DAVINA
Que idiota me siento, realmente. Nunca llore por un hombre. Siempre estuve tan ocupada llorando por mi padre que no me tomé el tiempo de vivir un típico amor adolescente que te arrasa. Lo estoy viviendo ahora con Nick y viene a pasarme esto. Cuando lo vi besarse con esa... esa... ese intento de mujer, sentí que un elefante se me paraba en el pecho.
Así que me escapé como la cobarde que soy y ahora estoy en el lugar donde ellos me encontraron cuando los conocí, donde Nick me confeso que yo era su mate. Tengo los pies metidos en la laguna mientras miro las estrellas con lágrimas cayéndome por las mejillas.
Patética, esa es mi descripción. ¿Llorando por un hombre? ¿De verdad, Davina? Esto es triste y patético. Si Argo estuviese acá me pegaría tremenda p
NICHOLASEstoy completamente desesperado. Noah me dijo que encontró a Davina y que ya están viniendo para acá. Doy vueltas por todo el salón mientras toda mi familia me mira desde los sillones.—¡Deja de gruñir!—Le digo a mi lobo, Luk.—¡Es tu culpa! Como perdamos a nuestra mujer por esto, Nick... Te las vas a ver conmigo.—Sigue gruñendo como el bendito lobo que es.Escucho la puerta del jardín abrirse y veo que entran Noah y Davina.Corro hacia ella y la abrazo, pero no me corresponde y siento que me d
DAVINALo único que escucho son gritos, aplausos y silbidos. Sigo mirando fijo a Alessandra y ella me mira con tanto odio qué debería asustarme, pero después de esta pelea, no lo hace. Le sonrío mientras mojo más el ring y la empujo para que resbale por el agua hasta uno de los laterales y cae de este. El público estalla en más gritos y los monos se suben corriendo al ring mientras me sientan en los hombros de Killian, gritan y vitorean. Los mellizos y Bella también se suben y saltan alrededor nuestro. Busco a Nick con la mirada y sigue abajo del ring mirándome con la boca abierta, está pálido y no reacciona.—¿Algo sé, no? —Le grito y todos escuchan.
NICHOLASEl hombre mira a Davina con una sonrisa y se agarra un costado del cuerpo donde tiene una herida abierta muy sangrante. Miro su cuello y tiene el mismo collar que Davina y le pasa lo mismo que al de ella. Su collar flota en su cuello apuntando hacia Dav, como si quisiera unirse al de ella. Me doy cuenta que todos estamos mirando los collares. La realidad es que nunca le preste mucha atención, jamás creí que podía ser un collar mágico.Él cae de rodillas mientras le guiña un ojo a mi mate y la voy a esconder detrás de mi cuerpo para protegerla cuando me doy cuenta que está llorando. Escucho un grito desesperado salir de ella cuando finalmente el hombre se desmaya.—¡Argo!
DAVINA Se me hiela la sangre en el momento que Argo termina de hablar. —No quiero —digo mientras agacho la cabeza y él me acaricia el pelo. —No queda otra, ¿cierto? —pregunta mirando a los chicos. —Argo tiene razón, Dav. O peleamos o te llevan de vuelta con ellos. —dice Scott y vuelvo a escuchar como Nick gruñe. —No quiero una guerra. No quiero una lucha por mi culpa, no quiero. Va a morir gente, quizás hasta destruyan la manada. Yo-yo n-no quiero. —Lo último lo digo en un sollozo y me levanto yendo hacia Nick. —No te preocupes por eso, bonita. Ya vamos a ver cómo lo solucionamos. Lo que está claro es
NICHOLASNo puedo seguir así. Saber que Davina está en el piso de abajo y no conmigo me consume, ni siquiera me deja dormir por el simple hecho de pensar en ella.Decido levantarme, esto no da para más. Camino hasta la puerta de Davina y ni siquiera toco, simplemente entro.—¿Bonito? —Me pregunta sentada en la cama, leyendo un libro—. ¿Se puede saber qué haces rondando por mi habitación a estas horas?—Verás, bonita... Resulta que no puedo dormir... —Le susurro mientras subo a la cama y voy hacia ella como si fuese un cazador que va por su presa. Le saco el libro y lo revoleo por cualquier lado—. Y parece que vos tampo
DAVINAMe despierto sintiendo cosquillas en la nariz, sacudo la cara y cuando abro un poco los ojos veo unos rizos blancos acariciándome. Matt duerme sobre mi pecho y se aferra a mí como si yo fuese un salvavidas en medio de un naufragio. Lo abrazo con más fuerza. Esto es demasiado doloroso para ellos, y lo peor es que él intenta hacerse el fuerte. Miro al costado, Ellie duerme con la cabeza apuntando para el otro lado y con un pie arriba de Nick.—Dav —dice una voz en la puerta—. Noah dice que tenemos que hablar. Vengan. —Asiento hacia Scott que nos mira con una sonrisa tierna y cierra la puerta.—Bonito, arriba.—No, gracias —dice con voz
NICHOLAS—¿Crees que van a estar bien? —Me pregunta Dav, mientras miramos como Lucy le hace peinados a Ellie y Matt las mira. Estamos sentados en el jardín de la casa, ella entre mis piernas apoya su espalda en mi pecho y yo la abrazo embriagándome de su olor a jazmines.—Lo único que me preocupa es que no se expresan. No hablan, bonita. Tienen que hablar de sus papás, decirnos cómo se sienten, que quieren, algo. Me exaspera... Pero los veo y se ven felices, ¿no? Estamos haciéndolo bien.—Yo también quiero que me hablen de cómo se sienten, pero el médico ya dijo que hay que darles tiempo. Tienen que entrar en confianza. También me preocupa que s
DAVINA —Arriba, arriba, arriba. —Escucho que alguien grita y simplemente me tapo la cara con una almohada—. ¡Despiértense! —Monos del demonio, los voy a echar de la mansión, odiosos —grita Nick. —¿Tan descontrolado fue el jodido sexo que les cuesta una m****a levantarse? —Me río escandalizada. Sexo, si ellos supieran. —¿Sexo? —Les pregunto mientras me saco la almohada de la cara. En seguida saco la manta con la que Nick y yo estamos tapados y se asoman dos matas de cabello blanco. Los monos estallan en carcajadas lo cual hace que los niños se despierten. Ellie le estira las manitos a Noah, quien la a