DAVINA
—Hace 2 semanas que estamos con esto, Argo.
—Ya lo sé, Dav, pero no me animo. ¿No entendes? No somos brujos localizadores, como hagamos mal este hechizo podemos morir.
—Puedo morir.
—¿Qué decís?
—Yo voy a hacer el hechizo, no vos.
—¡Davina!
—Argo, tengo la fuerza de Freya y vos no. Sabemos lo que lleva este hechizo, no todos los brujos pueden hacerlo. Lo hago yo y se acabó.
—¡Basta, bonita! Se acab
NICHOLASEspero a Davina al final del altar.Después de hacer la falsa boda, decidimos finalmente hacerla realidad. Gracias a contactos de mi padre en el reino vampírico y a contactos de Argo en el reino Wicca, sabíamos exacto que hacer y cuando iban a atacar. Les hicimos creer que íbamos a estar distraídos y eso nos tendría en desventaja. ¡Mierda! Davina hasta se compró un vestido falso para que se crean que todo estaba saliendo tal cual su plan y dijo que el día de nuestra boda real no pensaba usar el mismo con el que fue a la guerra, por eso no sé qué esperar, pero muero por verla.La marcha nupcial empieza a sonar y cuando miro las puertas veo entrar a Ellie con un vestido rosa, bastante inflado, y una corona de flores tirando pétalos mientras Matt con su pequeño traje camina con los anillos haciendo que todos suspiren. Llegan hasta mí y
Argo Corro por la manada lo más rápido que puedo. No sé cuánto tiempo va a durar el hechizo que use para ocultar mi olor y poder flaquear la seguridad de la manada. Es una seguridad muy fuerte, por eso en momentos como estos agradezco haber heredado los poderes de unos brujos tan poderosos. ¿Qué carajo hace Davina rodeada de chuchos? ¡Joder! Más le vale haberse cuidado, le dije que lo haga. El collar me guía hacia una mansión bastante parecida a un palacio. Bajo la vista y mi remera blanca y destrozada está llena de sangre. Rey de m****a, no veo la hora de poder devolverle todas las que nos hizo. Aguanta, Argo. Aguanta. Me repito una y otra vez. Llevo mi mano a mi herida sangrante y hago fuerza. Con una ráfaga fuerte de aire hago que la puerta se abra y esucho varios pasos correr hacia mí. Levanto la vista y me quedo sin aire. Unos ojos oscuros rodeados de pestañas negras y espesas me escrutan con la mirada. Joder… Su
Una antigua leyenda cuenta como hace millones de años el Dios Odín se enamoró de la bruja más hermosa jamás vista, su nombre era Freya. Él creyó que era un ángel; con su cabello rubio, sus ojos verdes y su piel tan blanca como la nieve. El Dios cayó rendido a sus pies en el momento que le sonrío por primera vez y cuando vio la manera en que manejaba sus poderes, solo pudo quedar aún más embelesado.Los brujos, entre otras cosas, manejan uno de los cuatro elementos, pero ella manipulaba todos a la perfección. No solo eso, sino que la fuerza que tenía era algo también sorprendente. Los brujos pueden manejar el agua, pero ella creaba mares. Pueden manipular la tierra, pero ella movía montañas.Se enamoraron profundamente y juraron amor eterno, el Dios nunc
DAVINA—Princesa Davina, su padre la espera en el gran salón. —Asiento hacia la criada, Evelyn, y ella hace una reverencia mientras sale de mi habitación.Argo, mi hermano mayor, acostado desde mi cama me mira extrañado.Su piel clara le realza el cabello dorado que le cae sobre sus hermosos ojos miel, su nariz es tan definida como su quijada y sus finos labios forman una sonrisa divertida. Tiene este aura de chico tierno y pervertido a la misma vez. Yo lo conozco mejor que nadie y se perfectamente que las chicas tienen que tener cuidado a su alrededor.—¿Para qué te busca el infeliz ese?—&iex
NICHOLASEmpiezo a sentir como le tiemblan las piernas y antes que pueda darme cuenta la tengo gritando mi nombre. Dos estocadas más y yo también me corro. Salgo de arriba de ella tan rápido como puedo, acostándome a su lado y tirando el condón en un tacho de basura que hay cerca.Comienzo a vestirme rápidamente y Alessandra me mira con ojos soñadores, a lo que yo le frunzo el ceño.—¿A dónde vas, mi amor? —pregunta con esa voz que tanto detesto, haciendo un patético morrito.No entiendo porque sigo acostándome con ella si las cosas siempre terminan así, con ella no entendiendo nuestro acuerdo.
DAVINAEl rey Dominik no para de hablar de como no pudo sacar los ojos de encima de mí durante toda la fiesta, que me buscó por todos lados, que quiso saber de mí... Lo único que mi mente hace es prender luces rojas de peligro.Me levanto y sin saludarlos salgo corriendo hacia la única persona que haría todo por protegerme.—Es la emoción, no puede creer que finalmente se va a casar. —Escucho que le dice el rey Arturo al rey Dominik.Voy la habitación de Argo y toco con desespero mientras lloro y me agarro el pecho, no puedo respirar.—Davina, estoy un poco ocupado. —Levanto la v
NICHOLAS—¿Se puede saber por qué dabas vueltas por la casa a las 3 de la madrugada? —pregunta mi hermana menor, Isabella, entrando al despacho acompañada de mis otros dos hermanos menores, los mellizos, Lucy y Jacob.—Te conté que algo le está pasando a Luk —mascullo—. No sé si está enojado conmigo, si decidió odiarme y aplicarme la ley del hielo, jodidamente no lo sé. Está imparable. Repite una y otra vez que siente que algo va a pasar pero no puede decirme que es, y tampoco puede decirme si es bueno o malo. ¡Joder!Mi lobo está volviendome loco.Estoy agotado, se me cierran los ojos, creo
DAVINAEl golpe llega segundos después que termino de decirle lo que pienso. Me pega tan fuerte que caigo sentada en el piso con el labio sangrando.Mi padre me mira con asco, como si fuese el mayor error de su vida. No solo es asco, en esa mirada también hay odio.<<Mi padre me odia>>.—Vos haces lo que yo te digo. Si te digo que te casas con el rey Dominik, te casas y te callas la boca. —Escupe.—Quiero casarme con alguien que realmente ame. Quiero crecer, aprender y enamorarme. Quiero ser mamá con la persona que yo elija pasar el resto de mi vida. Por favor, rey Arturo, no me case por un arreglo estúpido. Hace años que no hay problemas c