Levantar a su lado había sido extraño, esa noche se había decidido por volver a la cama y este se lo había impedido como ando su brazo a su alrededor, Tania había logrado tan solo girarse para poder respirar mejor.— ¿Por qué te ibas a ir? — le preguntó este mientras le miraba fijamente.— No me gusta amanecer con nadie, me gusta mi espacio y ver el rostro lagañoso de alguien no está en mis planes — le contestó y Hans comenzó a reír fuertemente.— No sabía que era algo desagradable verme en las mañanas, antes me decían que era demasiado guapo, quizás un dios del Olimpo — contestó y ahora era Tania la que reía fuertemente, parecía que el buen humor mañanero era algo bueno.Hans pensó en ello, jamás permitía que una mujer se quedara con él toda la noche, estas tenían su propia habitación, la última vez que había llevado a alguien a casa había sido un caos.Contrario a su pensamiento y a su forma de preceder, estaba en casa, en cama de Tania y se sentía a gusto con ella en la mañana, su
— ¿Te acuestas con tu jefe? — le pregunto completamente incómodo, estaba bastante divertido de saberlo y haría un drama en todo el día.— No te metas en algo que no sabes, Michel, no es lo que piensas — le dijo y este comenzó a reír fuertemente.— ¡Solo debes admitir que te coges a tu jefe y ya está! ¡Hermana, es lisiado, déjale sanar, aunque sea la pierna! — le dijo entre risas y esta le acallo.— No digas nada delante de mí madreeee, te mataré si lo haces! — le advirtió, Hans había quedado sin saber lo que pasaba, no esperaba que su amigo se enterara de lo que estaba pasando con Tania.— Me gustaría pensar que no te acuestas con mi amigo, es algo que no me agrada, pero bueno, es tu vida y yo soy el menos indicado para hablar de relaciones, seriedad o casa relacionadas — le contesto, haciendo que Tania respirar a profundo.No estaba preparada para lidiar con su familia inmiscuida con su vida personal, pero tenía claro que aquello había sido demasiado evidente, Michel salió de la habi
Había visto a papá esa tarde, este parecía estar mejor, con la ayuda de Hans, habían logrado que uno de los mejores especialistas le ayudara, pudiese revisarle y darles los pasos a seguir.Estaba claro que se quedaría por un rato más en el hospital, te in que estar seguros de que en su cabeza no hubiese nada que le afectará a futuro, eso había logrado que su madre se preocupara más, nunca la había visto así, era siempre serenidad, risas, pero esta vez no había nada de eso.La entendía, no estaba preparada ni ella para dejar a su padre en tal caso, ahora su madre menos.— ¿En qué piensas? — le pregunto en cuanto estaban en el coche, irían a casa de Hans, aún no se sentía cómoda con su ofrecimiento, pero había insistido.— Si tu papá sale de esto, volveré a casarme, le propondré matrimonio — dijo haciendo que sus hijos le miraran y se miraran entre ellos.— Padre había dicho algo similar — le contó y está se echó a llorar, estaba asustada de que le pasara algo.— No pienso perderlo nuev
La madre de Tania era bastante agradable, sentía como si fuese una madre, algo que no sentía desde hace mucho tiempo.— ¿Mara? — preguntó él en cuanto escucho el nombre de la mujer, esta no estaba feliz con su nombre, pero había decidido nunca cambiarlo, era un dulce recuerdo de sus padres.— Aguas amargas — preguntó él, había escuchado aquel nombre con un significado que distaba de lo grandioso, no entendía por qué sus padres lo habían escogido.— Realmente no lo pensaron por eso precisamente.Mis padres estaban bastante enamorados, cuando nací, fue lo mejor que a ellos le pudo pasar, eso es lo que contaba Margarita, la abuela de Tania.Para ellos el significado iba más allá, sí, uno de ellos era ese, la mujer afligida, en un pasaje de la Biblia, Noemí, al perder a su familia, dijo: "No me llaméis más Noemí, llamadme, Mara, porque Dios me ha llenado de amargura", ellos no lo veían así.Pues el otro significado era de la mujer enamorada, la romántica.Aprecio eso, es que a veces se le
Padres, estos siempre intentan pensar en lo mejor para sus hijos, lo difícil de esto es cuando comienzan a pensar en lo que a ellos les gusta y que, según su criterio, beneficia a sus pequeños.Así había sido la vida de Hans, este había tenido una familia bastante intensa, estos intentaban que él tuviese lo mejor, pero la fama, el dinero y el poder de intervenir en los gustos de sus hijos.Las gemelas habían decidido irse por el mundo del modelaje, ninguna de las dos estaba dispuesta a hacer una carrera universitaria, el peso quedó en manos de Hans, que se había decidido por el deporte, tampoco estudió, pero debía ser uno de los mejores pilotos de la fórmula y lo había logrado.— Quisiera estudiar algo relacionado con animales, quizás veterinaria — le había dicho cuando estaba a punto de terminar su escuela, estaba en aquella búsqueda de lo que realmente quería para su vida.— ¿Qué quieres qué? — preguntó este dejando de lado el matutino periódico y por primera vez en algunas semanas,
Comer, reír y charlar un poco, eran las cosas que más hacían desde la estancia de la familia de Tania en casa de Hans, estos estaban completamente acostumbrados a eso, parecía ser cotidiano sentarse en la noche y hablar, Mara, preparaba algunas galletas, las favoritas de Hans eran de chips de chocolate en avena.— No pensé que estas serían mis favoritas — dijo él mientras degustaba de las deliciosas galletas de Mara.— Son las primeras que aprendí a hacer, la primera vez fue desastroso — contó esta entre risas.— Yo nunca aprendí a hacer galletas — dijo este haciendo que Mara se emocionara, una de las cosas que más amaba era enseñar.En sus ratos libres lo hacía, Tania nunca había aprendido a hacerlas, pero cuando comenzó a independizarse aprendió por su cuenta.— Me gustaría enseñarte — le dijo esta y no era una pregunta como tal, la realidad era otra, ya tenía programado en su mente, los días en los que iría.Tania veía como estos se llevaban tan bien, mucho mejor que con ella misma
Nunca en la vida había conocido a alguien como Ángel, este era su versión masculina y la forma en la que podían entablar una conversación era realmente agradable.Había llegado esa noche al restaurante con un poco de ansiedad, no sabía si sería como aquella vez que habían salido, estaba nerviosa y negarlo era algo que no haría.— ¡Hola! — le saludo en cuanto lo vio, este tenía una sonrisa de oreja a oreja, algo que le agradaba bastante, pues este siempre estaba bastante feliz.— Estuve esperando unas cuantas horas, pero vale la pena cuando la compañía es tan agradable — le dijo en cuanto la tuvo cerca, Tania no podía negar que aquel colombiano era demasiado guapo, pero también tenía claro que la amistad que este le había brindado era realmente agradable, hace mucho no conocía a alguien con esa manera de ser y tratarle.— Espero no haberte hecho esperar demasiado — le dijo y este Sonrió, no tenía ningún problema con los cinco minutos que esta había llegado tarde.— Estaba esperando des
Adhara estaba completamente segura de que no dejaría que nadie tocar a Dorotea, había visto lo que le paso a Celac como un ejemplo claro de lo bárbaros que eran aquellos hombres.— ¡Adhara! ¿Que haceis? — le grito Larissa que había logrado verle desde lo alto de su habitación, esta no perdió el tiempo y fue en su búsqueda.Adhara por su lado estaba tan concentrada en llegar hasta Dorotea, que no escucha a nadie, no le interesaba hacerlo, lo único que quería era que esta no viviese lo mismo que su hijo.— ¿A donde vais tan deprisa? — preguntó Chaid al ver a su madre salir a toda velocidad.— ¡Adhara está corriendo hacia una persona, no se si esta en peligro! — le dijo sin bajar el ritmo.Mackay habjia escuchado a su madre nombrar a su esposa y salió mucho más rápido que ella, no quería que le pasara nada por su imprudencia.— ¡Doroteaaa! — grito en cuanto pudo tenerla un poco más cerca, la mujer reconoció aquella voz y freno a su caballo, estaba nervios por lo que pudiese pasar y más c