Abri los ojos sobresaltada, sentandome en la cama de donde estaba gritando para pedir ayuda, hasta que de pronto sentí unos brazos que rodeaban mis hombros poniendo mi cabeza en su pechos y un susurro que llegó a tranquilizarme.— Shhh, Arianna cariño, ya estás a salvo — escrache la voz de mi suegra BiancaMe tumbé otra vez en la cama, sintiendo las manos finas y suaves de mi suegra acariciando mi mejilla, abri los ojos viendo a mi lado a la madre de Giuseppe, fijandome en sus ojos que los tenía rojos imaginando que seria de llorar— Hola cariño, tranquila estoy aquí contigo y no te vamos a dejar sola nunca más — me dijo— ¿Dónde estoy? ¿y Maximo?, Bianca el me quiere matar — le dije llorando— Arianna mi amor, estás en la clínica y Maximo ya no te hara nada, mi esposo Giuliano y yo no dejaremos que se acerque a ti, —— ¿Maximo sigue vivo Bianca? -pregunte– él tiene a mi amiga Paola, la tenemos que salvar, la matara seguro me lo dijo Rossi — respondí— Tranquila mi amor, mi hijo Giuse
Mi esposo se quedó todo el día en la clínica conmigo ya que no se fiaba de que Rossi mandara a algún sicario suyo a terminar lo que no pudo terminar Maximo. Por cada enfermera y cada doctor que entraba en mi habitación Giuseppe los cacheaba o les preguntaba para saber qué intenciones tenían, así estuvo todo el dia mientras yo me quedaba dormida gracias a los sedantes que el médico me daba, ya que tenía pesadillas despertando varias veces, sudando y gritando pidiendo ayuda.Dos días despues de haberme despertado de mi accidente el médico entró en mi habitación dándome unos documentos recomendando de que fuera a un psicólogo para descansar de esas pesadillas que tenía durmiendo. Como ya me dio el alta, Giuseppe me dio un pequeño maletín donde había un vestido y ropa interior mía que me trajo Bianca de mi casa. Una vez que ya estaba vestida y con la ayuda de mi esposo, nos marchamos de la clinica acercandonos a donde tenia Giuseppe su coche, abriendo la puerta, ayudandome a entrar en el m
Al día siguiente, Giuseppe se marchó temprano de casa, una vez que me duche y me vestí, cogi la maleta de mi armarios, marchandome del dormitorio en silencio y sin hacer ningún ruido, pero cuando me acerque a la entrada de la casa me encontré de frente con mi cuñada, nos quedamos las dos mirándonos, fijándose ella en mi maleta— ¿Te marchas de casa? — me pregunto mi cuñada— Si, voy a buscar a mi amiga Paola — respondí— Mi padre y mi hermano ya estaba buscandola, por favor Arianna no te vayas, si los Rossi te cogen no se que te haran, por favor quédate — me dijo— No lo siento cariño, pero es mi obligación traer a mi amiga de nuevo a casa, Paola siempre ha sido para mí como una hermana y no la pienso abandonar ahora que me necesita — respondí— Entonces me voy contigo, no pienso dejarte sola, esperame aqui me visto en un momento y me marcho contigo —- me dijo mi cuñada, marchandose de la entrada de la casaMe quede pensativa, diciendome que si dejaba que me acompañara mi cuñada, podr
Después de que aquellos hombres me dijeron que mi cuñada se había marchado del club con un hombre, no me quedé muy tranquila ya que temía que el hombre con el que se marchó mi cuñada, fuera uno de los sicarios de Rossi, en la misma puerta del club, cogi un taxi, dando al conductor la dirección del hostal donde yo vivía, al llegar le pagué al conductor, me baje del vehículo y entre en el hostal entrando seguidamente a la habitación. Estuve toda la noche despierta llamando a mi cuñada por teléfono sin conseguir que me respondiera a las llamadas. Pasé toda la noche andando por la habitación muy nerviosa y sin poder dormir.Por la mañana muy temprano me desperté sobresaltada al escuchar como tocaban a la puerta repetidas veces, me levanté enseguida del sofá medio adormilada, ya que parece que morfeo me traicionó esa noche quedándome dormida unos minutos en el sofa. Me levanté acercandome a la puerta, cuando abri la puerta, mi corazón dejó de latir por un momento al ver a mi esposo detrás
Preocupada por lo que iba a ser mi futuro en la familia Capri, me levante del sofa sin decirle nada mas a mi suegro, ya que no estaba dispuesta a recibir ninguna bofetada mas, como estaba vestida, cogi mi bolso acercandome a la puerta para marcharme, pero mi esposo me cogio de pronto de mi brazo, reteniendome— ¿A dónde te crees que vas? — me pregunto— Necesito tomarme un café, voy a la cafetería del hostal ¿quieres venir conmigo? asi podrás vigilarme y asegurarte de que no voy a huir — le dije sin apartar nuestras miradas— Quédate aquí yo te lo traigo, ya has cometido muchos errores y no quiero que cometas ninguno más, si Rossi te está vigilando seguramente te coja en la cafetería desprevenida — me respondió mi esposoGiuseppe abrió la puerta de la habitación marchandose, yo volví a dejar mi bolso de donde lo habia cogido, acercandome hasta la pequeña terracita que había en aquella habitación, sentandome en una de las sillas, sentandose mi suegra en la silla que había a mi lado— A
Una hora después de que nos encontráramos en aquella cafetería mi amiga Stefani y yo, mi amiga y yo le pagamos al camarero lo que consumimos y nos levantamos de las sillas, abrazándonos allí mismo para despedirnos. El guardaespaldas también se levantó de su silla siguiéndome por detrás de mí hasta que llegamos al coche, subiendo los dos al vehículo. Cuando el chofer paró el vehículo en el exterior de la casa de mis suegros, uno de los sicarios que había vigilando la casa, abrió la puerta ayudandome a bajar de él. Entre en la casa, deje mi bolso en el colgador que había en la entrada y me dirigí hacia el jardín que era donde estaban mis suegros y mi esposo hablando— Hola, ¿sabéis algo más de los Rossi? — pregunte sentandome en una de las sillas que había al lado de mi suegra— Arianna hija, tenemos que hablar contigo, hay novedades pero no son fáciles ni para ti ni para nosotros — me dijo Bianca, haciéndome temer por lo que pudiera decirme— ¿Qué pasa Bianca? quiero que seáis muy cla
Después de la acción que tuvo mi esposo cuando se acercó a mi, me marché del jardín y entre en el salón, sentándome en el sofá, sin comprender todavía por qué los Capri me hacían eso a mi, ya que pensaba que me querían como yo los quería a ellos y que tenía una familia que me defendería contra cualquiera que me quisiera hacer daño, ya que perdi a mi familia en aquella explosion y no tenia a nadie excepto a mis amigas aunque una de ellas estaba en manos de uno de los narcotraficantes más peligrosos de Sicilia. Poco después de sentarme en el sofá, vi entrar en el salon a Bianca sentándose en el sofa a mi lado cogiendo mi mano entre las suyas— Siento todo esto, pero no me quedaré quieta hasta que te tenga de vuelta conmigo, esa Andrea ya puede hacer, decir, o convencer a mi hijo con su patrañas, pero realmente la que quiero para que esté con mi hijo y la que quiero que me dé nietos eres tu, mi pequeña Arianna — me dijo— Giuseppe nunca me ha amado, ¿qué más da lo que me pase a mi? él nu
Giuliano me cogió el brazo con su mano, como si yo fuera a escapar, andamos de frente a Rossi despacio, sin prisas dándome cuenta del aspecto que tenía Cintia, ya que la llevaban cogida de sus brazos entre dos de los sicarios de Rossi, porque se le podía notar que casi no se podía mantener en pie. Cuando ya estábamos Giuliano y yo enfrente de Cintia y esos dos hombres, ella se echó en los brazos de su padre llorando haciendo que yo también lloraba mientras miraba la escena, nos quedamos Cintia y yo mirándonos dándome ella las gracias, con su suave voz, abrazandonos las dos como dos verdaderas hermanas. Su padre la cogió en brazos llevando a su hija hacia el vehículo que habíamos ido, cogiendo mi brazo con su mano uno de los sicarios, llevándome hacia donde estaba Rossi sonriendo— Bienvenida Arianna, al final ganan los buenos — me dijo— Vete al infierno Rossi, ahora que ya me tienes ¿que pasara conmigo? — pregunte— LLevarla al club y esperarme allí — le dijo Rossi a sus hombres— ¡¡