NARRADOR OMNISCIENTELynette se sintió traicionada por Brentt cuando le pidió el divorcio, su corazón se marchitó, ni siquiera le dio la oportunidad de hablar bien, de explicarle las cosas, de cómo se sentía, solo la desechó tan rápido, mientras la subían por la fuerza al avión, sin permitirle despedirse de sus hijos, se dio cuenta de una cosa, y es que nunca iba a volver a ver a sus hijos. —¡Por favor, no! —exclamó.Sin embargo, nadie la escuchó, nadie la oyó, hizo todo lo que estaba en sus manos para evitarlo, estuvo a punto de rogarle de rodillas a Brentt que no le hiciera esto. Es decir, si deseaba echarla de su casa, estaba bien, de su vida, bien, pero no de sus hijos, cuando ellos eran la única luz que aportaba vida a su existencia. Pero él estaba tan dolido por lo de Ariella, que solo quiso que toda la pesadilla acabara. —Por favor… Nadie la escuchó, y si lo hacían, no le prestaban la atención debida, además, había que seguir con las instrucciones de su Capo, cuando la subi
LYNETTELa cabeza me duele, es como si me hubieran golpeado, poco a poco abro los ojos hasta darme cuenta de mi realidad, no se trató de un sueño, Brentt fue a verme minutos antes, me hizo devolverle el anillo, luego me inyectó algo que me hizo perder el conocimiento de manera rápida. Todo era real, él me alejó de mis hijos, me encuentro dentro del mismo avión, trato de quitarme el cinturón al sentir náuseas. —El baño está al fondo —me dice un italiano armado. —Gracias —respondo de mala gana. Corro y enseguida vomito, hace días que me siento así, no comprendo, puede que tenga algo en mi sistema, tal vez una enfermedad. Para cuando salgo, el mismo tipo ya me está esperando en la puerta, como todo un guardián, sé que en cuanto aterricemos en los Estados Unidos, esto acabará, Italia para mí. A estas alturas, ni siquiera me importa Brentt, o el hecho de que tenga el corazón más que roto, sino, que me hubiera quitado a mis hijos de la peor manera, ni siquiera permitió que me despidiera
NARRADOR OMNISCIENTELa noche era más fría en Italia de lo que imaginaba, Ulyses, el actual líder de la mafia turca, pese a sus orígenes americanos, había logrado más que el resto del mundo había hecho por él, los gritos del hombre que estaba detrás, parecía música para sus oídos, se encontraba en uno de los sótanos de la estancia dentro de su mansión, en Italia, una fortaleza bien cuidada y escondida, que le traía grandes recuerdos, ya que en esta mansión, había procreado al que iba a ser su legado. —¿No te parece que es una gran noche para morir? —Le preguntó al tipo. —¡Yo no hice nada! —gritó aquel hombre. —Lo sé, lo sé, tú no tienes la culpa de lo que tu Capo hizo, sin embargo, este es el mundo de la mafia, ¿cómo es que alguien tan cobarde como tú, es capaz de estar dentro de las filas de la mafia italiana? —Yo soy leal al Capo, pero no quiero morir —sollozo el cobarde. Si había algo que odiaba Ulyses, era encontrarse cara a cara delante de un hombre que casi mea los pantal
LYNETTELa alarma de mi despertador suena, abro los ojos de golpe, con el pecho subiendo y bajando, por mis mejillas se derraman las lágrimas, la misma pesadilla en donde Brentt me quita a mis ojos, solo que esta vez, veo al padre de mis hijos como lo que es, un monstruo, una bestia hambrienta de sangre. —Todo estará bien —me repito como todos los días al despertar. Han pasado dos meses desde que me desterró de Italia y me arrebató a mis hijos de la peor manera, Zair y el FBI no han sabido nada, aunque sé que están haciendo su mayor esfuerzo, giro mi cabeza, al lado, sobre la cómoda, detallo la foto que mandé imprimir, donde se ven mis dos bebés sonriendo, no me olvido de ellos, nunca lo haré. Mael y Malek son mi mundo, espero poder en el futuro tenerlos de nuevo entre mis brazos. Me incorporo, en todo este tiempo he estado entrenando como loca, no he parado, me va bien en la academia y me pagan por ello, gracias a Zair, así que hago mi mayor esfuerzo. Si esto me puede ayudar en u
LYNETTEIntento ser valiente, al principio pensé que las cosas serían sencillas, pero ahora, que me encuentro frente a una indefensa prueba de embarazo, me considero una cobarde, la última vez que estuve embarazada, llevaba un control con la empresa en donde presté mi vientre, pero ahora las cosas eran distintas, no solo estaba en riesgo mi seguridad, sino, la de este bebé si es que existe, en especial porque el padre sería de nuevo, Brentt, el hombre que más odio. Y si me quitó a mis hijos, si llegase a enterarse de esto… —No saques conjeturas sin saber —me digo a mí misma.Puede que no esté embarazada y solo se trate de una falsa alarma, sí, eso debe ser. Respiro hondo, me hago la prueba de embarazo y pongo la alarma de mi móvil, para esperar, la dejo sobre el lavabo, camino de un lado a otro, pensando en todo lo que me ha pasado, no puedo estar embarazada, no quiero, no es un buen momento, y a más, de que no quiero tener un grillete más en el cuello que me ate a Brentt. Respiro
BRENTTSUCESO ANTES DE QUE SE CASARAN POR LA LEY CRIMINALNo puedo contenerme, siento que la sangre me hierve de tal manera, que el aire explota en mis pulmones, creo que estoy perdiendo la cabeza por esta mujer. —Me duele —gime debajo de mi cuerpo. Tengo una maldita ansiedad enferma por hacer que le duela cada uno de mis embistes, por ello, la penetro hasta el fondo, Lynette jadea como zorra, se muerde el labio inferior y me clava las uñas en la espalda. Llevamos más de cinco horas encerrados, no he parado de hacerle el amor, de hacerla mía. He marcado su cuerpo tantas veces, como me es posible, que siento que ella está comenzando a desvanecerse. —Móntame —le pido. Ella suelta un quejido de dolor cuando salgo de ella, me recuesto y se coloca enseguida a horcajadas de mí, es tan suave, tan mojada y malditamente estrecha, conforme va bajando, ella hace una mueca de dolor y placer. —Baja —digo con impaciencia. Pero ella se toma su tiempo a propósito, es decir, poco a poco baja ha
BRENTTEl sonido de la música es demasiado estridente para mi gusto, hace semanas que no estoy de humor, es como si me hubieran arrancado todo el sentido de mi existencia, como si ya nada tuviera color, solo cuando estoy con mis hijos, ellos son mi única fuerza en estos momentos, es por ello que sigo adelante y no apago mis sentimientos o emociones, si lo hiciera, me convertiría en un monstruo. —Por aquí —me indica la mujer con poca ropa. Las luces neón que parpadean, le dan un aire más peligroso al lugar, en especial porque son de color rojo y azul. Me muevo con destreza entre los corredores, nadie se atreve a cruzarse en mi camino siquiera, mucho menos mirarme, así es como deben ser las cosas, nada. La mujer me guía hasta uno de los palcos que están dentro de la zona privada del club nocturno, muchas putas intentan coquetear conmigo, las detallo, algunas son hermosas, incluso mantienen un cuerpo firme y delicioso, mi polla estaría encantado de bañarse con sus jugos, el problema e
BRENTTLynette no sale de mi cabeza, en todo el trayecto que llevo, ella es en lo único que pienso, es como estar hundido en un mar profundo, a punto de ahogarme, una parte enferma de mí, la necesita, y otra, la odia, sabe que es solo una jodida traidora, es por ella que Ariella murió, pero al mismo tiempo mi ex esposa era una traidora para la mafia italiana. Desde que era pequeño, crecí creyendo en historias en donde mi sangre, mi familia, los bisabuelos eran americanos, luego la sangre se fue purificando hasta llegar a ser los dueños de la mafia italiana. Es por ello que nuestro apellido no encaja pero la reputación sí, y eso es lo único que cuenta. Espero paciente hasta llegar a mi destino, donde está la fábrica en la que se encuentra el cuerpo inerte de Yara, Boris debe estar demasiado intrigado, el asunto es que según las palabras de Ares, no se ha aparecido, toda la organización cree que debe estar viviendo su duelo en silencio, apartado del mundo, yo, por el contrario, pienso