MellisaMe mostré bastante mal en frente de él, dolida y muy indignada. No es que sea fingido, la verdad si me siento triste, burlada y muy decepcionada. Pero junto a eso, también está esa rabia y rencor que crece por esa mujer que hizo de mi vida un caos, todo estaba bien hasta que ella apareció. Camila Edwards llegó para arruinarlo todo, yo estaban bien, Franco estaba bien, nuestra relación estaba en su mejor momento. Esto no se trata del tiempo o de haber confesado mis sentimientos hasta ahora, no es por eso. Porque estoy segura que pudieron pasar ocho más y nosotros estaríamos igual. ¿Qué pudo ser diferente en esa muchachita? No es la primera mujer que llega a la vida de Franco Collins, todas las anteriores fueron fáciles de alejarlas de su vida, solo debía decirle que eran unas huecas que no le aportarían nada para que simplemente les dijera que ya no las quería ver.Debí ser más analítica, las señales ya estaban apareciendo, él venía mostrando algunos comportamientos diferentes
CamilaFranco llegó tarde a casa, se notaba en sus ojitos que estaba muy cansado. Hoy fue un día pesado para él, pobrecito.—Cariño, por fin estás en casa. Sabes, le dije a Lola que hiciera para los dos la lasaña de berenjenas que tanto te gusta.—Oh, eso suena bien.Me senté en su regazo y le di un abrazo, él puso su brazo sobre mis piernas y las acaricia.—Me gusta que estés aquí, ¿no te lo había dicho?—No, no me lo habías dicho. ¿a qué se debe esa confesión?—Nada, solo quería expresarlo porque lo sentía. La verdad en este momento siento tantas cosas por ti que no sabría por dónde comenzar.—¿Qué pasa con Franco Collins? ¿si eres el hombre con el que me casé verdad? Parece que alguien ha cambiado al señor cascarrabias con el que discutía.—No es broma, te lo digo muy enserio.Mi sonrisa fue apagando porque si me sorprende sus palabras, me hace acelerar el corazón.—Franco, si dices esas cosas terminaré enamorada de ti y cuando eso pase, no podré dejar de molestarte, consentirte y
CamilaFui a la empresa esperando ver a Mellisa, estuve pensando en ella después de aquella discusión con mi esposo.—Cami, te dejaré a cargo de estos documentos, necesito que los organices.—Claro, déjame verlos.Tomé los papeles y los organice por fechas, no sé cómo puede acumular tantas cosas este hombre. Me senté en mi escritorio y comencé a clasificar los papeles.—Oh, también los clasificas por…—No me digas, ya lo sé.Los días de estar junto a Franco como su asistonta, me han llevado a aprender muchas cosas, nunca estudié para algo así, pero me ha capacitado muy bien. Al principio fue duro, pero creo que fue lo que hizo sacar la mejor parte de mí, destrezas que desconocía.—Vaya, parece que te he entrenado muy bien.Franco se levanta de su silla, va hacia la puerta haciéndome creer que saldrá, pero lo que hace es poner el seguro.—Me gustaría poder hablarte de algo —dice caminando hacia mí.—Lo que sea que tengas para decir puedes hacerlo desde allí.—No, quiero acercarme más.
Camila Melli se hizo un poco más cercana a mí, durante el día las sonrisas entre nosotras no faltaron. Ella siempre fue muy seria, su cara cambiaba al verme, pero ya no, eso me alegra. —Cariño, es hora de irnos. Tenemos que estar listos para la fiesta de Jhony. —Oh, sí. Ya lo había olvidado. La verdad si lo había olvidado, ¿Dónde tenía puestos mis pies? Que tonta soy, debí llamar a Clarisa desde mucho antes para saber cómo le fue con ese asunto del chico innombrable. —Cariño, déjame ir primero al baño. —No demores, ya tengo mucha hambre. —Sí, no tardaré. Fui al baño de mujeres y me encerré en el primer cubículo, claro que antes me agaché para verificar que nadie estuviera aquí. Al ver mi móvil, me di cuenta que tenía llamadas perdidas de Clarisa, ¿Dónde estaba metida que no me di cuenta de esto? —¿Hola? —Gracias a Dios responde, ¡¿Dónde estabas metida Camila?! —Tenía el móvil en la mano no entiendo por qué no escuché la llamada, cuéntame ¿Qué paso? —Cami, lo vi en la mañan
FrancoTodo en la fiesta iba bien, Camila parecía contenta por tener a su amiga cerca; la verdad no me incomoda, la chica es agradable y después que le haga bien a ella a mí también.—¿Cómo van con el nuevo proyecto?—Vamos bien, la próxima semana arrancamos con la primera producción de los nuevos productos. Probamos las muestras y nos quedamos con todo, sin duda será un éxito.—Lo sabía, te dije desde el principio que ese equipo era el mejor. ¿y cómo te va con tu esposa?—Te refieres dentro de la empresa ¿eso?—Sí, la otra vez que nos reunimos dijo que trabajarían juntos.—Oh, ya había olvidado esa cena, si, trabajamos juntos en el proyecto. Ella viajó conmigo a España para ver a los socios, la verdad nos ha ido bien; me gusta que se involucre en mis asuntos laborales. Hasta hemos encontrado temas para conversar, podemos charlar de trabajo durante la cena y luego pasar a charlar sobre la casa o cualquier tema de la casa.—Esa es siempre una buena opción. Mi esposa y yo nos hemos vuel
MellisaTimoty Bulton es alguien que lleva mucho queriendo pretenderme y llamar mi atención con regalos que deja en mi oficina y cosas así, lo conocí porque un día su tío, el gran Jhony lo mandó a entregar unos documentos para Franco, desde entonces viene por momentos a cualquier tontería, nunca ha pasado a la oficina de Franco, solo se queda en mi lugar de trabajo. Luego, después de insistir le di mi número; aunque ignoraba sus mensajes y eso. Él no dejó de insistir, hasta hace unos días que supe de la fiesta de apertura de la nueva joyería de Jhony. Hace unos días las cosas no venían bien con mi jefe, así que respondí a sus mensajes, llamadas; comenzamos a hablar con más fluidez hasta lograr lo que quería. De apoco tendrá Franco que acostumbrarse a verme cerca de él, si en el trabajo me ignora después de haberme dicho que seríamos amigos y que nada podría cambiar entre nosotros.—Melli, ya estoy en la fiesta ¿seguro que no quieres que vaya por ti?—Estoy bien, de verdad. Voy por mi
Camila La fiesta era increíble, mi vida ha mejorado de una forma que amaba, ahora todo volvía a ser como antes, solo que ahora tengo a un hombre que me acompaña. Yo estoy bien, mi matrimonio también, mi familia volvió a surgir, tengo una gran amiga, Beto por fin comprende las cosas y ha dejado de involucrarse en mis asuntos. Me senté a tomar champaña, disfrutaba de la vista, del aroma delicioso y buen sabor de la bebida. Miré hacia la dirección en la que se fue Franco y lo vi salir algo sulfurado. —Mi amor, ¿estás bien? ¿pasa algo? —Estoy bien, solo que ya estoy agotado. Quisiera irme a casa. —No amor, todavía no quiero volver a casa. Quedémonos un poquito más, por favor. —Solo dos minutos y nos vamos. Él se quedó parado a mi lado, no quería sentarse. Pensaba en esperar a mi lado que me tomara la champaña para luego irnos. —Por favor, siéntate. Quédate aquí conmigo, ven. —Espero no haber tardado mucho en el baño —dice Mellisa llegando a la mesa. Su nuevo novio la abraza, pare
Mellisa No puedo actuar sabiendo que Franco tiene un pésimo concepto de mí, ¿Por qué me hablas de esa forma? Me lastima, mi corazón está dolido. Ya estoy sufriendo, sabe que estoy mal, ¿Por qué sigue lastimándome así? Fue mala idea ir a esa fiesta, de saber que terminaría así; nunca hubiera hecho tanto para ir. Tuve que soportarme a ese cretino, tuve que aguantar a ese hombre fastidioso toda la noche solo para estar al lado de Franco y no sirvió de nada ¡MALDITO! Camila es la culpable de todo, si él no puede separarse de ella, tendré que alejarla a ella de él. Ya veré en qué pienso, pero no me quedaré con las manos cruzadas. —Mellisa, ven a mi oficina. Claro, tiene que salir la fastidiosa de su esposa de la oficina para poder hablar conmigo. —Deme un momento. Fui a su oficina y lo primero que dice antes de un saludo es. —Tenemos una conversación pendiente, tenemos que resolver esto. —Lo primero es que le digas a tu esposa que deje de sofocarme, no quiero ser su amiga. Que no ll