Mientras tanto, en un palco más grande del tercer piso. Javier estaba medio tumbado en el sofá, rodeando a una belleza sexual con una mano y sosteniendo un puro con la otra. Había otros dos playboys en la sala privada, también acompañados por las mujeres sexuales, fumando y bebiendo.—Felicidades, Sr. Javier, has conseguido otro gran proyecto, ¡por favor ayúdanos más en el futuro! —El hombre más alto entre ellos levantó su copa de vino y lo dijo mirando hacia Javier.—Je, je, no os preocupéis, ¡no os trataré mal! —Javier se lo prometió sonriendo ligeramente y chocó su copa con la de esa persona.—Por cierto, Sr. Javier, ¿cómo va la operación de corazón de tu hija? ¿Has encontrado una fuente de corazón adecuada? —Le formuló esta pregunta el otro hombre después de dar una calada a su cigarro.—¡La encontré! —Javier dejó escapar una sonrisa y dijo—, si no hay problema, aún falta media hora para que se realice esta operación.Al mencionar este asunto, se sintió mucho más feliz, ya que su p
Después de colgar, Juan sacó su propio teléfono móvil y marcó el número de teléfono de Alonso.—¡Oficial! —Una vez que el teléfono sonara, Alonso contestó.—¡Trae a unas personas al club para lavar el suelo! —Juan habló con voz profunda—, además, ¡reúnete conmigo en la villa de la familia Díaz dentro de tres horas!—¿Eh? —Alonso se atontó por un rato, luego se apresuró a responder en voz alta—, ¡entendido!Luego de colgar el teléfono, Juan se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, Julio le siguió llevando a Javier que se había desmayado de nuevo.Al mismo tiempo, en la entrada de uno de los hospitales privados más lujosos de la Ciudad Mar. Un Mercedes Benz de negocio estaba aparcado no muy lejos de la entrada.Aparte de Alberto en el coche, estaban el mayordomo de la familia Díaz y dos hombres fuertes. Además, estaba en coma Anna tumbado en el asiento trasero. Alberto acaba de colgar el teléfono, sentado en el asiento, cubierto de intención asesina, con un rostro tan sombrío como si e
—Vosotros... vosotros no tenéis ni idea de lo que significa la familia Díaz... —continuó hablando Javier después de respirar hondo—, os... os prometo que os arrepentiréis sin duda... En... en esta Ciudad Nube, nadie se ha atrevido nunca a provocar así a la familia Díaz... No sólo vosotros dos, también la familia de Lorena será definitivamente enterrada con vosotros...—¡Eres un idiota! —Julio lo maldijo sin querer decir una palabra más. Le vino a la mente una escena del campo de batalla. El comandante estaba solo, con su espada de batalla en mano. El cielo estaba lleno de fríos brillos que despedía su espada y los cadáveres estaban repartidos por el suelo como un infierno. Entonces, imposiblemente una familia tan pequeña como la Díaz era capaz de enfrentarse a Juan tan potente. Realmente la gente ignorante no tiene miedo.No mucho después, el teléfono móvil de Juan sonó. Lo sacó y vio que era la llamada de Lorena.—¡Lorena! —Después de coger el teléfono, Juan habló en voz baja.—¿Dónde
—¿Eh? —Después de escuchar la voz de Anna, Juan se estremeció y no pudo evitar detenerse en seco.—Susana, ¿cómo está la situación? —Alberto, al otro lado del teléfono, habló con voz grave, mientras su párpado derecho no dejó de aletear.—Papá... sálvame... —Gritó Susana en la llamada—, él... él trata de matarme...—¡Pásale el teléfono! —Alberto habló después de exhalar una bocanada de aire turbio.—Vale... vale... —Susana asintió con la cabeza y se apresuró a pasarle el teléfono a Juan—, tú... tu hija quiere hablar contigo...Entonces Juan respiró hondo, cogió el móvil y lo miró.—Mocoso, si te atreves a hacer daño a Susana, no podrás ver a tu hija jamás. —Dijo Alberto y luego apuntó la cámara hacia Anna. A continuación, levantó su mano y dio una bofetada a Anna, en la cara de Anna apareció inmediatamente una clara huella de palma.—Bastarda, ¿no echas de menos a tu padre? ¡Saluda a tu padre! —Alberto habló con voz fría.Cuando Juan vio esta escena, una salvaje e ilimitada intención a
La familia Díaz de la Ciudad de las Nubes, situada al pie de una montaña escénica en la parte oriental de la ciudad, cubría una vasta área y estaba rodeada de montañas y agua, a primera vista, era un pedazo de tierra preciosa. La familia Díaz tenía su orgullo único. En esta ciudad, incluso los grandes personajes tenía que saludar calurosamente a los miembros de la familia Díaz cuando los veían. La familia Díaz casi tenía el supremo poder en dicha ciudad y casi podían hacer cualquier cosa como quisiera.Sin embargo, la villa actual de la familia Díaz, ya no era frecuentada como antes y estaba envuelta por una fuerte sensación de opresión.En la plaza, no muy lejos de la entrada de la mansión, miles de personas permanecían densamente de pie. Entre ellos, había casi quinientas personas, vistiendo el uniforme con la placa de nombre "Escuela Marcial", cada uno sosteniendo un arma fría, con expresiones tensas y serias.Además, había casi cien personas, todas con traje y gafas de sol, con una
—Mocoso, ¿quién demonios sois vosotros dos? ¿Cómo os atrevéis a venir aquí a armar un escándalo? ¿Sabéis qué lugar es este? —El jefe de la familia Gutiérrez estaba ansioso por halagar a Alberto, miró a los dos y habló con voz profunda.—¿Quién eres tú? —Juan le dirigió una mirada y preguntó.—Soy el jefe de la familia Gutiérrez de la Ciudad Nube, os aconsejo que si no queréis morir, arrodillaos inmediatamente e inclinaos ante el Don Díaz y pedidle disculpas, posiblemente podáis...—¡Sólo te queda un minuto para pensarlo bien! —Juan le interrumpió directamente—, ¡si no te marchas enseguida con tus hombres, a partir de mañana, tampoco existirá ya la familia Gutiérrez en la Ciudad Nube!—¿De verdad? —El jefe de la familia Gutiérrez se atontó ligeramente, luego dejó escapar una sonora carcajada—, esta es la broma más divertida que he escuchado en mi vida, ¡eres demasiado gracioso!—¡Todavía te queda medio minuto! —Juan le advirtió.—Mocoso, realmente eres muy terco. —El jefe de la familia
Sólo se veía que la gran espada de Roldón de Antonio fue sujetada por Juan con dos dedos cuando todavía estaba a unos diez centímetros de la coronilla de la cabeza de Juan. ¡Era difícil que Antonio la moviera hacia abajo un poco Esta situación era tan absurda que Antonio sospechaba que estaba en un rodaje! No creía que una espada incontenible fuera sujetada por dos dedos. No podría haber sido un poco más falso.En este momento, una gota de sudor del tamaño de soja goteó por la frente de Antonio mientras él temblaba sin control. Ahora estaba seguro de que se había encontrado con un maestro, una existencia que le desesperaba.—Tú... ¿Quién eres exactamente? —Después de tragar la silva con fuerza, Antonio preguntó con voz temblorosa.Sin embargo, Juan no le respondió. Con mayor fuerza en los dedos, partió la endurecida espalda por la mitad. Enseguida, giró la muñeca, entonces la primera mitad de la hoja salió disparada como un rayo hacia un gran árbol a poca distancia. El gran árbol se ro
—¡Sí! —Doscientos hombres con uniformes de policía gritaron al mismo tiempo.Al oír estas palabras, los que originalmente querían ir a impedirles el paso se detuvieron apresuradamente, porque los policías sostenían los reales fusiles automáticos en sus manos. Si se les lanzaran a ellos, realmente buscarían la muerte. Poco después, un grupo de hombres con uniforme de policía se dispersó hacia todos los rincones de la villa.—Alonso, tú... —Alberto dijo, con la cara roja de ira. Poseído por la ira, ya no quería decir tonterías con él, pues levantó la mano, hizo un gesto y ordenó—, ¡id a atar a Alonso! Y justo en ese momento, un sonido de pasos ordenados llegó desde la entrada de la villa. Al mismo tiempo, una solemnidad intensa predominaba toda la villa de la familia Díaz.Acepto Juan y Julio, todo el mundo en la villa sintió una sensación sofocante como si una montaña estuviera presionando sobre ellos, y muchos no pudieron evitar estremecerse.A continuación, un millar de hombres aparec