Una hora después de que nos encontráramos en aquella cafetería mi amiga Stefani y yo, mi amiga y yo le pagamos al camarero lo que consumimos y nos levantamos de las sillas, abrazándonos allí mismo para despedirnos. El guardaespaldas también se levantó de su silla siguiéndome por detrás de mí hasta que llegamos al coche, subiendo los dos al vehículo. Cuando el chofer paró el vehículo en el exterior de la casa de mis suegros, uno de los sicarios que había vigilando la casa, abrió la puerta ayudandome a bajar de él. Entre en la casa, deje mi bolso en el colgador que había en la entrada y me dirigí hacia el jardín que era donde estaban mis suegros y mi esposo hablando— Hola, ¿sabéis algo más de los Rossi? — pregunte sentandome en una de las sillas que había al lado de mi suegra— Arianna hija, tenemos que hablar contigo, hay novedades pero no son fáciles ni para ti ni para nosotros — me dijo Bianca, haciéndome temer por lo que pudiera decirme— ¿Qué pasa Bianca? quiero que seáis muy cla
Después de la acción que tuvo mi esposo cuando se acercó a mi, me marché del jardín y entre en el salón, sentándome en el sofá, sin comprender todavía por qué los Capri me hacían eso a mi, ya que pensaba que me querían como yo los quería a ellos y que tenía una familia que me defendería contra cualquiera que me quisiera hacer daño, ya que perdi a mi familia en aquella explosion y no tenia a nadie excepto a mis amigas aunque una de ellas estaba en manos de uno de los narcotraficantes más peligrosos de Sicilia. Poco después de sentarme en el sofá, vi entrar en el salon a Bianca sentándose en el sofa a mi lado cogiendo mi mano entre las suyas— Siento todo esto, pero no me quedaré quieta hasta que te tenga de vuelta conmigo, esa Andrea ya puede hacer, decir, o convencer a mi hijo con su patrañas, pero realmente la que quiero para que esté con mi hijo y la que quiero que me dé nietos eres tu, mi pequeña Arianna — me dijo— Giuseppe nunca me ha amado, ¿qué más da lo que me pase a mi? él nu
Giuliano me cogió el brazo con su mano, como si yo fuera a escapar, andamos de frente a Rossi despacio, sin prisas dándome cuenta del aspecto que tenía Cintia, ya que la llevaban cogida de sus brazos entre dos de los sicarios de Rossi, porque se le podía notar que casi no se podía mantener en pie. Cuando ya estábamos Giuliano y yo enfrente de Cintia y esos dos hombres, ella se echó en los brazos de su padre llorando haciendo que yo también lloraba mientras miraba la escena, nos quedamos Cintia y yo mirándonos dándome ella las gracias, con su suave voz, abrazandonos las dos como dos verdaderas hermanas. Su padre la cogió en brazos llevando a su hija hacia el vehículo que habíamos ido, cogiendo mi brazo con su mano uno de los sicarios, llevándome hacia donde estaba Rossi sonriendo— Bienvenida Arianna, al final ganan los buenos — me dijo— Vete al infierno Rossi, ahora que ya me tienes ¿que pasara conmigo? — pregunte— LLevarla al club y esperarme allí — le dijo Rossi a sus hombres— ¡¡
Cuando me desperté, vi al hombre que me ayudó a librarme de los sicarios que habían en la sala de abajo, al lado mio en la cama, pero de pronto escuche que alguien venía, así que cerré otra vez los ojos haciendo como que dormía.—- Rossi me ha mandado a por ella, pero antes quiere que nos reunamos, el ya viene en camino — escuche la voz de un hombre— Vale marchate yo mismo se la voy a llevar, ¿cuando crees que Rossi llegará? — le dijo el hombre que estaba acostado a mi lado— Tardará al menos media hora, no te olvides de que hay reunión con el jefe — le dijo aquel hombre marchandose de aquella salaHice como que acababa de despertar, fijandome en el hombre que tengo a mi lado, mirando sus preciosos ojos verdes— Buenos días — le dije sonriendo— Buenos días ¿cómo te encuentras? ayer cuando te trajeron, metieron droga en el vodka supongo que tendrás la boca seca ¿quieres agua o alguna pastilla? — me pregunto— Agua si, por favor, tengo la boca muy seca como tu bien me has dicho— le
Giovani me cogió fuerte de mi brazo con su mano, llevándome con él hasta uno de los coches que habían aparcados donde pude ver cuando entre, que habían dos sicarios más. Unos de los hombres arrancó el vehículo marchandonos de aquel lugar y parando casi media hora después en una especie de rancho, rodeado de sicarios de Rossi. Me hicieron bajar del vehículo y el mismo Giovani volvió a coger mi brazo haciéndome entrar en aquella hacienda, hasta un gran salon donde estaban Rossi y Maximo hablando con un vaso de whisky cada uno en su mano.— Ya llego mi palomita — dijo Rossi— Hola preciosa, que gusto verte de nuevo, mi querida Arianna — me dijo Maximo, dejando su vaso encima de la mesa y acercándose despacio a donde yo me encontraba— ¿Que quereis de mi?¿donde esta mi amiga? — les pregunté enfrentándome a ellos— Giovani, ya te puedes marchar — le dijo Rossi, viendo como le obedecía Giovani, marchandose de aquel salón— ¿Quieres una copa? aunque no creo que quieras, porque si vamos a se
Cuando ya tenía el pelo seco, la mujer abrió la caja que trajo al dormitorio, dejando con mucho cuidado la ropa que había en ella encima de la cama. Me ayudo a ponerme unas medias negras pero transparentes, que me llegaban a mi entrepierna, me puso un liguero, me ayudo aponerme un sujetador con encaje, tambien de color negro pero contransparencia, un tanga tambien con encaje y un vestido negro con la espalda descubierta, pero que por delante no hacia falta tener mucha imaginacion con una obertura en el lateral. Me hizo sentarme en la cama poniendome unos preciosos zapatos de tacón de aguja altos en los pies. Cuando ya estaba vestida, la mujer abrió la puerta del dormitorio marchandose, quedándome sentada encima de la cama, esperando y preguntandome ¿qué sería lo próximo que me esperaba?. Después de marcharse esa mujer, no tardó mucho en abrirse otra vez la puerta viendo entrar a Giovani, que se quedo inmovil en la entrada del dormitorio mirandome.de arriba abajo— ¿Te han mandado a ti
Giuseppe me embestía cada vez mas y mas fuerte, haciendome gemir, teniendo que poner mi boca en su hombro para que no se me escuchara, rodeé sus caderas con mis piernas, poniendo mis manos en su cuello, mientras nos besabamos con deseo y lujuria, Una vez que los dos llegamos al clímax, Giuseppe salió de mi interior, escuchando la voz de Andrea llamando a su prometido, nos separamos los dos para arreglarnos la ropa, poniendo Giuseppe sus manos en mi cara,una vez que ya se arregló la ropa, acercando sus labios a los míos, sin dejar de mirarnos— Te amo Arianna, jamas crei amar a nadie como te amo a ti, pero me he dado cuenta, aunque tarde, que lo eres todo para mi — me dijo dándome otro dulce beso en mis labios, marchandose el primero de aquella salita.Minutos después de marcharse Giuseppe de aquella sala, abri la puerta marchandome yo hacia el jardín donde estaban todos, mirándome Maximo muy serio cuando me iba a sentar en el sillon que habia a su lado, dandome cuenta de que dos de l
Por la noche estuve caminando por todo el dormitorio muy nerviosa esperando a que Giovani viniera a por mí, temiendo a que Maximo apareciera y se frustrara mi huida, mire la hora en mi movil viendo que ya era la hora en que Giovani me dijo que estuviera preparada, cuando de pronto se abrió despacio la puerta asustandome hasta que me di cuenta de que se trataba de Giovani el que entraba en mi dormitorio, quedandonos los dos mirandonos a los ojos.— ¿Preparada para marcharnos? — me pregunto— Si por favor vámonos, me estoy volviendo loca aquí dentro— le respondíGiovani me cogió de la mano, marchandonos a oscuras de mi dormitorio, llegando hasta la entrada de la casa, abrió la puerta despacio mirando por fuera para asegurarse de que no hubiera ninguno de los sicarios de Rossi vigilando la entrada de la casa o dando vueltas cerca. Salimos de la casa y corriendo llegamos hasta lo que me pareció una cuadra parecida a la que utilizan para guardar a los caballos. entramos dentro, abriendo G