— Buenos días — ella sonrió amablemente — he venido por mis cosas para empezar a trabajar, no sé en dónde voy a estar.
— Ve a recepción para que te digan dónde vas a trabajar, ya eso no es mi trabajo — contestó de mala manera la responsable de recursos humanos — o dile al señor Rivera que te indique tu sitio, al parecer ustedes tienen una relación muy íntima y no todo mundo puede jactarse de eso en esta empresa, a nosotros nos cuesta sudor escalar en el nivel corporativo. Aunque siendo sincera no puedo creer que fue lo que vió en ti.
— Deberías morder tu lengua antes de hablar del señor Rivera de esa forma — Lauren arrebató su identificación — sé que no me querías contratar pero te vas a aguantar el enojo y si tienes quejas sobre mí haz un reporte pero no te pongas a hablar estupideces que no van al caso.
Lauren hizo caso omiso a las risas que salieron inicialmente pero después desaparecieron al ver la fiereza de la mujer. Ella después de preguntarle a la recepcionista por su oficina se quedó sorprendida ya que se encontraba casi a la orilla de la del CEO, luego de la sorpresa paso a la felicidad al saber que su jefe le tenía tanta confianza, sin embargo había algo que no cuadraba y eran los dos escritorios que estaban en este sitio.
— Hola Lauren — el señor Rivera entró a la oficina — espero que te guste tu nuevo sitio, ahora te voy a encargar un trabajo que estoy seguro que sabrás hacer a la perfección.
— Hola señor Rivera — ella sonrió — de hecho me gusta pero me pregunto el motivo por el cual hay dos escritorios en la oficina.
— Es que vas a trabajar con alguien más, de hecho — él se llevó la mano a su frente — mi hijo Sebastián va a trabajar contigo y espero que no te molestes por esto.
— No me molesta en absoluto, comprendo que va a querer poner a alguien que me tenga vigilada y me enseñe para no meter la pata.
En ese momento la puerta se abrió y entró Sebastián, Lauren sintió un aura que aplastaba a cualquiera que se pusiera delante de él y ella no era la excepción. Se sintió mal ya que pensó que era un hombre muy apuesto ya que de cierta forma sentía que traicionaba a su esposo a pesar de que el tipo con el que se había casado era una basura. Sus ojos lo vieron y pudo reconocerlo, se trataba de aquel hombre que la había salvado en la ocasión que se subió a su carro y la llevó al hospital, además tenían exactamente el mismo nombre lo que le confirmaba sus sospechas, no podía ser una mera coincidencia.
— ¿Qué se supone que hace esta señorita aquí? ¿Acaso es la nueva secretaria? Creo que es un poco excesivo colocarla en mi oficina pero si es lo que quieres pues me parece bien.
— Ella es Lauren y no, no es la nueva secretaria — el señor Rivera miró a su hijo — es una de las mejores arquitectas que he conocido y vas a trabajar a su lado.
Sebastián se negó y los hombres entraron en una acalorada discusión, le dijo claramente que la esposa que deseaba no era Mileydis sino alguien que fuera buena en su trabajo, a la que conociera bien, que sea amable y trabajadora, preferiblemente coetánea, y que le ayudará en el trabajo.
— Papá no es momento de hablar de cosas que ni al caso — él miró a su padre con reproche — mucho menos delante de esta mujer que ni siquiera conozco.
— ¡Pues te informo que yo sí la conozco y es de mi entera confianza! Además de que si viene al caso...
— ¡Lo que me faltaba! — él miró a Lauren — ¡¿Y tú qué miras?! ¡Largo de una m*****a vez de aquí! Si crees que te voy a dejar el camino tan fácil estás muy equivocada, solamente estás aquí porque conoces a mi papá y por nada más; dudo mucho del talento que él tanto alaba y ni siquiera me interesa perder el tiempo contigo.
— ¿Cree que sus gritos van a resolver esta situación? Se equivoca joven amo Rivera — ella habló con una firmeza y una imagen de Sebastián completamente diferente a la anterior — esto solamente deja en evidencia lo inmaduro que es y el hecho de que no puede recibir órdenes de sus superiores algo que se tiene que hacer al ser un subordinado más, si estoy aquí por conexiones no es algo a lo cuál usted tenga el derecho de criticar porque le recuerdo que en su caso también se encuentra aquí por ser el hijo del dueño.
Sebastián se quedó callado, él no tuvo más opción que irse a sentar a su escritorio. Lauren por el contrario tomó un proyecto que el señor Rivera le había encargado y que era una locura, ¿Quién podía ser capaz de construir un hotel en el desierto? No importaba, le gustaban los retos y este era uno de ellos que sentía que era lo suficientemente competente como para hacerlo.
Marcus por su parte se despertó en el sofá, cuando buscó a Lauren por toda la casa fue que se dió cuenta que estaba completamente solo así que decidió hacer una llamada a alguien, le pidió que llegará y la mujer llegó a la casa luego de un rato.
— Me salí del trabajo cuando me dijiste que querías verme — ella lo miró con deseo — bien, apresúrate y haz lo que tengas que hacer que no tengo mucho tiempo.
— Cassidy, solo cierra la puerta y desnúdate — él la jaló — amanecí con muchas ganas de tenerte debajo de mí.
Ellos fueron a la habitación matrimonial y ahí puso a la mujer en cuatro, la estaba embistiendo mientras ella veía la fotografía de su amante con su esposa el día de su boda. Su rostro se le hizo familiar sin embargo no pudo ubicarla, recordaría una belleza como la de esa persona y pensó que quizás la mente le estaba jugando chueco; una vez que finalizaron cada uno se fue por caminos separados sin decir nada.
Lauren caminó rumbo a la oficina en donde se encontraría con el señor Brightman, sin perder más tiempo comenzó a hablar de una manera tan fluida que el hombre se quedó sorprendido al ver como Lauren manejaba información que incluso él desconocía por completo, mostró unos planos que le convencieron demasiado.
— La fuente de energía para el hotel pueden ser paneles solares, eso es lo que abunda en el desierto después de todo o también si desea acortar gastos podemos utilizar energía eólica que también es una buena opción. Podemos crear un oasis artificial que resuelva el problema del agua y de esta forma brindarle a los huéspedes todo lo necesario.
— Me tengo que disculpar con usted señorita — él se levantó y le extendió la mano — es muy buena en lo que hace y por un momento pensé que no era así, por favor prepare los documentos necesarios para así firmarlos cuanto antes.
— Perfecto — ella sonrió y tomó la mano del hombre — muchas gracias por permitir trabajar con usted y le prometo que no se va a arrepentir de esto.
Lauren se puso a trabajar en los documentos que necesitaban ser firmados por el señor Brightman y una vez listos lo hizo sin más demora. El señor Rivera se puso feliz al saber que ese proyecto tan importante iba a estar a cargo de ellos.
— Señor Rivera quiero que me disculpe por abusar de usted, me gustaría pedirle un adelanto ya que necesito mudarme de donde me encuentro — ella lo miró con vergüenza — si no fuera urgente no lo pediría.
— Claro querida que te voy a dar un adelanto, me has conseguido un contrato multimillonario que muchos deseaban pero que ninguno lograba obtener. ¿Te parece bien la mitad de tu salario básico? Si quieres puedo dartelo todo.
— Con la mitad me va a bastar — ella sonrió contenta — muchas gracias señor Rivera y créame que no se va a arrepentir de haberme contratado.
Lauren al ver la transferencia bancaria que el hombre le había dado se quedó sorprendida, era una cantidad muy grande a pesar de que solamente se trataba de la mitad de su salario; una vez que se sentó en su oficina fue a trabajar, podía sentir los ojos de Sebastián viéndola pero ella hizo caso omiso a la mirada insistente. Cuando llegó la hora de salir pasó por un cajero, sacó solo lo necesario para poder alquilar un piso modesto ya que aunque tenía lo suficiente para buscar un apartamento en la mejor zona de la ciudad prefería no llamar mucho la atención.
— Bien Lauren — ella tomó una maleta — necesitas llevar solo lo esencial, no tienes mucho tiempo y lo sabes, ya Marcus debe de venir en camino.
Ella empacó unas cuantas cosas y subió las dos maletas a su coche, lo que no pudo ver fue que Marcus la veía desde lejos y decidió seguirla con mucho sigilo. Sebastián por su parte estaba en el apartamento cuando en su televisor salió Mileydis en un vídeo poco decente.
— La supermodelo Mileydis Villavicencio se ha visto envuelta en un escándalo sexual, como podemos ver en el vídeo se encuentra sosteniendo relaciones sexuales con el organizador de la semana de moda en Milán, el señor Angelo DeLeon que no solamente es un hombre mayor que ella sino que también es casado y con hijos.
Sebastián sintió como su sangre hirvió al ver la noticia de Mileydis, él en ese momento recibió un mensaje de su novia y en el cual le daba una dirección; el sitio se encontraba en un punto muy decadente así que decidió ir para dar por finalizada la relación a pesar de que le dolía profundamente. Lauren finalmente había encontrado un piso, este no era el mejor pero se decía que era suyo y de nadie más.
— Aquí voy a poder estar en sana paz — ella respiró profundamente — no importa que tenga que comenzar de cero, cualquier cosa es mejor que estar al lado de un tipo como Marcus.
En ese momento la puerta se abrió de golpe, Lauren se sorprendió al ver que Marcus tenía una llave inglesa muy pesada en sus manos y en el momento que la levantó fue directo a su cabeza haciendo que la pobre se aturdiera.
— Eres una infeliz, te recuerdo que el dinero que estás utilizando para pagar este sitio es el que yo gano como arquitecto.
Lauren decidió mantener la calma y comenzó a forcejear con Marcus, para su mala suerte el golpe que le había dado en la cabeza logró abrir la lesión que tenía de un año atrás y esto le dió desventaja encima de su marido pero fue capaz de empujarlo para salir huyendo del apartamento. El ascensor milagrosamente se abrió y fue ahí donde la mujer miró a Sebastián, sin dudarlo lo abrazó.
— Por favor sálveme, mi marido me va a matar — ella tembló asustada — le juro que voy a explicar absolutamente todo, solo no me deje sola.
Sebastián miró a Marcus con la llave inglesa y en el momento que el hombre iba a acercarse fue que rápidamente cerró las puertas del elevador, Lauren le contó una parte del infierno que estuvo viviendo al lado de su marido y le dijo que esta sería la última vez que la golpearía, antes de que quedará inconsciente le pidió a su salvador que la llevará al hospital y él lo hizo mientras la cargaba. La veía detenidamente y esto le recordaba a aquella hermosa mujer que llevó a que le dieran atención médica un año atrás pero aunque las circunstancias eran iguales al mismo tiempo eran diferentes, Lauren tenía aspecto varonil y la otra que socorrió en esa ocasión era muy femenina…
Los paparazzi que se encontraban en la salida vieron aSebastián cargando a Lauren, inmediatamente empezaron a tomar fotos y encuestión de minutos fue tendencia en redes sociales junto con otros sitios deinformación.— Al parecer el joven amo SebastiánRivera decidió darle vuelta a la página, aquí evidentemente podemos ver que élse encuentra abrazado a una mujer que no es la supermodelo MileydisVillavicencio, la modelo en decadencia ha sido abandonada por su antiguo amor,y el multimillonario director general mantiene relaciones apasionadas con unafémina desconocida. El televisor modesto fue apagado con rabia, Mileydis estabafuriosa al ver que Sebastián le había dado la espalda en el momento que más lonecesitaba y le tomó coraje a la pobre Lauren que solamente era una víctima másde las circunstancias, se juró que se vengaría de la mujer que robó a la únicaprobabilidad que tenía ahora de seguir manteniendo el estilo de vida que seacostumbró desde años atrás.— Señorita — Seb
— Te iba a decir eso pero saliste con tus cosas — Sebastián miró con indiferencia a su padre — en fin, ahora ya ella está aquí para que te cuente lo que los paparazzi mostraron.Lauren entendió muy bien cómo iba la cosa, el señor Rivera se sentó y ahí ella empezó a contarle todo lo sucedido el día anterior.— Aquí la solución no es que te mudes, debes divorciarte de ese poco hombre; si no lo haces lo más probable es que volverás a ser acosada y golpeada por tu marido, así que más te vale divorciarte. No te preocupes que en esto no estás sola y pienso contratar un abogado para que te defienda, sabes que nuestra relación es muy buena y creo que estamos en ese nivel de confianza para poder hacer esto.— Tiene razón, pienso pedir el divorcio cuanto antes — ella le sonrió — muchas gracias por apoyarme tanto señor Rivera, hay que empezar con todo cuánto antes.Finalmente la demanda de divorcio fue impuesta y dado que habían pruebas de la agresión de Marcus fue que todo salió antes de lo pre
Sebastián no dijo nada y simplemente le dió un beso, ella pensó por un momento que lo apartaría ya que no quería tener ningún contacto con ningún hombre pero su cuerpo reaccionó de una manera completamente diferente. Le quitaron la camisa que minutos antes le habían puesto y empezaron a besar sus golpes, tomó el rostro de su acompañante masculino y lo besó con una enorme dulzura mientras lo atraía a sus brazos.— No — Sebastián la detuvo cuando intentó recoger la peluca — eres perfecta así como estás, las personas que hablan porquerías es porque son idiotas. Lauren sonrió al ver que el hombre le dió ese cumplido, los ojos de Sebastián mostraban un deseo muy grande que la hizo sentir tan bien que en mucho tiempo fue capaz de sentirse mujer. El hombre tomó a Lauren y empezó a besarla de una forma demandante, ella comenzó a quitar la ropa del sujeto y fue ahí que miró el tatuaje de lobo que tenía en su pectoral; lo besó de tal forma que solo calentó a Sebastián y se noto en el momento q
El peso del hombre sobre Lauren desapareció de repente, ellamiró de reojo a Sebastián golpeando al tipo y se levantó con dificultad. Lapolicía se hizo presente en cuestión de minutos, finalmente se llevaron altaxista que lo buscaban por agresión sexual y levantaron la denuncia de laúltima víctima.— Realmente te gusta meterte enproblemas — Sebastián puso su saco en ella — vamos, te iré a dejar al hotel yde ahí te voy a esperar.Lauren se sentía segura al lado de Sebastián así que poresta ocasión dejó de lado su orgullo y se fue con él al hotel. En el momentoque llegaron fueron interceptados por el dueño de este sitio, el hombre semiraba desesperado y la recepcionista que estaba la noche anterior también.— Joven amo Rivera — el hombre seacercó a él — quiero hablar con usted si se puede, realmente le pido que no nosdemande, comprendemos que la seguridad de la señorita Adams se vio comprometidapero es la primera y última vez que esto sucede.— Claro que va a ser la primera y
Los de seguridad se llevaron a Marcus sin dudarlo, porórdenes del señor Rivera fue que llamaron una ambulancia para el tipomoribundo. Lauren se despertó al sentir que le estaban sacando los pedazos decristal pero a pesar de que el dolor era grande se mantuvo quieta.— Ya estás lista — Sebastiánenvolvió los brazos con vendas — te llevaré a un hospital así que vamos, papápor favor ven con nosotros.— No es necesario que me lleven alhospital — ella habló débilmente — solamente llamen un uber y yo puedo ir sola.— Papá por favor ven con nosotros,tú irás detrás con ella en lo que manejo — Sebastián ignoró por completo aLauren — vamos de una vez.— Repito que no es necesario que melleven al hospital — Lauren se sentó en el sofá — puedo ir en un taxi o un ubersin problemas, ya suficientes molestias di.En el momento que Lauren intentó levantarse por poco se caede no ser por Sebastián, él la miró completamente furioso y la sentó en elsofá.— ¡POR UN DEMONIO DEJA DE SER TANOBSTINA
— Así que este es tu amante — miró aLauren — vaya que los sabes escoger, la pinta de vagabundo deja en evidenciaque no tiene donde caerse muerto más que el piso.— Vaya, me sorprende que Lauren seauna mujer tan inteligente teniendo una madre como usted — él riósarcásticamente — bueno, si ya dejo de soltar toda esa verborrea le sugiero quese vaya porque ya la seguridad viene en camino a sacarla a patadas; si soyamante de su hija o no eso no es su asunto y hasta donde recuerdo no tiene quedarle permiso para que este conmigo en todos los aspectos.La seguridad llegó y sacaron a la madre de Lauren por lafuerza, Sebastián al ver a la enferma se acercó para tocarle la frente.— Tienes fiebre, probablemente espor el estrés que te causa tu madre y créeme que te entiendo — él bebió café —le avisaré a la enfermera para que te ponga algo y rebaje tu temperatura.Sebastián llamó a la enfermera y le colocaron medicina quehizo que Lauren se durmiera profundamente, ella se miraba tan frág
— No he venido a una reconciliaciónsino para terminar formalmente contigo — él se mantuvo reacio a entrar —también a decirte que gracias por haberme sido infiel, ahora compruebo la clasede mujer que eres y de lo que puedes llegar a ser capaz porque tienes el almanegra.— Cariño solo cometí un error alserte infiel pero estoy arrepentida, no entiendo a que se deben tus palabrastan crudas.— A lo que me refiero es a lo que teatreviste a hacerle a Lauren — él la miró con rabia — mira que drogarla y mandara esos tipos a abusar de ella es algo que no tiene nombre, se supone que entremujeres se deben de apoyar, tener solidaridad y lo que tú haces al pensar queestá saliendo conmigo es destruirla no solo a nivel físico sino también moral.Yo no te fui infiel nunca, ese día que tú miraste que salí con ella es porquese encontraba herida ya que su ex esposo la golpeó con una llave inglesahaciendo que su cabeza se abriera, venía aquí para terminar esta relación quetú misma mandaste al
Lauren fue tomada por sorpresa con la noticia que Sebastiániba a estar ahí pero no dijo nada, un botones le ayudó con su ligero equipaje yla dejó en la habitación presidencial que se resumía a un cuarto enorme con unapared que dividía las piezas. Ella entró al baño y miró la lujosa tina en laque se dijo que tomaría un baño relajante.— ¿Qué te pasó Lauren? — ella semiró en el espejo mientras hablaba con sí misma — al parecer has perdido tuencanto femenino solo porque te cortaste el cabello, tu marido te dejó por otray ni siquiera tienes tiempo de llorar por el fracaso de tu matrimonio de dosaños porque tienes que trabajar, aparte te acuestas con tu jefe y enfureces asu ex que al parecer está más que rematada a nivel mental, vaya que endefinitiva eres el orgullo de tu madre.— Lauren — una voz masculina seescuchó desde afuera — ¿Estás aquí? Soy Sebastián, recién estoy viniendo.Lauren tomó su maletín y fue a la cita con este clientemientras era acompañada por Sebastián, su