Cuando llegue a la empresa de mi suegra, salude a su secretaria y entre en el despacho de Bianca— Buenos días cariño, ¿cómo estás? — me pregunto— Muy bien y dispuesta para irme a ese viaje que tenemos que hacer Maximo y yo, perdona que me haya retrasado, pero tu hijo me ha entretenido un poco — le dije— Buenos días, mi querida Arianna, hace tiempo que no nos vemos — me dijo Maximo cuando tambien entro en el despacho— Si bastante tiempo, pero vengo con ganas de trabajar, se acabaron las vacaciones, pero prefiero trabajar que estar en casa esperando a mi maridito — respondí— Bien, tomad los dos estos son los documentos que quiero que le echéis un vistazo mientras dure el vuelo, no tengo que decir que confío en vosotros para que el barco atraque en el puerto sin problemas y se reparta la mercancía sin que llamen mucho la atención — nos dijo Bianca— De acuerdo, no te preocupes por nada, todo saldrá bien, ¿nos marchamos ya princesa? — dijo Maximo— Arianna un momento, Máximo esperal
Después de presentarse el capitán del barco a Maximo y a mi, se marchó dejándonos solos donde Maximo siguió enseñándome el interior de aquel precioso barco.— Ahora saldremos a navegar a alta mar, te aconsejo que te pongas uno de los bikinis o de los bañadores que tiene Bianca en el armario del dormitorio, porque supongo que no te lo abras traido en la maleta — me dijo— No pensaba bañarme, la verdad, pero si, voy a mirar en el armario y ponerme un bikini de mi suegra, no quiero volver a casa y que no se note que no he tomado el sol. — dije abriendo después uno de los cajones del armario para ver que podía ponermeCuando abri aquel armario y vi toda la ropa que había, me fue un poco difícil escoger un bikini ya que la madre de mi esposo tenia muy buen gusto con toda su ropa y todos eran preciosos, pero me decidí por uno que me llamó mucho mas la atencion, ya que puesto me parecía a una tigresa con muy coquetona. Me marché del dormitorio dándome cuenta de cómo me miraba Máximo de arrib
Cuando le vi a mi esposo la caja de los anticonceptivos que yo tenía escondido entre mis cosas personales, me quedé por un momento inerte y sin saber que decir, pero en segundos reaccione, ya que no le iba a dar a Giuseppe el gusto de criticarme delante de mis suegros. Bien los había encontrado, pero yo tenía en mente otra clase de anticonceptivo, ya que no estaba preparada para un embarazo donde sabía que mi esposo y yo, no íbamos a ser tan buenos padres y a mi aun me quedaban años para ser madre. — Arianna ¿me lo puedes explicar delante de mis padres? tu y yo nos casamos con ese acuerdo, que me darías un hijo y me has decepcionado — me dijo Giuseppe — Hijo, esto es cosa vuestra, aunque tenga un acuerdo con el padre de tu esposa, no nos concierne a nosotros vuestros problemas conyugales, Arianna, un año, de aquí a un año debes hacer padre a mi hijo, si no quieres que las cosas cambien entre las dos familias — me dijo Giuliano — Giuliano vámonos, deja a Arianna tranquila te lo advi
Ya estaba la mesa preparada para sentarnos a comer, cuando empezamos a escuchar las risas y las voces de mi hermana Carlota y de Cintya, la hermana de Giuseppe en la entrada de la casa, y entrando las dos al salón seguidamente, echandose mi hermana a mis brazos cuando me vio, besando mis mejillas— Hermanita qué alegría, ¿has venido para quedarte por fin en casa? — me pregunto haciéndome reír— Hola Cintya cariño y no Carlota, he venido para pasar unos días con mi familia — respondí— Oh no Arianna, no lo hagas, sabes que en cuanto tú desaparezcas de tu casa, mi hermano irá a buscar a esa puta de Andrea y no la soporto — me dijo Cintya— Niña esa boca, y por la parte de tu hermano, deja que haga lo que desee, ya se cansara de ella — respondí— No lo creo, se conocen los dos hace muchos años y ella no dejará que la deje por ti — me dijo mi cuñada— Bueno creo que tenéis planeado unas vacaciones y os tengo que decir, que me voy con vosotras, será una semana de chicas ¿que os parece? –
Cuando encendí la luz de la lámpara del dormitorio, vi a un Giuseppe que no conocía, su rostro estaba rojo y muy enfurecido dándome algo de temor por lo que pudiera hacerme. Sin apartar nuestras miradas, mi esposo se deshizo de su chaqueta y de su camisa tirándolo al suelo, dejándome ver sus perfectos pectorales, dejó el arma que llevaba encima del sofa que habia en el dormitorio, se quitó el cinturón de su pantalón enrollándose parte de él en su mano como si de un látigo se tratara.— ¿Qué crees que vas a hacer? además ¿tienes que seguirme donde yo vaya? — le pregunté, notando en fina piel el primero de los latigazos de su cinturón haciendo que gritara— No admito que mi esposa vaya haciendo la puta por ahi y esta noche has colmado el vaso de mi paciencia — me dijo dándome otro azote con su cinturón, dejándome la piel marcada, haciéndome gritar de nuevo por el dolorCuando volvió a levantar su brazo mi esposo, lo esquive cogiendo el arma que dejó encima del sofá apuntando con ella al
Maximo y yo nos quedamos mirándonos en silencio, estire mi brazo cogiendo mi mano Maximo sentandose a mi lado en la cama— No quiero que te pase —---- le callé la boca, juntando mis labios con los suyos— Hazme tuya esta noche,y cállate — le susurreSin dejar de mirarnos, nos pusimos los dos de rodillas en la cama, Maximo empezó a besar y lamer mis pechos haciendo que me excitara cada vez más. Cerré mis ojos y le puse mis manos en sus cabellos, acariciandolo y enredando mis dedos en su pelo, sentí como una de sus manos dejaban de tocar uno de mis pechos siendo sus dedos los que empezaron a subir por mi muslo, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera anticipándose a lo que estaba por llegar y que tanto deseábamos los dos. Rozo con sus dedos mi sexo por encima de la tela de mis bragas, mientras mordisqueaba uno de mis pezones sin dejar de mirarnos los dos a los ojos, haciendo que soltara un pequeño jadeo, Dejo mis pechos poniendo su mano en mi nuca, para besarme con pasion y lujuria
En toda la semana que estuvimos en aquella preciosa mansión, vi a mi querido esposo Giuseppe, sabiendo que la patada que le di en sus partes no le habían sentado nada bien, pero no fue mi culpa, se lo merecía por ser tan cabrón como lo era conmigo. Cuando el avión privado de Giuliano aterrizó en Sicilia, ya nos esperaba la limusina a pie de pista, viendo bajar de ella a Maximo y a Bianca, corriendo Cintia a los brazos de su madre con alegría.— ¿Qué tal estás después del incidente que tuvistes con mi hijo? — me pregunto Bianca— Estoy muy bien, gracias y después de unos días de tranquilidad sin mi esposo, vengo con mas ganas de trabajar — respondí— Ya me dijo Maximo lo que paso, no se que voy a hacer con mi hijo — me dijo Bianca, en forma de disculpa— Mamá, si hubieras visto a mi hermano como trataba a Arianna, daba miedo el rostro y los ojos que puso cuando la miraba .--- dijo Cintia— Tendré que hablar con mi esposo y ponerle a mi hijo las cartas boca a arriba, no quiero que te ha
Después de que me presentara mi padre a sus socios y con su ayuda, me hice cargo de la empresa. Seguí viviendo con mi esposo en nuestra preciosa casa, pero cada uno dormíamos en habitaciones distintas, un sábado por la tarde recibi en mi casa la visita de mis amigas Paola y Stefania que me animaron a ponerme un vestido demasiado sexi para una mujer casada, marchandonos las tres en el coche de una de mis amigas. Después de cenar en una pizzería, nos fuimos a un club para tomarnos una copa. Entramos en el club acercandonos hasta la barra para pedirnos las bebidas antes de buscar un asiento y sentarnos. Con nuestras bebidas en nuestras manos, nos mezclamos entre la gente que alli dentro habia, consiguiendo sentarnos en unos comodos sillones, que aunque nos parecio muy raros que estuvieran libres, nos quedamos mirando a la gente, viendo las tres amigas a un grupo de hombres que habia de pie fijandonos en uno de ellos que tenia el pelo negro corto y unos preciosos ojos oscuros. Ese hombre