Fane tenía claro lo que quería, no escuchaba lo que dijeran los demás. Además, las decisiones de ellos dos no siempre eran correctas. Lo que para otros podría ser una trampa mortal, para Fane no necesariamente lo sería.

Después de todo, la fuerza de Fane era impresionante, tan poderosa que incluso Léster dudaba de que en el mundo de las Maravillas hubiera alguien capaz de desafiarlo.

Solo si tuviera que enfrentarse a muchos al mismo tiempo podría haber algún reto, pero Fane no era tonto, seguro no se dejaría atrapar en una situación como esa. Tras pensarlo un momento, Léster finalmente habló:

—Sé que siempre tienes las cosas claras y no actúas de forma impulsiva, pero aún así debo advertirte. Esta vez, el campo de Támide puede traerte problemas más grandes de lo que imaginas. Aunque no hayas entrado, ni siquiera tú sabes lo que puede pasar allí dentro.

Léster fue cuidadoso con sus palabras, pero Fane entendió el mensaje: algunas crisis eran tan grandes que, aunque él fuera fuerte, n