Creo que nunca, a lo largo de mi vida había visto una propiedad tan hermosa como esta, me siento como si estuviese dentro de una de mis novelas preferidas. Toda la mansión por fuera estaba revestida de estas piedras grises grandes que se encuentran perfectamente colocados en forma de mosaicos para encajar uno encima del medio de la unión de otros dos. Tenía como especie de torres en la parte de atrás cuyo techo era enorme y terminaba en picos. La fachada tenía una puerta de madera color marrón, grande también, haciendo juego con los demás elementos que conformaban la mansión, formada por dos hojas que se abrieron de par en par cuando nos aproximamos a ella ofreciéndonos la mejor de las vistas al interior que estaba decorado en función a todo el estilo que lo rodeaba, elementos rústicos pero a la vez finos, adornos de madera del mismo color de la puerta, las paredes grises claras y las ventanas en formas de abanico cerradas por cristal cubierto con cortinas blancas. 

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