media hora después... Sonrío cuando veo a Frank y Jessy junto a sus padres. La familia Donovan es todo un encanto. Me agradan mucho y me hace feliz que se hayan tomado el tiempo para asistir a mi exposición y expresar su apoyo con su presencia. — ¡Muchas gracias por venir! —Les digo a cada uno al momento de saludarlos con un abrazo. Cuando Frank se para a mi costado y mantiene su agarre firme en mi cintura, me aclaro la garganta al notar la mirada de Sebastián, quien se encuentra en la barra hablando por teléfono desde hace dos minutos mientras espera su pedido. Su mirada es un tanto despectiva. Y eso me hace preguntar con quién está hablando desde hace minutos. Le frunzo el ceño juguetona y al ser correspondida, pongo los ojos en blanco pues él no tiene pinta de estar jugando al mantener su ceño fruncido. Decido ignorar tal hecho y me enfoco en los invitados presentes. La reapertura del museo ha sido todo un éxito. Está repleto de personas admirando las obras, no solo los cuadr
Sonrío ante los gestos de Sebastián quien se encuentra en la barra mientras me ve hablar por teléfono, definitivamente mi amigo es un alcahueta de Thomas y ante ese hecho, suspiro cuando este responde en un susurro: — Es tú día. Mereces ser feliz... Aunque, me encantaría formar parte de esa felicidad. Cierro los ojos y dentro de mí todo se colapsa. Si supieras que eres la razón por la que ahora soy tan feliz, Thomas... Tú eres ese algo, que tanto me a hecho falta este día tan especial. Tú y nadie más que tú. Mientras más intento alejarte, mientras más lejos quiero tenerte, mi alma clama todo lo contrario. Y más cerca añoro sentirte. ¡Caray, como me gustas! — Gracias —Cuanto quisiera decirle que sí, que él forma parte de esa felicidad, pero me contengo— Ha sido un día grandioso. Le escucho respirar con fuerza y eso hace que muerda mi labio inferior. Lo necesito... Ahora mismo. — Escribí algo para ti... —Dice cambiando el tema, segundos después.— ¿En serio?— Sí —El enfatiza—
Dos horas después... Ahora me encuentro con mis amigos en nuestro bar favorito de la ciudad, cenamos delicioso y las risas no faltaron en el proceso, ya hemos jugado al boliche y también al bingo, ahora jugaremos al parchís y no puedo negar que me estoy divirtiendo muchísimo. Pero no estoy del todo feliz. Thomas me ha plantado. Y me siento como una estúpida. Por suerte, Sebastián no se ha separado de mi lado y con ello, a mantenido a Frank a raya, pero al mismo tiempo, es como si mi amigo no estuviera presente por ciertos momentos pues él no suelta de su teléfono. Si no está hablando, está enviando mensajes de texto. Todo el tiempo. Está casi absorto de quién lo rodea y eso me hace preguntar ¿Con quién habla tanto? Debería darme la atención que necesito, el sabe que estoy molesta y en el fondo triste por el desplante de Thomas, pero a mi amigo parece no importarle. Tampoco parece que sea algo urgente como para que esté pegado al teléfono desde hace una hora, porque si así fuera,
Cuando por fin estamos solos y no hay moros en la costa y con ello me refiero a Frank y Sebastián. Me siento libre de abrazar a Thomas como realmente quiero hacerlo y mi alma se eleva cuando soy correspondida y sus brazos rodean la parte baja de mi espalda con una fuerza tan abrumadora... Que me hace delirar en pasión. Pues esa intensidad que transmite en el abrazo, me deja en las nubes. En serio, lo necesitaba. A todo él. — ¿Estás bien? —El susurra contra mi boca mientras que con la mirada busca una respuesta, inspeccionando todo mi cuerpo. — Oh, Thomas... — Gimo contra sus labios y lo abrazo de nuevo— Me sentía tan nerviosa e incomoda. — Lo sé, pude sentirlo. —Gruñe contra mi cuello correspondiendo otra vez a mi abrazo.— El estaba tan cerca de mí, como nunca antes... Y te juro que jamás le dí pie para que lo hiciera. Se declaró, me dijo que le gusto y... Me callo al darme cuenta que estoy hablando demás, guiada por la ansiedad que me genera el recuerdo. Sé que posiblemente lo
Después de detallar con cautela los dos retratos terminados, veo como Thomas ubica el tercer retrato en el centro del gran ventanal mientras la luz de la luna se refleja no solo a través de éstas las cuales rodean gran parte de la sala, sino que también se refleja en el inmenso y hermoso lago. Tantas cosas juntas, hacen de la vista y del momento... Algo sumamente mágico. — Dame unos minutos, ya regreso.— ¿A dónde vas? —Susurro y veo como él detiene su andar.— Iré a la habitación, me pondré algo más cómodo. No me gusta hacer éstas cosas así, sin la ropa adecuada —El señala su ropa de arriba a bajo y le sonrío—. Tengo mis manías. Somos tan parecidos... A mí tampoco me gusta pintar con cualquier ropa, tengo una en específico para ello. Pero ahora no estoy en casa y, tampoco tenía idea de que ésto pasaría, así que... Tengo un pequeño problema. Que por suerte, puede tener solución. — A mi tampoco me gusta... —Musito en un hilo de voz y su mirada se encuentra con la mía— ¿Me prestas
Martes 12 noviembre del 2019 01:05 AM Juntos terminamos el retrato en cuestión de minutos. Y al detallarlo con precisión, me asombro del resultado. Es hermoso. Realmente hermoso. Nunca había hecho un retrato de mí misma o participado en el termino de alguno, como ahora es el caso. Mucho menos, con alguien tan especial a mi lado. Con alguien como él. Thomas y yo nos concentramos de lleno después de finalizar nuestra plática, que el tiempo a mi parecer pasó volando. Yo no he vuelto a sacar ningún tema de conversación debido al disgusto que sentí, a pesar de querer seguir indagando en su vida y de querer saber más sobre él. La curiosidad es grande, pero mi orgullo lo es mucho más. Voy a ponerme de pie, pues quisiera alejarme por unos segundos, tomarme un momento para pensar, ya que no entiendo mucho del porqué ahora me encuentro tan emocional. No sé si es por ver el retrato concluido, no sé si es por mis crecientes sentimientos por Thomas o quizás, sea porque estoy muy conscient
Siento que el día de mi cumpleaños fue eterno, mientras más lo pienso, más lo confirmo. Es que me pasaron tantas cosas en un solo día. Las locuras de Thomas al seguirme, Frank y su sorpresa del brunch, mi adorado Sebastián y sus charlas, mis debates sentimentales, la exhibición, los abuelos de Thomas, Johan y su regalo, mi pastel de cumpleaños, mis amigos y sus sorpresas yendo a un bar, para finalizar mi noche en los brazos de Thomas. Uff... ¿Acaso algo me faltó? Sí, mi tristeza al pensar que Thomas me había plantado después de su llamada en medio de la exhibición. Suspiro ante el recuerdo, ya que fuí un desastre después de eso. No pude parar de tomar al sentir que él me había plantado. Si lo hubiera hecho, en dado caso, me lo merecía pues temprano en la mañana, lo lastimé demás al ser demasiado sincera con él y decirle que no lo amo y que era solo un niño. Ahora, ante eso último y después de lo vivido, ya no pienso lo mismo. Por supuesto, que de niño no tiene nada más que la ed
Veinticinco minutos después... Llego a salvo hasta mi destino y cuando estoy bajando del Uber, Thomas nos pasa por un lado y sigue de largo hasta el área de estacionamiento, pero antes de cruzar, él ladea la cabeza hacia mí dirección y baja concideradamente la velocidad. Cuando ve que estoy por cruzar las puertas dobles del edificio, su moto rechina sobre el pavimento al pisar el acelerador y desaparece de mi vista. Suspiro y camino lentamente hacia el ascensor mientras recorro el lobby y saludo al conserje en el camino. — Hola, Richard. ¡Buen día!— Buen día, señorita Paoli. —El me sonríe y se ofrece a ayudarme con el gran estuche y también con las flores— La ví en el periódico de esta mañana, felicidades por su cumpleaños y por la exhibición, leí que fue todo un éxito. Me hubiera encantado ir y así, disfrutar de sus pinturas.— Muchisimas gracias, Richard —Me doy vuelta hacia él, y le anuncio— Aún puedes ir, estará disponible hasta fin de mes. Pondré tu nombre en la lista para qu