Me quedé sentada en el suelo unos segundos viendo la expresión de la cara de mi esposo, que ni siquiera me miró cuando me tiró al suelo. Me levanté y entré en el cuarto de baño ya que necesitaba ducharme y quitarme mi rasgado vestido. Entré en la ducha y abri los grifos dejando que el agua golpeara mi cuerpo para relajarme. Cuando termine de ducharme, tapé mi cuerpo con la toalla que había colgada en el baño volviendo a mi dormitorio dandome cuenta de que mi esposo ya no estaba, haciéndome sentir que estaba sola. Me senté en la cama pensativa viendo a los pocos minutos entrar a Giuseppe con una toalla solamente en su cintura acercándose a mí con una expresión en su cara que me asustaba.— Levántate de la cama, quiero jugar un rato con tu precioso cuerpo — me dijoGiuseppe —¿Qué te pasa? lo que estoy viendo ahora no me gusta, has cambiado desde que has venido de la casa de tus padres — le dijeMi esposo sacó del cajón de su mesita de noche una tela negra, tapando mis ojos con ella asu
Esa noche mi esposo no vino a dormir a casa, cuando desperté su sitio en nuestra cama estaba fria y vacia, me levante y entre en el cuarto de baño para asearme, volví al dormitorio, me vestí y me acerque a la cocina para tomarme una buena taza de cafe— Buenos dias Renata — le dije— Buenos días señora, ¿le apetece una taza de café y unos bollos recién hechos por mí? — pregunto— Si gracias, Giuseppe ¿no ha venido esta mañana? – pregunte— No señora, mi niño no ha venido ni lo he visto desde que se fue ayer — me dijo la mujer viendo en su rostro compasión— Buenos días — escuchamos de pronto a mi esposo, cuando entró en la cocina— ¿Dónde has pasado la noche? seguro que entre las piernas de alguna de tus amantes ¿verdad? — pregunte muy enfada, sentandose Giuseppe en una de las sillas que había a mi lado— Flor de loto, no olvides que soy el jefe de los mafiosos y he pasado la noche con quien yo he querido, acostumbrate — me dijoLevanté mi brazo para pegarle una bofetada en su cara, p
Ese día y después de hacer el amor, Giuseppe se encerró en su despacho porque según él tenía trabajo atrasado, mientras que yo me quedé después de comer, toda la tarde sentada en el sofá del salón leyendo un libro hasta que Renata me anunció que la cena ya estaba. Por la mañana me desperte al escuchar abrirse el armario de nuestro dormitorio, me quede mirando a mi esposo como entraba en el cuarto de baño, hasta que lo vi salir minutos despues fijandome que ya estaba vestido con un traje de color azul que le hacian brillar sus preciosos ojos.— Buenos días mi flor de loto – me dijo viendo en sus labios una preciosa sonrisa— Buenos dias esposo — le dije sonriendo— Me gusta verte despierta, me tengo que marchar y no quería irme sin despedirme de ti — me dijo— ¿Tan lejos y tantos días te vas? — pregunte sorprendida— Tengo irme a Roma, tengo una importante reunión y si todo va bien volveré pronto — me dijo— ¿Puedo ir contigo? aunque tenemos a nuestras familias aquí, me gustaría acomp
Al día siguiente cuando me desperté, me levanté despacio de la cama para no despertar a mi esposo que estaba completamente dormido a mi lado en la cama, entre en el cuarto de baño me asee un poco, volví al dormitorio para ponerme una bata ya que iba desnuda y estaba segura de que Manuel el mayordomo estaria ya por la casa. Me dirigí hacia la cocina para hacer el café, ya que necesitaba un buen chute para despejarme después de estar casi toda la noche sin dormir por estar haciendo el amor con mi esposo. Cuando ya me puse mi taza de café vi entrar en la cocina a Giuseppe, que se acercó a donde yo estaba, me dio un beso en la mejilla rodeando mi cuerpo con sus fuertes brazos— Toma tu café, ¿te apetecen unas tortitas? —- pregunte — Me apeteces tu como mi desayuno principal — me dijo metiendo su mano por mi bata acariciando mi sexo con sus dedos.— ¿Siempre tienes ganas? creo que deberíamos descansar un poco hoy después de la noche que tuvimos — le dije— Si tu no quieres darme lo que n
Me desperté a la mañana siguiente, sintiendo los labios de Giuseppe en mis desnudos hombros, gire mi cuerpo viéndolo apoyado con su codo en el almohadón de nuestra cama— Buenos días flor de lotto — me dice mi esposo— Buenos dias esposo — le respondí cuando me levantaba de la cama para ir al cuarto de bañoUna vez dentro, abri los grifos de la ducha, me duche y cuando terminé cogi el albornoz que habia colgado en la puerta, me lo puse volviendo al dormitorio— Ven aquí conmigo preciosa — me dijo dando pequeños golpecitos con su mano en el colchón— Lo siento pero tengo hambre, quiero un café para despejarme — le dije marchandome del dormitorioEstoy en la cocina poniendo una taza de café para Giuseppe y para mi, cuando lo veo entrar vestido con sus pantalones y su camiseta en las manos para ponerla, mirándome muy serio— ¿Te vuelves a marchar? – le pregunté— Volvemos a casa, tómate el café y vístete — me dijo malhumoradoDespués de tomarme el café, me fui de la cocina hacia nuestro
Al día siguiente y como me dijo la madre de mi esposo Giuseppe me llamó para que fuera a su empresa, mandándome su ubicación por mensaje en mi teléfono. Giuseppe se marchó esa mañana de nuestra casa muy temprano y como siempre hacía, no me dijo a dónde iba, yo me duche y me vesti acercandome después a la cocina para tomarme el café que necesitaba para poder soportar la mañana.— Buenos dias Renata, hoy necesito un café bien cargado — le dije— ¿No has podido dormir bien mi niña? — pregunto— No muy bien, pero hoy la madre de mi esposo me ha mandado la ubicación de su empresa para que vaya ya que me ha ofrecido trabajar con ella y Giuseppe no lo sabe, no sé qué dirá cuando se entere de que voy a trabajar con su madre — le dije— Giuseppe comprenderá que no eres mujer de quedarte en casa sin hacer nada, tranquila cielo creo que lo comprenderá — me dijoDespués de tomarme el café y ya vestida como estaba, llamé para que viniera un taxi a mi casa, cuando llegamos a donde Bianca tenía su e
Al día siguiente por la tarde, entré en el cuarto de baño para ducharme ya que en un par de horas teniamos que estar Giuseppe y yo en la casa de Maximo. Salí del cuarto de baño rodeando solamente mi cuerpo con una toalla, ya en el dormitorio, escuche entrar en el a mi esposo, sentí sus brazos rodearme desde detrás, y su boca en mi cuello dándome un pequeño mordisco en mi cuello.— Voy a darte todo lo que se que necesitas mi amor — me susurro mi esposo en mi oído— Amame Giuseppe, quiero sentir que soy todo lo que necesitas — le respondí, mientras Giuseppe me quitaba la toalla dejando mi cuerpo desnudo— Quiero enloquecerte Arianna, me vuelves loco querida esposa — me contestó, tumbandome en la cama boca arriba sin dejar de mirarnosGiuseppe se fue quitando la ropa lentamente, mientras yo me mojaba mis labios con mi lengua intentando excitar mas a mi esposo— Eres preciosa — me dijo recorriendo cada parte de mi cuerpo con su boca, haciéndome gemirGiuseppe busco mi boca con desesperac
Aunque cuando los vi, me hubiera gustado entrar y gritarle a mi esposo además de cogerle de los pelos a su amante, me quedé mirando desde la puerta sin saber en ese momento como reaccionar ya que no sabía qué hacer, porque si entraba y los pillaba seguramente mi esposo me avergonzaría y me humillaria delante de su amante y eso si que no lo podría soportar, asi que preferi girarme y marcharme de aquel lugar dirigiendome hacia donde estaba Bianca con su esposo Giuliano, aunque cuando llegue hasta donde estaban mis suegros, no pasó desapercibido por la madre de mi esposo, el malestar que yo tenía en ese momento.— ¿Te encuentras bien Arianna? parece que hayas visto a un fantasma, estás blanca cariño — dijo Bianca— No me pasa nada, solamente que la copa de champán que me he bebido me habrá sentado mal, pero estoy bien gracias Bianca — le respondí—- Arianna cielo ¿Sabes dónde está mi hijo? quiero presentarle a un inversor muy importante y necesito que mi hijo hable con esa persona y lo c