—¡Comandante en Jefe, he tenido todo claro! —Julio le respondió después de arrancar el coche.—Según las características de un asesino de aquel entonces que me proporcionó usted, ordenó que el Juez le siguiera la pista durante medio año y finalmente lo encontró en un país vecino, y él reveló todo. Los culpables del complot para asesinar a la familia de su padre adoptivo no eran otros que las actuales familias más poderosas y ricas del Estado de Este, la familia García, así como la Muñoz y la Martín.—¡Realmente son ellos!—Juan dijo, envuelto por una intención asesina gélida.Hace cinco años, la familia Ruiz, la familia a la que pertenecía el padre adoptivo de Juan, era la cabeza de las cuatro grandes familias del Estado de Este, y las otras tres familias eran la familia García, la Muñoz y la Martín.Aunque todas estas familias se denominaban las cuatro grandes familias, la fuerza de la familia Ruiz era muy superior a cualquiera de las otras tres familias, predominando sobre las demás c
Una hora después, un Land Rover se detuvo frente a un rascacielos que aún no había abierto oficialmente en el centro de Estado de Este.—¿Este es el edificio de Estado de Este? —Los dos bajaron del coche y caminaron hacia la plaza. Juan lo miró con una expresión complicada, debido a que este edificio le recordó que era el mayor deseo de su padre adoptivo cuando estaba vivo. Quería hacer de este edificio más alto del Estado de Este la tarjeta de presentación de este lugar, de modo que cuando la gente mencionara el Estado de Este, se acordaría de este edificio.Según el plan, una vez terminado, el edificio integraría tiendas de ocio, y entretenimiento, hoteles y oficinas de alto nivel, pero antes de que se terminara la construcción, algo le ocurrió a su padre adoptivo.—¡Sí! —Julio le dio a Juan una respuesta, que interrumpió su pensamiento, y siguió hablando—, luego de que su padre adoptivo falleció, el proyecto se detuvo, y los departamentos pertinentes del Estado de Este tenían la int
Hugo se volvió entonces hacia Julio y le dijo: —Jefe Romero, cuánto tiempo sin verte, te he echado mucho de menos.—¡Vete a la mierda, no tengo el mismo vicio! —Al decirlo, Julio le fulminó con la mirada.—Eh... Jefe Romero, no puedes estigmatizarme! —Hugo respondió con una risa, luego mirando a Juan, continuó hablando—, Sr. López, el edificio todavía no está oficialmente abierto para los negocios, ¿por qué no vamos a sentarnos en la empresa?—Vamos a sentarnos en nuestro coche un rato. —Juan dirigió una mirada al edificio una vez más, se dio la vuelta y caminó hacia el coche.—Sr. López, ¿no ha estado siempre en la frontera occidental? ¿Por qué de repente ha venido al Estado de Este? —Después de que los tres subieran al coche, Hugo miró a Juan y le preguntó.—No estás mal, no te he visto en dos años, incluso has perdido mucho peso. —Juan cambió del tema directamente.—Je, je, je, porque eso es lo que me exige. —Hugo soltó una sonrisa y contestó—, he hecho mucho ejercicio en estos dos
—¿¡Ah!? —Al oír las palabras de Hugo, el anciano tembló, con una conmoción infinita en su rostro.Por fin comprendió por qué el Sr. Serrano era tan respetuoso. Él, solo, en la frontera del país, podía hacer que los países vecinos palidecieran y cayeran presa de terror al oír hablar de su nombre. Con una espada de Sombra de Sangre, podía matar a miles de enemigos como quisiera en el campo de batalla, donde los cadáveres estaban repartidos por todas partes y la sangre fluía en ríos. Ante semejante personaje, se temía que no muchos no lo respetaban.—¡Yo también fui salvado por Sr. López, sin él, yo habría muerto! —Hugo añadió—, ¡incluso mis logros y riqueza hoy en día igualmente se debe al Sr. López! Puede decirse que Sr. López me ha ayudado más que mis padres. Mientras hablaba, se percibió la gratitud y el asombro en sus ojos.—¡Entendido! —Habló el anciano mientras que las pupilas del anciano también brillaron con un toque de asombro.Al mismo tiempo, en el Land Rover, sonó la alerta d
Ese grupo de personas, incluyendo a Iván, estaban tan asustados que directamente se quedaron paralizados en el suelo, muy aterrorizados, sudando. Si no hubiera faltado un poco de distancia, estas personas habrían sido atropelladas por las ruedas del Hummer.A continuación, dos hombres bajaron del Hummer, vestidos con ropa de brocado, llevando cimitarras en la cintura, con expresión seria y aura imponente.—¡Joder! ¿Quién demonios sois vosotros? ¿Sabéis dónde estáis? ¿Queréis buscar la muerte? —Iván respirar hondo para calmarse y rugió de rabia. No pensaba que estas personas osara venir a la Mansión Celestial para armar un escándalo, ¡eran verdaderamente temerarios!—¿Tú eres Iván? —Un hombre le preguntó con voz fría después de mirar la foto en su teléfono móvil.—¿Quién demonios eres tú? —Iván rugió de rubia otra vez.En ese momento, una pandilla de hombres vestidos de negro se lanzó rápidamente hacia ellos, con una porra eléctrica en sus manos, llenos de arrogancia.—Sr. Iván, ¿qué ha
El sol poniente tiñó el cielo de rojo y la arena amarilla arrolló la tierra. En el límite occidental de la frontera, a más de cien kilómetros de distancia del límite del país enemigo. Una impactante batalla que había durado tres meses terminaría. El campo de batalla era como un infierno, con miembros rotos y cadáveres por todas partes, y la sangre tiñendo de rojo la mitad del cielo.Un joven, vestido en la túnica sencilla, sosteniendo una espada llamada Sombra de sangre, estaba sentado en el suelo, y no muy lejos de él había un cadáver sin cabeza. El joven se llamaba Juan López, el Comandante Supremo del Ejército de Sombra de Sangre, ¡el Rey de Frontera Occidental! Y el cadáver sin cabeza era del comandante del ejército enemigo, ¡el Dios Demoníaco de la Guerra!En este momento, se oyó un ruido. Poco después, cinco figuras aparecieron rápido desde cinco direcciones diferentes en un parpadeo y se arrodillaron sobre una pierna ante el joven.Los cinco hombres, vestidos en uniformes milita
Dentro del territorio de la Frontera, al sur de en una ciudad vecina del Estado de Este, Ciudad Nube, un coche de negocios sin placa salió de una fábrica abandonada, y luego se dirigió a gran velocidad hacia las afueras.Dentro del coche, además del conductor, había tres hombres tatuados y una niña de cuatro o cinco años. En ese momento, la niña estaba pálida, sus grandes ojos estaban llenos del miedo infinito, y su cuerpo temblaba ligeramente.—¡Tío! ¿Cómo hiciste tu trabajo? —Uno de ellos, el hombre con una cicatriz en la cara, miró hacia aquel calvo y le dijo con voz grave—, te mandé que vigilaras a esta niña, ¡ni siquiera sabías que llevaba un móvil encima!—¡Jefe! ¡Lo siento, es la culpa mía! —Al escucharlo, se apresuró a pedirle perdón al hombre calvo y explicó—, tampoco pensaba que a una niña tan pequeña como ella, su madre le diera un móvil encima.—La próxima vez haz las cosas con mayor prudencia—. Frente a su excusa, el hombre con la cicatriz en cara le advirtió en voz profun
Hacía una hora, en la tierra de nadie, con una circunferencia de decenas de kilómetros de la frontera territorial. Dos figuras se perseguían como dos fantasmas, corriendo a una velocidad vertiginosa. El que iba delante era un hombre de unos cuarenta años. Era feroz, con una cicatriz terrible de diez centímetros en la cara, sosteniendo una brillante y reluciente espada de Roldán en la mano, se mostró muy sangrienta y cruel. La persona detrás de él era de alrededor de veintiséis o veintisiete años de edad, con buenos rasgos faciales, vestido en uniforme militar. Parecía que estaba envuelto por la intención asesina, sosteniendo una cimitarra de acero. Un sello "Secta de Sombra" se podía ver vagamente en la hoja. Esta cimitarra se llamaba Cimitarra de Luna.—Juez, me has estado persiguiendo durante tres días y tres noches, por tu salario reducido, ¿merece la pena esforzarte tanto? —Ese hombre con la cicatriz corrió hasta la orilla de un río y se detuvo, miró fijamente al joven detrás de é