La seguí

Por Alejo

Yo no le encuentro explicación a mis palabras de aquella noche, porque en el transcurso de mi vida me crucé con mujeres más delgadas, otras más voluptuosas y lo que me inspiró de cada una no tenía que ver con el tamaño de sus pechos, sino con su piel o su comportamiento en la cama o con mil cosas más y hasta esa noche, que estaba enceguecido por el resentimiento que sentía por Marina, sentí algo poderoso por Flor, un magnetismo que me desorientó, porque yo estaba herido por la traición de Marina y esa noche solo pensaba en esa maldita mujer.

Días después di gracias a Dios haber abierto mis ojos y verla como era realmente, a pesar de su cuerpo, que sí, me atraía, pero era más capricho que otra cosa, y realmente no compartí más que sexo con ella.

Creo que si hubiera hablado dos palabras fuera de una cama, hacía tiempo que esa relación no hubiese existido o al menos el deseo o lo que sentí por ella, se hubiera disipado, porque a los pocos días me di cuenta que no la amaba.

Flor
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP