MauricioElizabeth debe ser incomparable en la cama, para que Maciel no la olvide así por nada.- En cuanto a sus decisiones, no puedo intervenir a Mauricio, solo sé que hay que tener cuidado en esta vida. Llevamos casados tanto tiempo, tú no cambias y así es difícil hacer que mi familia te acepte.Los dos dieron un sillón, ella salió llena de esperanzas de que esta vez aquella bronca iba a hacer de Mauricio un hombre de verdad. Mauricio no tomó nada de lo que dijo en consideración, solo quería el lujo en que vivía de vuelta. En la salida, la primogénita de Maciel pasó por una zapatería del centro comercial y encontró a Fernando. Él inmediatamente sonrió espontáneamente, ese hombre de traje se movía con su corazón.- Hola Fernando, ¿cómo estás?- ¿Lo eres tú?Ángela se molestó al saber que él ni siquiera había memorizado su nombre, una muestra del desinterés que ella imaginaba que Fernando tenía por ella.- Soy la hija de Maciel, me llamo Ángela. Nos conocimos en una cena en la casa d
Dos meses más tarde...ElizabethYo ya era conocida en muchos lugares por mi anuncio en un gran cartel, situado en el centro de la ciudad, con mis trabajos anteriores y él ya tenía una pequeña fortuna personal y un Instagram con medio millón de seguidores, Me imagino la cara que pondría Maciel al encontrarse con mi foto cada mañana cuando se iba a trabajar. Esa venganza estaba saliendo mucho más dulce que en mis sueños más increíbles. Mi nueva adquisición sería un apartamento en el mismo edificio en el que Maciel me dejó vivir unos días al principio de nuestra relación. Sería demasiado lindo toparse con él por los pasillos y tener que decir que yo era una de las moradoras de allí. ¡Era el momento de volver, con la cabeza erguida y construyendo una nueva Isabel aún más despiadada, astuta y desalmada![...]En esos meses, Ángela se alejaba cada vez más de Mauricio y percibía poco a poco cuánto estar con él hacía mal para su autoestima. Lástima que había pasado tanto tiempo en esa relaci
ElizabethMaciel me miraba con cara de perro sin dueño, sé que quería decirme mil cosas... yo sentí una enorme ganas de llenarlo de besos y de arrancarle los ojos con los dientes. Fernando estaba en otra mesa, pues Anastasia seguramente le pidió que se mantuviera alejado de Maciel después de todo lo que sucedió. Pero él fue a nuestra mesa para marcar territorio...- Buenas noches a todos.- ¡Buenas noches, Fernando! - Respondí cortésmente.- Me alegra que hayas vuelto, Elizabeth.Maciel tomó un buen sorbo de vino para disimular la irritación. Le di las gracias y Fernando volvió a su escritorio, Ángela quería matarme mientras varios fotógrafos estaban siempre a mi alrededor registrando cada movimiento.- Entonces Elizabeth, ¿viniste a quedarte o solo estás aquí por trabajo? - Sara preguntó tomando un trago de champaña.Maciel se inclinó para prestar mucha atención a mi respuesta.- Me quedaré para siempre, compré un apartamento pequeño y ya me instalé.- Elizabeth, ¿podemos hablar un m
ElizabethMiré un instante por la ventana, pensando en los besos que Maciel me dio y en las amenazas de Héctor cuando vi a Ángela llegar con Fernando.- ¡Tanto me juzgó, quién diría! - Yo sonreí al verla coquetear con el sobrino de Anastasia.[...]- Gracias por traerme a Fernando.- No tienes que agradecerme, me gusta tu compañía.Los dos sonrieron, claro que entre ellos, estaba rodando un clima.- Me sorprende que alguien diga eso...Fernando le dio un beso en el rostro, Ángela vibró con aquel cariño y subió hasta su apartamento guardando en su mente el olor de su perfume.- ¿Qué estabas haciendo con ese idiota? ¡Y aún más sola!- Por el amor de Dios, Mauricio, fue solo un paseo.Él sujetó firmemente su muñeca.- ¿Así que tengo que mirar por la ventana y ver a mi esposa besándose con ese tipo de traje?- ¡Aunque fuera un beso en la boca... me has engañado tantas veces, que mi saldo aún sería negativo!- Si te atreves a traicionarme y yo te mato Ángela, puedes pensar que soy un vago,
Elizabeth Terminamos juntos después de unos minutos de meter buen gusto, por la rapidez de la eyaculación de él y la cantidad y coloración del semen, él también se comportaba durante mi ausencia o por lo menos no estaba fijo comiendo a alguien. Bajé mi vestido mientras sentía que se me escurría por las piernas, satisfecha con el poder que ejercía sobre él.- Ya basta Maciel, puedes irte ahora.Se abrochaba los pantalones, y aunque tuviera melaza, tendría que salir de mi casa.- Hoy mismo arreglaré los detalles para nuestro matrimonio en civil y junto con él, un poder notarial donde pasaré las acciones a su nombre.Yo vibré por dentro, pensé que él necesitaría de un tiempo para hacer lo que yo quería, pero aquello sexo rapidito había rendido buenos frutos.- ¿De verdad harás eso por mí?- Sí... y creo que mañana temprano todo estará listo. Mañana, tú serás mi esposa y entrarás en aquella casa como deberías, como la dueña.- ¡Te amo, te amo! ¡Mi gran oso!- Ponte ese anillo y esta vez
[...]Maciel pensó en decirle a Kayo lo que estaba a punto de hacer para probar su amor a Elizabeth, pero prefirió guardar secreto... ya había esperado demasiado para unir su vida a la de ella. Aquella noche tuvo un sueño, y ese sueño no era común... era un recuerdo de algo de su pasado. Una niña de unos dos años de pelo oscuro y hermosos ojos verdes, hija de uno de sus empleados más antiguos, en ese momento la empresa estaba apenas comenzando.Maciel vio la puerta del ascensor abrirse y la niña entraría, corrió lo más rápido que pudo y le impidió hacer algo que le quitaría la vida sosteniéndola en su regazo... se asustó mucho y lloró mirando a ese hombre desconocido. Pero Maciel se sintió aliviado, ya que el ascensor no estaba en ese piso y el niño caería en el hueco del ascensor y serían por lo menos 6 pisos abajo. Maciel se despertó jadeando.Maciel¿Por qué ese recuerdo ahora?[...]Kayo también estaba trastornado con el regreso de Elizabeth, sabía que de todas las mujeres del mun
ElizabethMaciel realmente nunca había tenido sexo anal, me moví solo un par de veces y gritó liberando todo muy fuerte dentro de mí. ¡Una pena, porque yo quería hacer un poco más! Me levanté lentamente, me senté de lado en su regazo. Le di un beso en la boca y estaba exhausto y cansado.- Tú eres...- ¿Increíblemente sexy y traviesa? ¡Si, lo sé!Esa noche tuvimos sexo hasta el agotamiento, sin importar lo que sus hijos pudieran oír o pensar.[...]En la otra habitación, Kayo no podía dormir, con los gemidos de la pareja en luna de miel. Él podía imaginar todo lo que su padre estaba haciendo con aquella mujer increíblemente bella... sentía celos, quería estar en su lugar. Ángela había llegado al apartamento, estaba desnudándose cuando se asustó con Mauricio acostado en la cama de la pareja.- ¿Qué hace aquí Mauricio?- Aquí soy yo quien pregunta, ¿crees que yo no sé qué saliste anoche. ¿Dime adónde fuiste?- Estamos separados y mi vida ya no te interesa.- ¡Estamos casados en el papel
[...]Llevaron a Maciel al hospital y los niños fueron comunicados. Ángela pronto supo que Elizabeth y él tuvieron una pelea terrible antes de lo que había ocurrido.- Elizabeth, ¿qué pasó entre ustedes? - preguntó Kayo.Elizabeth intentaba esconder las marcas moradas en su cuerpo, aquella pelea había sido violenta y ella no quería que se quedaran cuestionando aquello.- ¡Eso no importa!– ¡Elizabeth Por supuesto que importa, estoy seguro de que lo hiciste pasar mal! Puedo apostar a qué... perra! - Ángela gritaba y amenazaba, Kayo tuvo que intervenir.- ¡Ángela, no grites, estamos en un hospital, ten más respeto!Elizabeth no soportaba ni mirar a Ángela. Estaba preocupada por Maciel, no quería que muriera, pero al mismo tiempo, todo lo que había dicho y hecho había dejado su corazón amargado... decidió irse de allí, al menos para respirar un instante.- ¿Quiénes son los parientes del señor Maciel?- Ángela y yo, doctor! - Kayo ya se preparaba para oír lo peor.- ¡Él quiere hablar con