—de aquí no me voy, hasta hablar con Domenik— dijo Mía con firmeza

—¡Tienes al cachorro Conner!— Miriam la mira fulminantemente —¡Eso no puede ser posible, es mi hijo!

—¡Calla tus palabras venenosas! Este es mi hijo y tú, tan solo eres un reemplazo, aunque te parezcas a mi hermana, jamás tendrás un corazón como el de ella

—¿Tu hijo? Conner es hijo de Domenik y mío, me parece una falta de respeto que tengas al cachorro, lo único que vas hacer es hacerlo sufrir, así como hiciste con el cachorro David— sonríe Miriam acercándose a Mía, y Beta Oscar, al ver ese acercamiento, se coloca firme para que Miriam comprenda que Mía no ha venido sola —quiero ver la cara de mi amado Alfa, cuando se enteré de la verdad. Estoy segura que te mandara a un calabozo, o quizás quedes degradada como Luna

—¡Tus amenazas son erróneas!— Mía se torna débil en su interior, la malévola mujer ha tocado un tema delicado para ella

Miriam emboza una sonrisa ampliamente. —si creés que con tu carita de yo no fuí, vas a