Tal y como lo habían pactado, los invitados comenzaron a llegar al apartamento después de las cinco de la tarde. La convivencia había estado animada y las amistades de ambos parecieron congeniar de forma armónica, logrando que Hikaru se relajara y se sintiera cómodo entre los amigos de Daisuke, especialmente con Mayu, quien parecía curiosa sobre su relación con el muchacho y parecía ser una amiga cariñosa.
Hikaru empezó a sentirse incómodo con la presencia de Natsuki, no estaba seguro del motivo; pero había algo en la mirada que ese muchacho estaba dedicándole a Daisuke que le hacía rabiar por dentro.
Sakura le pidió a Mayu que la acompañara a la terraza para tener una charla “de chicas”. Ambas se levantaron tomando su vaso y caminaron entre risas cómplices hasta la terraza, dejando a los chicos en la sala del apartamento charlando animadam
Cerca de las once de la mañana, Hikaru salió de la cama evitando despertar a Daisuke. Corrió a ducharse y arreglarse, para salir a solucionar algunas cosas que se traía entre manos, no iba a darse el lujo de dejar las cosas al azar. Debía ver la manera de conseguir vivir con Daisuke; y más urgente aún, tenía que encontrar la manera de mantener lejos y ocupado a Shinomiya Natsuki.Cuando estaba listo para salir besó la frente de Daisuke para avisarle que saldría, y que Shin le esperaba afuera para ir a conocer sus horarios.Daisuke asintió somnoliento, sin terminar de entender lo que Hikaru le había contado. Escuchó los pasos rápidos del chico a través del apartamento y unos minutos después le escuchó salir del lugar. Volvió a envolverse entre las sábanas, y dormirse en cuestión de segundos.Hikaru caminó
Hikaru se pasó tres días dándole vueltas a posibles ideas para darle seguridad a Daisuke y que vivieran juntos de una buena vez:¿Romper el contrato con el apartamento de Omotesando Hills, y que ese dinero sirviera para pagar la renta del apartamento en el que Daisuke vivía; y lo que sobrara sirviera para mantenerlos mientras estudiaban –para que el muchacho no tuviera que trabajar los fines de semana y tenerlo en casa-?; no, porque el padre de Daisuke seguramente le retiraría todo apoyo económico y la universidad debía pagarse, además de los materiales que el chico requería –y no eran precisamente de bajo costo-. Rechazado.¿Mudarse ambos –sin decir nada a nadie- a Omotesando Hills y que el dinero del apartamento de Yoyogi en el que vivía Daisuke sirviera para pagar la universidad, ya vería cómo sacarle dinero extra a su padre para los materiales de su n
Hikaru tardó cerca de una semana en seleccionar las cosas que llevaría al apartamento de Daisuke. Sabía que no podía llevar demasiado, ya que tenían que aparentar que él dormía en la sala. Así que sí llevó suficientes libros y cuadernos, además de su laptop; para hacer notar que como buen estudiante universitario, tenía hecho un desastre el espacio en el que habitaba.Daisuke organizó algunas cosas, y acomodó sus materiales dentro de la habitación, de manera que no les estorbaran. Dejó espacio en el armario y los cajones, para la ropa y enseres personales del chico. Estaba feliz de haber podido conseguirlo sin que su padre se opusiera o quisiera poner más trabas. Estaban acomodándose con agilidad y, el hecho de no recibir visitas muy seguido, les permitía acomodarse a solas, y poder relajarse y divertirse.Con ambos tomando clases durante
Tal y como habían quedado, Daisuke acompañó a Hikaru hasta la estación de trenes para despedirlos. Para incomodidad de Hikaru, Hayato se había incluido en los planes, y había decidido llevar a su pareja: Shinomiya Natsuki.Ryū había decidido quedarse a acompañar a Daisuke, e ir con él a la dichosa comida de la empresa de su padre. Mayu estaba emocionada por el viaje, ella y Sakura no hacían más que planear todo lo que harían, mientras Shinichirō las miraba inexpresivo, y Yū se integraba a ellas. Ambas chicas abordaron el tren y se sentaron juntas, jalando a Hikaru y Yū para que se sentaran en los asientos de enfrente. Sería un viaje largo, ya que tendrían que transbordar en Okayama, eso hacía que fuera un viaje de cerca de siete horas en total.Daisuke y Ryū asistieron a la reunión y comida que la empresa de su padre ofrecía año con año,
Tras el regreso a Tokio, Daisuke volvió al trabajo en el Mitsu no aka, los fines de semana. Hikaru le había encontrado el lado amable a la situación, ya que Yoshimura Kentarō solía invitarlo a distraerse cuando su amante se iba a trabajar.Después de que Hayato publicara en la prensa local toda la información sobre los múltiples fraudes de Yoshimura Akira, su partido le retiró todo apoyo, y antes que la policía le apresara se suicidó, dejando en su testamento que todos los bienes que sobraran del pago por sus faltas, se dividirían entre sus dos hijos legítimos: Yoshimura Kentarō y Yoshimura Kei. A partir de ahí, Kei se dedicó a presionar a los abogados para que finiquitaran la situación, y pudiera cumplirse la voluntad de su padre, para no tener más que ver con su medio hermano incómodo. Kentarō, por su parte, se había unido a la organizaci&oa
Hikaru permaneció en la casa de Hayato por tres días. Días, en los que casi no hablaba, y comía casi por la fuerza. Estaba apático, sabía que Hayato iba muy en serio; y lo último que buscaría, sería una confrontación con el grupo Higa.Al cuarto día, salió de la habitación, vistiendo sólo su bata de baño. Entró a la cocina, donde Ayako se encontraba revisando la lista de víveres que se enviarían a comprar. La chica le miró conmovida por verle en ese estado.— ¿Puedo comer algo? —dijo el chico casi en su suspiro.—Por supuesto, Satō-sama —le dijo la chica acercando una silla, invitándolo a tomar asiento frente a la mesa.El chico esbozó una ligera sonrisa forzada. Se sentó sobre aquella silla y esperó a que la chica le sirviera. Comió en silencio, con la mirada
Hayato salió de su habitación, pasadas las diez de la mañana, lucía desvelado; y aquella marca sobre su rostro, que la noche anterior era roja, comenzaba a tomar un color más bien morado. Frotaba su mano sobre su mejilla derecha tratando de masajearla y ver si el dolor aminoraba, aunque fuera sólo un poco. Llegó al amplio comedor, y se sentó frente a la enorme mesa de madera tallada, y aguardó a que Ayako le atendiera. Katō se acercó a él luciendo preocupado; eso era extraño, sobre todo viniendo de él. Arqueó una ceja y le miró interrogante.—Satō-sama llegó esta mañana —le anunció—. Lucía bastante perturbado, debo decir. Al principio no sabía qué pensar, pero Shinichirō-sama llamó hace una hora para preguntar si Satō-sama estaba aquí, le escuché aliviado al responderle que así era; y m
Ryū permaneció en el departamento de Daisuke poco más de una semana después que Hikaru volvió a vivir ahí. La convivencia era extraña; de alguna manera el chico se sentía incómodo por la constante presencia del amigo de infancia de su amante, quien sólo estaba ahí para velar por la salud y seguridad del mismo. Daisuke estaba al tanto de que la presencia de Ryū tenía incómodo a Hikaru; él mismo no se sentía con plena libertad de tocarlo y besarlo a sus anchas, pero quería evitarse más conflictos. Conocía a Ryū de sobra, sabía que él mismo regresaría a su apartamento cuando se sintiera más tranquilo; sólo era cuestión de esperar.Hikaru iba y venia de la universidad acompañado por el escolta que Hayato le había puesto; y en muchas ocasiones Shinichirō se sumaba, bajo el pretexto de cuidar del chico.