Estaban a poco de realizar la unión entre Chaid y Adhara, esta última, siempre había soñado con un matrimonio perfecto, donde la vida y el amor era celebrado, quería casarse como una princesa, pero esta vez no iba a ser así.— ¿Estas lista? — preguntó Larissa, está había estado muchas cosas, su vida estaba a punto de cambiar, esa noche se casaría y aunque estaba nerviosa, sabía que no tenía otra opción.— ¡Debo estarlo, mis opciones son pocas, así que sí, estoy lista! — dijo ella y la mujer lo entendió.— Sé que esto no es lo que esté pavas, quizás no sea la persona que querías que fuera, pero ten por seguro de que mi hijo cuidara de ti y te respetará, es un hombre de palabra y creedme que cuidara de ti — le contestó ella tratando de tranquilizarse.— Está bien, eso lo entiendo, para mí si es la persona correcta, quizás no en el tiempo, pero si él — le confesó y Larissa sonrió, había visto la manera en que miraba a su hijo, para esta no había nadie más en la habitación cuando él llega
Adhara sentía sueño, demasiado, para ella era como estar en un posó de agua, donde no podía salir.Era la primera vez que sentía aquella sensación, el golpe había sido bastante fuerte, pero ya había tenido peores y nada comparaba a la manera en que sentía su cuerpo desvanecer.— ¿Está bien? — preguntó Chaid, la veía que lo volvía y eso le daba bastante temor.— No lo sé, es como si no estuviese aquí, pero aún siempre su corazón, late muy poco, pero ahí está aún — contestó Amaranta, está atenta a lo que ocurría con la joven, jamás había conocido a alguien con tan mala suerte, siempre tenía un problema que resolver y eso era extraño.— Solo dale un poco de agua, cuando despierte, llámame — añadió esta antes de marcharse.— Estará bien — le dio Larissa, su madre a Mackay, esta vez había sido el culpable de lo que estaba pasando, tenía algunas sospechas de Meribeth.Recordó aquella conversación, la noche anterior.— ¿Hola? Mi laird — dijo ella, al verle solamente en uno de los balcones en
— ¿Realmente quien eres, niña? — le preguntó amaranta sin rodeos, había tenido un estaño sueño esa misma mañana, le había visto hablando con el mismo Dagda, no era normal aquello y está lo sabía, la miró fijamente y se quedó pensando un poco en lo sucedido.— ¡No sé dé que me habla, soy yo, Adhara, creo que si recordará bien quien soy, no estaría aquí, con un golpe en la cabeza! — le dijo con algo de enojo, no quería interrogaciones, no le interesaba darlas en ese momento, menos cuando estaba con la cabeza destrozada.— Sabes que las mentiras siempre tienen una verdad que se descubre, en cuanto puedas decide hablar con la verdad — le dijo y está se quedó mirándole con atención, sabía que está decía algo cierto, pero era demasiado difícil pensar en ello, más cuando nadie creería en su procedencia. Era algo lógico, ¿como explicar que venía de un futuro bastante lejano?.Sin más, la mujer salió de ahí, mientras que Chaid Mackay entraba de forma instantánea, iba vestido con su tartan, los
Chaid se había quedado completamente dormido en aquella silla, Adhara no iba a permitir que se fuera, aunque eso implicará que al día siguiente su Cadera sufrieran un gran dolor; tomó una manta y bajó de su cama, el frío del sueño hizo que se estremecerá un poco, aunque era verano, no dejaba de hacer un poco de frío, era obvio, la altura del lugar era bastante.— ¡A veces extraño California! — dijo en un susurro mientras le colocaba aquella manta blanca sobre él, acarició su nariz, era la primera vez que lo podía tocar sin que ese estuviese a la defensiva por todo.— ¡Eres muy guapo Highlander! — le dijo en voz baja, mientras le daba un beso cariñoso y volvía a su cama.Aquello era algo que mucho ignoraban, no sabían que realmente sentía ella, para el pueblo, era solo un capricho más del Laird, escoger a una mujer que no conocían para ganar incluso, el favor de su señor.Realmente no estaban muy errados ante esto, era una realidad la intensión de muchos por tener a la joven en sus rei
La luz entraba por su ventana alumbrando su rostro, estaba junto a Chaid y a pesar de saber que entre ellos sólo habían compartido el sueño y una cama, estaba feliz de verle a su lado, se veía tan tranquilo, incluso con aquel ronquido que llevaba desde hace horas, parecía ser que dormía como nunca lo había hecho, eso era lo que intuía.Se movió un poco y este la rodeo de la cintura, para ella no había manera de salir de sus brazos, este parecía concentrado en querer dormir.Adhara al ver su insistente agarre, se recostó en el cabezal de la cama y acarició su cabello castaño, estaba mucho más largo de lo que recordaba, su tacto era suave, ahora entendía que el que tenía buena genética, la heredaba hasta en su cabello, este era brillante, sabía que Chaid no era un hombre que procurará cuidarse y ahí estaba, viendo aquella belleza.Adhara tenía algo de curiosidad por lo que había sucedido la noche anterior, esta había perdido su virtud por segunda vez y aunque en su tiempo había entendid
La pérdida cambia a cualquier alma, eso lo tenía tan claro Adhara, lo había vivido varias veces en su vida, la primera fue con su pequeño hermano, este no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir justo después de su nacimiento, esto había hecho que en menos de un mes, este partiera de sus vidas.Había conocido como podía marcar a una madre la pérdida, su mamá, su querido amor estaba en una depresión severa gracias a esto.Recordaba cada día junto a ella, Adhara tenía aproximadamente ocho años, no sabía cómo lidiar con ello y era algo lógico, ¿como una niña lucha con la depresión de un adulto?.No sabía que hacer, su padre se había concentrado en el trabajo, el también lidiaba la muerte de su hermana, pero su .a era era diferente a la de su madre, este se refugiaba en el alcohol.— Saldremos a un viaje de trabajo — había dicho esa noche su padre, Adhara como siemore, le daba lo mismo si estos decidían salir o no, estaba tan acostumbrada a la soledad que un viaje más, era algo matutino.
El simbolismo de los objetos era lo más interesante en el mundo, era una parte de cercanía con aquella persona que quisimos, también a quien odiamos, muchas veces, eso nos trae de nuevo ese momento especial.Una rosa negra, era lo único que Chaid guardaba de su padre, era algo bastante interesante y significativo, esta había sido la que traía en sus pertenencias el día que había fallecido.— ¿Que significa ella para todos? — pregunto con curiosidad, ella también guardaba algunas cosas de sus padres, de su abuela, guardaba incluso su primer moño de porrismo, con el que se había presentado en su primera competencia.— Era de mi padre, el regalo queguardaba para mamá, lo tiene aquí desde ese momento y creo que se quedará ahí por mucho tiempo, ¿no te parece hermosa? — le contó la niña y de hecho si, lo era, demasiado, cuando era joven, siempre había soñado con algo así, una rosa negra, lo había investigado un poco.Aldea Halfeti, era el único lugar donde las había escuchado, era extraño v
Auba estaba nerviosa, su señor le había llamado, este estaba molesto quizás por lo que Adhara le había planteado, pero no podía decir que no, tenía el derecho de tener a su lado a alguien que le ayudara y con él que se sintiera cómoda.— Mi señor — dijo en modo de saludo y este asintió.— Creo que ya sabes por qué te he llamado, tengo algo que preguntarte y quiero que seas clara conmigo — Preguntó con seriedad, no quería tener que buscar a alguien que cuidara de la casa, era algo de lo que no estaba muy feliz.— Si mi señor — contestó, no sabía si se trataba de lo que tenía pensado Adhara, pero esperaría a qué él confirmara.— Adhara me ha dicho que necesita que estés a su lado, se lo importante de tu labor en las cocinas, ¿Que quereis hacer? — le preguntó con seriedad estaba esperando persuadirle de alguna manera, quizás su presencia le hiciese recapacitar.— ¡Si, Auba, dinos lo que deseas! — dijo Adhara interrumpiendo la conversación.Esta al verla, se lleno un poco de valor, apretó